15 de septiembre de 2019

Viaje Dolomitas 2019. Parte 3: Val di Sole II



El viernes tocaba la zona del Passo del Tonale, estábamos deseando ir, ya estuve aquí con Marga esquiando hace 2 años y no sé porqué al ver una zona de actividades infantiles enterrada en la nieve se me metió en la cabeza que tenía que volver con las niñas en verano, así que aquí estábamos 2 años después, justo en el paso que hace frontera entre el Trentino y Lombardía. El paso es un pequeño valle, la zona sur es la más agreste con montañas muy rocosas de 3000m, es la más espectacular, con zonas con mucha nieve, incluso con varios glaciares. Nos contaron que antes se esquiaba en verano, pero ahora han decidido proteger el glaciar, ya no queda mucho. Puedes incluso ir al punto más alto en un telecabina, pero claro, esa no es nuestra filosofía.



Preferimos coger el remonte de la zona norte, es una zona más sencilla, con caminitos muy chulos para hacer una buena ruta y con las mejores vistas a los glaciares claro. Los remontes paran justo en la zona recreativa que he comentado antes, de allí hay un camino que remonta el valle hasta un paso de más de 2500mtrs, y que lleva al Lago de Palú donde estuvimos hace 2 días. Nosotros subimos hasta cerca del paso, nos quedaba mucho, y podíamos haberlo intentado, pero faltaba mucha vuelta y pecamos de prudentes. De todas formas ahí las vistas eran espectaculares, las mejores de todo el viaje, con los Glaciares del otro lado.

Bajamos de nuevo a la zona recreativa donde pasamos un buen rato, tomándonos unas cervecitas y las niñas jugando en los toboganes. Martina estaba encantada con las vacas de alrededor y se llevó un sofocón cuando decidimos irnos. De ahí hasta el coche bajamos andando, es un camino tranquilo de 2 o 3 Kms por las pistas de esquí, muy recomendable y el trascurso del cual hicimos la parada diaria para nuestro picnic.

A las 4 estábamos en el coche, teníamos tiempo de subir al menos uno de los grandes colosos del giro, el Stelvio estaba demasiado lejos, así que fuimos por el Gavia. Desde luego no decepcionó lo subimos desde Puente de Legno, 17Kms y para mi es el puerto más espectacular que he subido. Los primero son tranquilos pero a partir del KM7 la carretera se inclina con rampas de hasta el 15% y la anchura apenas cabe un coche, durante casi una hora estas sorteando ciclistas y cruzando los dedos de que no venga un coche en sentido contrario, alguno hubo e incluso algún ocupante tuvo que bajarse para ayudar en las maniobras. Ya digo la carretera muy estrecha, al principio por un bosque precioso y luego por una zona ya de alta montaña con unos barrancos que mejor no acercase. Y así llegamos al puerto más de 2600mtrs, las vistas espectaculares, tanto para el valle del tonale como para Bormio. Allí justo en la frontera con suiza hay unos colosos de casi 3500mtrs con unos glaciares impresionantes. Estábamos tan alto que los neveros estaban a tiro de piedra así que no pudimos evitar la tentación e hicimos un pequeño paseíto para tocar nieve en pleno mes de Agosto.

La verdad que me hubiera gustado dar la vuelta por el mortirolo o bajar a Bormio, pero eran casi las 6 de la tarde, nos quedaban casi 2h de vuelta y la carretera no era como para que se te hiciese de noche, así que dejaremos todo ese valle para otra ocasión.




El sábado, nuestro último día en el valle hicimos una excursión a Madonna di Campiglio, creo que es la estación más grande y conocida de la zona. En el pueblo hay abiertos varios remontes que te llevan a distintas zona de la pista, nosotros decidimos coger al que te lleva al Passo del Grotte, justo hasta la estación intermedio, nos comentario de desde arriba del todo las rutas eran muy complicadas, Comenzamos el paseo subiendo, primero por una pista y luego por un senderito muy chulo que nos llevó al Refugio Graffer, de ahí al paso no era más de media hora subiendo, si no llega a ser por la niebla que se metió y porque no sabíamos si era muy duro la ruta que teníamos previsto lo hubiésemos hecho, tampoco era para tanto.


Tras reponer fuerzas en el refugio comenzamos a bajar de nuevo a la zona del telecabina y de ahí cogimos un GR que nos llevo por unos praditos muy bonitos, caminos sencillos y cómodos que nos daban una vistas espectaculares a los Dolomitas di Brenta, unos bloques gigantesco que superaban los 3000m. Y así en menos de una hora llegamos al Monte Spinale, fin de nuestra ruta. Se nos había hecho corta, la verdad que la de la oficina de información había exagerado un poco, nos planteamos incluso bajar andando a Madonna, pero bueno mejor no abusar y que le quede a las niñas una buena sensación de querer más montañas.

Comimos justo en el monte, en la zona de terraza de un restaurante superpijo, con una zona incluso de reservados donde se notaba que la gente que estaba allí no venían a andar por las montañas, como se nota que esto es una estación de las de categoría, apuntada como prioridad uno para volver, pero en invierno y a esquiar. Bajamos en el telecabina y nos dimos un largo paseo por el pueblo justo antes de volver al apartamento, había que llegar pronto para ir preparando las maletas.

No teníamos claro que hacer el último día, me pudo más el no meterle a las niñas una paliza de carretera de montaña y decidimos ir por la vía rápida hasta Verona haciendo una pequeña parada en Trento. En Trento estuvimos también en nuestro viaje de hace 10 años y la verdad que no me acordaba de nada, después de la visita me dijo Marga, ¿ahora entiendes porque no te acordabas de nada?. No es que sea feo, pero no es nada del otro mundo, no creo que a nadie le merezca la pena viajar a Italia para visitar Trento, pero si te coge de paso.




Lo más famoso es el Castillo de Buonconsiglio, un castillo bonito por fuera que merece una foto, dentro es un museo como tantos otros, así que decidimos no entrar para no darle la paliza a las niñas, si me quedé con las ganas de subir a la torre, creo que por 2 o 3 euros puedes hacerlo. De allí es muy fácil recorrer el casco histórico, pequeñito, calles anchas con edificios señoriales de hace 300 o 400 años. Muchos de los palacetes son edificios públicos, que puedes entrar a verlos, aunque al ser domingo solo estaban abierto la zona de los patios. Y así llegamos hasta la Piazza del Duomo, donde están los edificios mas monumentales. El palazzo Pretorio, con una torre muy chula, creo que es otro museo de los que no entramos, la fuente de Neptuno en el centro, donde pudimos mojarnos para refrescarnos del calor que empezaba a apretar, como se nota que ya no estábamos en montaña, y sobre todo la catedral. Lástima que estuviese totalmente en obras y por dentro no se pudiese ver nada. Lo dicho, tiene sus cosas, pero no es de esos sitios que te dejan huella.

Como era más temprano de lo que esperábamos decidimos ir al Castillo de Beseno antes de comer. Está a unos 15Kms al sur de Trento y desde la autopista se ve espectacular. El problema fue que cuando llegamos al pueblo nos dijeron que no se podía subir en coche, había que esperar un autobús y a cola era inmensa, así que no me arriesgué, a las 6 tenía que estar en el Aeropuerto. Tocaba improvisar y como no estábamos muy lejos decidimos ir al Lago Garda, nuestra primera idea. Fuimos a Torbole a comer, y acertamos.

Que os cuento del Lago, es precioso, para recórrelo con tranquilidad, parando 100 veces en todos sus rincones, calas, pueblos encantadores, montañas, etc. Nos la jugamos y lo recorrimos de Norte a Sur, por la costa Este, de Torbole hasta Garda, era domingo y estaba hasta la bola, las playas llenas, un tráfico intenso, cruzando los dedos para que un atasco no nos impidiese llega a tiempo al aeropuerto. Pero mereció la pena, y eso que solo paramos en Torbole, un pueblo con mucha vida, lleno de bares y tiendas, donde comimos muy bien en un restaurante junto al lago, todo muy idílico, tengo la sensación que no será la última vez que me recorra este lago. Y poco más de ahí aeropuerto y vuelta a Sevilla.

Como resumen diré que una vez mas nos hemos superado, un viaje fantástico que ha tenido de todo, ciudades bonitas, montaña y aventura mucha aventura. Parece un tópico que escribo siempre pero esta vez es más cierto que nunca, nos ha vuelto a despertar apetito de alta montaña, tanto que las palabras Mont Blanc vuelven a aparecer en nuestras conversaciones. El año que viene no creo que lleguemos a tanto pero quizás ahora que las niñas van creciendo le demos una vuelta de tuerca, e intentemos subir muy alto ahora que aún estamos a tiempo. Por ahora es solo una idea, pero quien sabe.

5 de septiembre de 2019

Viaje Dolomitas 2019. Parte 2: Val di Sole



Nuestro primer día completo en la montaña fue el miércoles 7, que amaneció muy gris, aún así decidimos ir al valle de Peio y subvalle que se adentra en todo el corazón del parque del Stelvio. El valle tiene 2 ramificaciones, nosotros cogimos la más occidental que termina a unos 1600mtrs en un pequeño parking donde dejamos el coche, de ahí empieza una pequeña subida por un sendero muy chulo hasta llegar al lago de Palu. A pesar de ser un lago artificial es precioso, está a más de 1800mtrs entre grandes montañas, azul intenso rodeado de zonas muy verdes, llegar a el te lleva unos 15 min y sólo este paseo merece la pena.

Como el tiempo nos respetaba, caían algunas gotitas de vez en cuando pero nada importante, decidimos empezar a rodearlo, además Cristina decía que si cantaba dejaba de llover y supongo que es casualidad, pero cada vez que caían algunas gotas Cristina empezaba a cantar y a los 2 min había dejado, jeje, a ella le hacía ilusión. Rodemos el lago por la parte sur, la norte estaba cerrada por trabajos de desforestación. Es un paseo muy bonito, sin apenas desnivel, de 2 o 3 Kms que haces en 45 min, continuamente cruzas pequeños ríos por puentes artificiales, muchos de ellos salvan espectaculares cataratas que mueren en la orilla del lago. Además te va dando una visión distinta de las montañas cercanas.

No creía que pudiésemos llegar al final de lago, pero lo hicimos, hasta una pequeña cabaña no guardada con unas vacas muy raras y peludas en los alrededores, a Martina le encantaba acercarse a ellas. Justo aquí comienza una larga subida de 4h que te lleva a la zona del Paso del Tonale, otra gran ruta que tengo apuntada, pero claro con 2 niñas de 3 y 7 años lo mejor era volver sobre nuestros pasos. Al final nos salió una ruta de unos 6 o 7 Kms y de casi 3 horas, mucho más de lo que tenía pensado.


Tras comer en un merendero junto al parking nos acercamos a Peio, pueblecito curioso de montaña, pero lo mejor es que llegamos (de casualidad) a una zona de reserva donde atiende a los animales heridos del parque justo cuando había una actividad para explicar su labor. Nos tragamos más de media hora en italiano una explicación de los animales del parque, la verdad que se entendía muy bien y el guía se esforzaba para que nos enterásemos. Bueno, estuvo interesante y nos permitió ver gratis la reserva. No es que sea gran cosas, ves muchos ciervos pero poco más.

Coincidiendo con la siesta de las niñas decidimos subir la carretera del otro lado del valle, iterminable, después de más de 10Kms y no sé de que altura decidimos volvernos, estaba empezando a llover más fuerte y la carretera era complicada, no sé cuanto más seguiría pero el valle era una pasada, teníamos ya encimas montañas de casi 4000 mtrs, con sus neveros y pequeños glaciares, estábamos en todo el centro del parque del Stelvio, la zona más inaccesible, de aquí comienzan cientos de rutas de alta montaña. Por cierto el famoso paso del Stelvio estaba detrás de esas montañas, puede que a poco Kms en línea recta, pero a más de 3h de coche, hay que dar una vuelta increíble, eso si que no ha podido ser este año, así que ya no tengo excusa para no volver a la zona.


En la bajada a Croviana paramos a tomar café en un bar que vimos con un parque con muchos casas para los niños, Cris y Martina disfrutaron como locas de la tirolina, pero lo mejor es que había uno zona de escaladas y pasos aéreos, vamos una vía ferrata artificial, apuntamos a cristina a la opción fácil y me sorprendió que lo hiciese sin miedo, aunque esto no es nada para lo que vendría el día siguiente. Por cierto la mujer que gestionaba el parque nos intentaba convencer para que hiciésemos rafting al día siguiente, tentador, el río de Val di Sole es uno de los más famosos del mundo para  rafting. Si no llega a ser porque Martina no podía y uno debía esperar 2h, lo hubiese hecho, una experiencia más en la vida. Y justo al llegar a casa, el diluvio universal, lo dicho que suerte tuvimos con el tiempo.

El Jueves decidimos ir a la zona norte del Valle, cruzamos Ces y llegamos al Val di Nom, buscamos la gargantas de Novella, otra actividad como casi todas las del viaje descubierta en tripadvisor. Llegamos a las 10 y ohh casualidad, pero que suerte tenemos, la visita es guiada y sólo se puede a las 10 o por la tarde, después de discutir un rato con la de la taquilla porque no dejaba entrar a Martina, entramos, aunque la mujer no estaba conforme era demasiada pequeña.

La visita dura más de dos horas y son 4Kms de ruta, la primera parte la recorres en dirección norte por unas plantaciones de manzanas, muy famosas en la zona, la mujer nos explicaba todo el proceso, en italiano claro, aunque una vez más se entendía y además para eso tenía a la experta al lado. Pero lo mejor estaba por llegar, la vuelta la haces por unas plataformas artificiales que han construido en el cañón que ha formado el río. Es espectacular, hemos hecho varias de este estilo pero esta quizás sea la mejor, había zonas donde el cañón tenía mas de 50mtrs de profundidad y tocabas ambas paredes con las 2 manos, una ruta impresionante viendo la inmensa fuerza del río, las cataratas, las cuevas, todo en general, otro gran acierto del viaje.

Tras tomar en Cles un aperitivo fuimos al valle de Rabbi a comer, otro subvalle que sale justo desde Male. La pena es que la carretera la cortan de 10 a 6 de la tarde en un parking que hay justo antes de las termas, es un sitio muy chulo para comer pero te cae lejos del camping donde empiezan las rutas. A pesar de todos decidimos dar un paseíto carretera arriba. Es un paseo bonito, vas por un camino junto a un rio, nuestra intención era llegar al puente colgante que hay en la parte alta del valle, pero después de andar más de media hora nos dimos cuenta que era muy ambicioso, o nos volvíamos o no llegábamos a la actividad que teníamos prevista esa tarde, así que dejaremos este valle para el futuro.

Y así casi a las 5 de la tarde llegamos a lo que se convirtió en la actividad estrella del viaje, un parque multiaventura situado en Croviana. Te lo venden como el más grande del valle y no sé si ciertamente lo es, pero es espectacular. Son 9 niveles de rutas entre árboles, pasos por todo tipo de puentes, tirolinas y demás, a cual más complicado. Martina disfrutó mucho haciendo una y otra vez el nivel 1, el único para su edad, pero lo de Cristina fue un espectáculo, aún ahora, 3 semanas después no para de hablar de eso, que hizo del nivel 2 al 4, y que por supuesto quiere volver para hacer el 5. Yo hice con ella el 4, y realmente es una pasada, la cantidad de pasos complicados que hay, no sé como pudo hacer todo eso sin ayuda. Lástima que cerraran a las 18:30, queríamos hacer el 5 pero ya no nos dejaron, no sé si para mi fue un alivio, porque si me resultó difícil el 4, no queiro ni pensar en seguir subiendo.




27 de agosto de 2019

Viaje Dolomitas 2019. Parte 1: Venecia y Paso del Passubio



Ya hace casi un año que teníamos decidido el viaje de este verano, teníamos muchas ganas de ir a los Dolomitas, a esto le íbamos a sumar una pequeña vista a Venecia, Cristina quería ver esa ciudad de la que tanto le habíamos hablado, en la que no había calles sino ríos, no había coches sino barcos y no había pasos de cebra sino puentes. Así que el domingo 4 hicimos nuestro ritual, coche al aeropuerto, avión hasta Verona, alquiler de coche y viajecito hasta Vicenza que donde estaba nuestro hotel, que pesadez, a ver cuando mejoran lo de las esperas en el aeropuerto. Lo bueno es que para ellas era toda una aventura y estaban muy emocionadas de volver a coger un avión.


En Vicenza el primer día nos levantamos tempranitos y fuimos a la estación de tren, barato y rápido, por 6€ en 45min estábamos en la estación de Santa Luzia, la entrada de Venecia. La primera impresión es impactante, el gran canal, repleto de edificios históricos y precisos, la iglesias de Maria de Nazareth y San Simeon y el puente de Scalzi, de los pocos que cruzan el canal, un espectáculo.

Lo malo es que allí es donde llega todo el mundo,  así que las colas para coger un Vaporeto eran inmensas, 7.5€ por llegar a San Marcos, vaya tela, menos mal que los niños no pagan. Nos metimos como pudimos en uno para no perder tiempo, la verdad que no es el viaje idílico que te imaginas, apretados, con calor y para colmo cuando hizo la primera parada me dio la impresión que nos habíamos equivocado de sentido, así que fuimos como pudimos hasta la zona de proa para preguntar, ufu falsa alarma, íbamos bien, lo positivo es que aquí había menos gente y se estaba más fresquito, por lo que pudimos disfrutar del resto del viaje.

Recorrer el gran canal es una pasada, Venecia es bonita en su totalidad, mires hacia donde mires, lo mejor sin duda es cuando pasas por debajo del puente de Rialto, lástima que con la cantidad de gente que había fuese difícil hacer fotos con algo de perspectiva, quizás sea un tópico, pero desde luego hay que estar allí para verlo. Tras el paseíto desembarcamos en San Marcos, sin duda la joya de Venecia, la paza, la catedra, el palacio ducal, todo concentrando en muy poco espacio, lo disfrutamos paseando viéndolo desde todas las perspectivas posibles a cual mejor. No tenía intención en entrar en ningún sitio, Marga y yo ya habíamos entrado anteriormente en todos los edificios y las niñas disfrutaban más jugando con las palomas que viendo monumentos. Pero Martina se empeñó en entrar en la catedra y hizo hacer la cola al sol mientras ellas seguían a lo suyo, no sé de donde le viene a esta niña la afición a las iglesias, bueno si, de mi madre.

La verdad que para quien no lo haya visto la catedral es visita obligada, es muy oscura y parece una iglesia ortodoxa mas que católica, pero sin duda es preciosa. Es gratis entrar, aunque dentro tiene pequeños museos que hay que pagarlos, no está mal, cada cual que escoja lo que le guste y pague por lo que quiera ver. La putada fue justo cuando fui a entrar, que no dejan pasar mochilas y hay que ir al quito pino a dejarla en una consigna, podían haber avisado al principio de la cola, ahh y que no te dejan entrar con los hombros descubiertos, así que 2€ por un cacho de tela para tapar los de Marga.

Tras la visita a San Marcos nos salimos un poco de la plaza para buscar un sitio para comer, mejor no comáis en la plaza, pero bueno para eso tenemos el tripadvisor, otro gran descubrimiento. Pizza rápida y a continuar el camino. La verdad que Venecia tiene miles de cosas, quizás algún día vuelva a ver el Lido, la zona de la academia o Murano. Pero nuestra mejor opción es el paseo que hay de San Marcos hasta la estación, es decir deshacer lo que habíamos hecho en el Vapporeto, es una larga caminata, está indicada y es preciosa, continuamente cruzas puentes y ves cientos de rincones idílicos. En este camino descubrimos lo más caro de Venecia, hacer pipí, hay varios aseos públicos que te cobran 1,5€ por personas, 6€ por hacer pipí los 4, menos mal que le dijimos que sólo eran las niñas  y nosotros entramos a acompañarlas 😉, desde luego te sale rentable entrar en una heladería y pedir algo.
A medio camino llegas a Rialto, para mi la mejor zona, es puente es precioso, por fuera y por dentro, lo recorrimos por todos lados y justo pasándolo hay un mercado muy chulo para hacer alguna compra, además a la espalda del mercado hay una plaza muy bonita donde paramos a tomar nuestro primer Spritz, exactamente en el mismo sitio que paramos hace ya más de 10 años en nuestra anterior visita, una parada con vistas al Gran Canal donde disfrutas de una excepcionales vistas, además las niñas se entretuvieron en meterse en el canal, que había inundado media plaza.

De allí continuamos tranquilamente nuestro camino, hasta llegar a la estación y tren de vuelta. En la estación la anécdota del día justo cuando estábamos en le tren Marga miró el número y dijo nos hemos equivocado, quedaban 5min para la salida así que corriendo descalzo por la estación, (ya nos habíamos quitado los zapatos) hasta descubrir que Marga había mirado el número de tren del de ida, así que vuelta al tren donde entramos 1min antes de la salida, que graciosa el susto que nos dio, por cierto, el revisor no pasó ni en la ida ni en la vuelta, nosotros pagamos, pero como en Berlín.

No sé como resumir Venecia, no es que hayamos visto cosas concretas, salvo San Marcos, Venecia es una ciudad para disfrutar paseando viendo todos los rincones, canales, puentes, edificios. Si os digo la verdad, pensaba que iba a ser un rollo, turista, calor, colas, pero nada de eso, iba con pocas expectativas, pero me traigo un gran recuerdo, la ciudad  es una maravilla que recomendaría visitar a todo el mundo, con razón viene tanta gente a verla.



El día siguiente empezaba nuestra segunda etapa del viaje, la montaña, decidimos ir a un sitio cercano a Vicenza, pero las carreteras convencionales italianas son horrorosas, 40Km es una hora, son pueblo tas pueblo tras pueblo. Eso fue lo que tardamos en llegar al paso de Passubio, es la frontera entre el Veneto y el Trentino y es el inicio de cientos de rutas de media montaña, justo en el paso hay un osario muy curioso de la primera guerra mundial, como tantos monumentos de Italia, pero este es bastante curioso y merece la pena echarle un vistazo.

Nosotros hicimos una pequeña ruta subiendo desde el puerto por una antigua carreta, cortada al tráfico, es un paseo bonito por un bosque supercerrado, además la niebla le daba un aspecto entre tenebroso y misterioso, lo malo que no nos dejaba ver las vistas. Andamos unos 40 min hasta que llegamos a una zona donde explicaba que hacía 50 años hubo un accedente de un autobús y murieron varias personas, por eso la carretera se cerró y se abandonó, imaginaros lo peligrosa y no te dejaban seguir por ella por posibles derrumbamiento, así que la única opción era atravesar el rio por un puente tibetano, de más de 100m y con una caída de otros tantos. El puente es superseguro, de esos con barandilla muy sólida, pero pasar y mirar para abajo acojona un poco.

Desde aquí continuamos ya poco trecho, mi objetivo era llegar al puente, la carretera sigue subiendo hacia dios sabe donde, y además llega a una zona con un sendero complicados que llegan a unos refugios de montaña, pero ya eso quedará para otro visita que no vaya con 2 niñas, demasiado bien se portaron. Tras comer en el merendero del puerto bajamos el puerto hasta Trento. Carretera preciosa de montaña, lleno de zonas de miradores, y monumentos, me entraron ganas de para en muchos sitios sobre todo visitar Forte Pozzacchio, unos búnkeres de la primera guerra mundial, pero se nos hacía tarde y solo pudimos verlo de lejos.

Sin pausa a eso de las 6 llegamos a Croviana, en los Dolomitas de Brenta, en el val di Sole, esta sería nuestra base de operaciones de los próximos cinco días, está en la zona occidental de los dolomitas, quizás menos conocida, pero sin duda no decepciona como ya comentaré mas adelante.
El pueblo de Croviana está en el Valle principal, es un pueblo pequeñito pegado literalmente a Male, mucho mayor, eso hacía  que tuviésemos a menos de 5min los Supermecados, Restaurantes, bares y tiendas suficiente para nuestra semana de montaña. La casa estaba muy bien, era un bloque con varios apartamentos todos alquilados para vacaciones. Nuestro casero era muy peculiar, apenas nos entendíamos, no sé si hablaba, italiano, alemán, inglés o una mezcla de todos, el primer día no nos dijo nada, solo repitió 20 veces “diferenciación”, refiriéndose a la basura, me dijo que le acompañase, creía que íbamos a ver algo del contrato, pero lo que hizo es pasearme en pijama y zapatillas, casi de noche y lloviendo por todo el pueblo para enseñarme los distintos contenedores, que obsesión.

22 de julio de 2019

Por las altas cumbres del Jerte



Un año más teníamos programada nuestra cita veraniega con la montaña, esta vez una semana después de lo habitual, las circunstancias mandaban, Le dimos muchas vueltas a que pico de Sierra Nevada subir, ninguno cuadraba 100%, así que al final hicimos un giro y cambiamos Sierra Nevada por el norte de Cáceres. De todos los picos que hacen frontera con Castilla pusimos el foco en la Covacha, es el segundo más alto de Cáceres, y aunque técnicamente es asequible si que es muy exigente físicamente.


El viernes 19 salimos de Sevilla e hicimos noche en Plasencia,  por cierto un sitio bonito y que se come muy bien, eso si, estábamos en plena ola de Calor y era insoportable. El sábado a las 7 de la mañana ya estábamos subiendo por el valle del Jerte. Si es cierto que a la covacha se puede subir de varias maneras, la verdad que improvisamos un poco y pensamos que por el Alto de Tornavacas sería lo más sencillo. Hay alternativas por la Vera en el Sur y por la zona del Barco de Ávila en el Norte. Pero pensamos que al empezar desde más alto sería más fácil.

8.18 en punto estábamos saliendo por una pista que sale desde el mismo mirador del alto (1270m), y apenas a los 5min cometimos el primer error, seguir el track a pies juntillas. Nos sacaba fuera de pista, lo que hacía que una y otra vez chocásemos con piornos o zonas densas de vegetación, un infierno que hizo que volviésemos al camino, algo más largo pero mucho más rápido, el caso es que después de más de 1Km llegamos a una finca, la puerta estaba cerrada, decidimos bordearla y empezar a subir por un arrollito, apenas se avanzaba, así que cansados decidimos hacer un campo a través total para recuperar el track, y resuta que había una pista a 200m a nuestra derecha. El resumen es que perdimos más de una hora, y si a eso sumas que podíamos haber llevado el coche hast el principio de la finca, aún, al final lo pagaríamos.

Bueno, recuperada la pista avanzamos rápidamente durante casi 2Kms, hasta que una vez más el track se salía, y una vez más cometimos el error de seguirlo, hicimos un acorte, pero con los piornos el avance era muy muy lento. Menos mal que al final conseguí ver un hito y un pequeño sendero, recuperamos la senda al fin. Aquí cambia todo, ya no es pista, es una estrecha senda siempre picando para arriba, sin mucha dificultad, lo más peligroso las vacas sueltas de la finca, que hacían que tuviésemos que buscar alternativas.




Con paso firme llegamos a un pradito lleno de caballos, justo ahí llega otro sendero que viene de Puerta de Castilla y justo ahí el camino se inclina durante un KM hasta que hacemos el pico de Mojón Alto, estábamos ya a 2100m, Tras una pequeña bajada hasta Castilfrio empieza el tramo más inclinado que nos llevaría hasta el paso del mismo nombre a más de 2200m, habíamos alcanzado la cuerda del Circo Glaciar, aquí las vistas son inmejorables, con las lagunas glaciales a nuestros pies. 




Eran ya la 1 y teníamos que acelerar, así que giramos hacia el Este y empezamos a crestear, primero Solanilla y justo en Portilla Honda cometimos el último gran error, no vi claro ir por la cresta y fumos por la falda, tardamos 40min en hacer 500m, piedra y piedra y piedra, algunos pasos comprometidos. Fue un desgaste físico y psíquico alto y aunque conseguimos llegar al siguiente pico, ya íbamos fuera de tiempo y de fuerza, La subida a los Ballesteros era un canchal muy roto, nos pudo, pensábamos lo que quedaba, el calor, que no teníamos ya casi agua, y tomamos la decisión de volver. Ahora visto en la lejanía creo que es la correcta, los límites a veces hay que ponerlos.

Lo curioso es que la vuelta la hicimos por la cresta y tardamos solo 15 min en volver al punto del inicio de la cresta, bueno estaba claro que no era nuestro día, esta vez si teníamos que haber seguido el gPS, para desquitarnos hicimos el Alto de Castilfrío 2300mtrs en el lado Oeste de la cresta. Y vuelta. Llegamos al coche a eso de las 5 de la tarde. 9 horas de ruta con un calor que ya casi asfixiaba.

No voy a negar que sentimos una decepción por haber conseguido el objetivo, ni voy a justificarlo. Simplemente uno debe de tomar decisiones pensando en todos los factores que tiene por detrás. Seguro que tomamos la acertada, lo importante es que no estemos decepcionados, nos llevamos a nuestras espalda una ruta increíble, un fin de semana alucinante, haber conocido una nueva zona que nos abre nuevas posibilidades y sobre todo tener una oportunidad más de conseguir el objetivo, quien sabe si de otra manera...En casa nos esperan para que le contemos nuestra aventura. 


10 de abril de 2019

Nos vamos de viaje....en Autocaravana


 
Si una hiciese una lista de cosas que le gustaría hacer, se daría cuenta que hay cosas fáciles, cosas difíciles y cosas que parecen difícil pero realmente no lo son, y en este último grupo creo que está lo de coger una autocaravana. La de vueltas que le dimos, que si iba a ser una película conducirla, que como dormir, que como aparcar, que como quedarte, la luz, el gas, etc etc.  Todo eso hacía que no acabásemos de decidirnos, hasta que un día de repente nos cuadró y como hacemos la mitad de las cosas, sin pensar nos tiramos de cabeza.


Y la verdad que fue una experiencia fantástica, el viernes 15 de Marzo en menos de una hora nos habían explicado el funcionamiento y nos pusimos rumbo a Ronda empezando con una prueba de fuego, cruzar el puente del Quinto Centenario. No es complicado conducirla, hay que ir con mucho cuidado, pero si vas concentrado y no te despistas, no hay problemas. Llegamos a Ronda pronto y decidimos aparcar en el parking que hay para las autocaravanas. Se podría ser un poco más aventurero, y buscar cualquier sitio, dentro o fuera de la ciudad, pero por ser la primera vez, creo que fue una buena opción. Esa tarde nos dimos un paseíto por la zona y nos fuimos pronto a nuestra “casa”, hicimos la cenita y nos fuimos a la cama, y seguíamos con buenas impresiones, yo sinceramente no lo veo más incomodo que cualquier habitación de hotel.


A la mañana siguiente después de desayunar cogimos la carretera del El Burgos, muy bonita, en menos de 20 min estábamos en el puerto del viento donde hicimos una paradita. Sólo íbamos a hacer unas fotos, pero a lo lejos vinos a unos escaladores y decidimos acercarnos. Llegamos cerca de ellos hasta unas pequeñas piedras donde pudimos imitarlos a nuestro nivel. Desde aquí hay infinidad de rutas, pero teníamos otros planes así que volvimos a la autocaravana y continuamos nuestro camino.


A partir de aquí la carretera se complica, entra en un desfiladero donde hay curvas con espejos de esos que ponen en los cruces de las calles complicados, imaginar las curvas con la AC, y luego una espectacular bajada hasta el pueblo. Aparcamos donde pudimos y decidimos seguir el camino junto al río Turón. Nosotros cogimos por la pista, pero justo en el otro lado se veía un sendero, que aunque más bonito, nos hubiese complicado mucho la ruta. La pista es sencilla, siempre en ascenso, es el antiguo camino a Ronda, nosotros la seguimos durante algo más de una hora hasta que encontramos un sitio genial para comer.


Tras el picnic bajamos de nuevo al pueblo y tiramos para Ronda. Queríamos dar un paseo tranquilo por el pueblo, pero este pueblo de tranquilo tiene poco, la calle de las tiendas estaba hasta la bola, nos la recorrimos entera y nos fuimos a la zona del tajo, aunque hemos ido ya muchas veces es inevitable ir al famoso puente para hacerse la fotos típicas.



El domingo tocaba volver, por la mañana antes de salir decidir limpiar el depósito de aguas negras, y la verdad que no es lo más agradable, pero nada del otro mundo. La primera parada fue la cueva de la pileta, al sur de Banaoján. Es otro sitio que teníamos muchas ganas de ver y no nos defraudó, durante 500 mtrs te vas adentrando poco a poco en la montaña, con la única luz de unas linternitas que te dan en la entrada. Es una sucesión de cavernas que han adaptado para que se puedan visitar, en ellas puedes ver pinturas rupestres que abarca un periodo inmenso, comenzando hace más de 20 mil años, eso las convierte en una de las más importantes de España.


Es una pena que no se visiten entera, hay cientos de galerías que no te dejan entrar por seguridad o conservación, pero sólo el pequeño tramo visitable ya merece la pena, además te la van explicando de una manera muy amena. Por cierto en la cueva viven 18 mil murciélagos y muchos de ellos revolotean cerca de ti durante la visita, la verdad que eso a Cristina no le hizo mucha gracia. El momento más impactante es cuando está en lo más profundo y el guía te pide que apagues las luces y guardes silencio 10 segundo. Es la oscuridad más absoluta, sin luz no sé como saldrías de aquí.

Tras la visita volvimos a Montejaque, a la entrada de la subida de la Ermita, si con mayúsculas, para lo que hemos corrido los 101 de ronda, sabemos lo que significa esta subida, así que me hacía ilusión hacerla con mis hijas, además desde lo alto ves perfectamente Ronda, un paseo para hacer ganas de comer, y ya que tenemos una autocaravana, que mejor que usarla para comer con cervecita fresquita (sin alcohol ehhh) en medio del campo. Y a volver a casita.

Para mi el viaje en Autocaravana ha sido una experiencia, fantástica en todos los sentidos y mucho más sencillo de lo que pensaba. Ya estamos fijando una nueva fecha en el calendario para repetir, claro que esta vez lo haremos buscando un poco más la aventura, dándole una vuelta de tuerca al asunto. Bueno pues ya tengo algo más tachado de la lista.