15 de septiembre de 2019

Viaje Dolomitas 2019. Parte 3: Val di Sole II



El viernes tocaba la zona del Passo del Tonale, estábamos deseando ir, ya estuve aquí con Marga esquiando hace 2 años y no sé porqué al ver una zona de actividades infantiles enterrada en la nieve se me metió en la cabeza que tenía que volver con las niñas en verano, así que aquí estábamos 2 años después, justo en el paso que hace frontera entre el Trentino y Lombardía. El paso es un pequeño valle, la zona sur es la más agreste con montañas muy rocosas de 3000m, es la más espectacular, con zonas con mucha nieve, incluso con varios glaciares. Nos contaron que antes se esquiaba en verano, pero ahora han decidido proteger el glaciar, ya no queda mucho. Puedes incluso ir al punto más alto en un telecabina, pero claro, esa no es nuestra filosofía.



Preferimos coger el remonte de la zona norte, es una zona más sencilla, con caminitos muy chulos para hacer una buena ruta y con las mejores vistas a los glaciares claro. Los remontes paran justo en la zona recreativa que he comentado antes, de allí hay un camino que remonta el valle hasta un paso de más de 2500mtrs, y que lleva al Lago de Palú donde estuvimos hace 2 días. Nosotros subimos hasta cerca del paso, nos quedaba mucho, y podíamos haberlo intentado, pero faltaba mucha vuelta y pecamos de prudentes. De todas formas ahí las vistas eran espectaculares, las mejores de todo el viaje, con los Glaciares del otro lado.

Bajamos de nuevo a la zona recreativa donde pasamos un buen rato, tomándonos unas cervecitas y las niñas jugando en los toboganes. Martina estaba encantada con las vacas de alrededor y se llevó un sofocón cuando decidimos irnos. De ahí hasta el coche bajamos andando, es un camino tranquilo de 2 o 3 Kms por las pistas de esquí, muy recomendable y el trascurso del cual hicimos la parada diaria para nuestro picnic.

A las 4 estábamos en el coche, teníamos tiempo de subir al menos uno de los grandes colosos del giro, el Stelvio estaba demasiado lejos, así que fuimos por el Gavia. Desde luego no decepcionó lo subimos desde Puente de Legno, 17Kms y para mi es el puerto más espectacular que he subido. Los primero son tranquilos pero a partir del KM7 la carretera se inclina con rampas de hasta el 15% y la anchura apenas cabe un coche, durante casi una hora estas sorteando ciclistas y cruzando los dedos de que no venga un coche en sentido contrario, alguno hubo e incluso algún ocupante tuvo que bajarse para ayudar en las maniobras. Ya digo la carretera muy estrecha, al principio por un bosque precioso y luego por una zona ya de alta montaña con unos barrancos que mejor no acercase. Y así llegamos al puerto más de 2600mtrs, las vistas espectaculares, tanto para el valle del tonale como para Bormio. Allí justo en la frontera con suiza hay unos colosos de casi 3500mtrs con unos glaciares impresionantes. Estábamos tan alto que los neveros estaban a tiro de piedra así que no pudimos evitar la tentación e hicimos un pequeño paseíto para tocar nieve en pleno mes de Agosto.

La verdad que me hubiera gustado dar la vuelta por el mortirolo o bajar a Bormio, pero eran casi las 6 de la tarde, nos quedaban casi 2h de vuelta y la carretera no era como para que se te hiciese de noche, así que dejaremos todo ese valle para otra ocasión.




El sábado, nuestro último día en el valle hicimos una excursión a Madonna di Campiglio, creo que es la estación más grande y conocida de la zona. En el pueblo hay abiertos varios remontes que te llevan a distintas zona de la pista, nosotros decidimos coger al que te lleva al Passo del Grotte, justo hasta la estación intermedio, nos comentario de desde arriba del todo las rutas eran muy complicadas, Comenzamos el paseo subiendo, primero por una pista y luego por un senderito muy chulo que nos llevó al Refugio Graffer, de ahí al paso no era más de media hora subiendo, si no llega a ser por la niebla que se metió y porque no sabíamos si era muy duro la ruta que teníamos previsto lo hubiésemos hecho, tampoco era para tanto.


Tras reponer fuerzas en el refugio comenzamos a bajar de nuevo a la zona del telecabina y de ahí cogimos un GR que nos llevo por unos praditos muy bonitos, caminos sencillos y cómodos que nos daban una vistas espectaculares a los Dolomitas di Brenta, unos bloques gigantesco que superaban los 3000m. Y así en menos de una hora llegamos al Monte Spinale, fin de nuestra ruta. Se nos había hecho corta, la verdad que la de la oficina de información había exagerado un poco, nos planteamos incluso bajar andando a Madonna, pero bueno mejor no abusar y que le quede a las niñas una buena sensación de querer más montañas.

Comimos justo en el monte, en la zona de terraza de un restaurante superpijo, con una zona incluso de reservados donde se notaba que la gente que estaba allí no venían a andar por las montañas, como se nota que esto es una estación de las de categoría, apuntada como prioridad uno para volver, pero en invierno y a esquiar. Bajamos en el telecabina y nos dimos un largo paseo por el pueblo justo antes de volver al apartamento, había que llegar pronto para ir preparando las maletas.

No teníamos claro que hacer el último día, me pudo más el no meterle a las niñas una paliza de carretera de montaña y decidimos ir por la vía rápida hasta Verona haciendo una pequeña parada en Trento. En Trento estuvimos también en nuestro viaje de hace 10 años y la verdad que no me acordaba de nada, después de la visita me dijo Marga, ¿ahora entiendes porque no te acordabas de nada?. No es que sea feo, pero no es nada del otro mundo, no creo que a nadie le merezca la pena viajar a Italia para visitar Trento, pero si te coge de paso.




Lo más famoso es el Castillo de Buonconsiglio, un castillo bonito por fuera que merece una foto, dentro es un museo como tantos otros, así que decidimos no entrar para no darle la paliza a las niñas, si me quedé con las ganas de subir a la torre, creo que por 2 o 3 euros puedes hacerlo. De allí es muy fácil recorrer el casco histórico, pequeñito, calles anchas con edificios señoriales de hace 300 o 400 años. Muchos de los palacetes son edificios públicos, que puedes entrar a verlos, aunque al ser domingo solo estaban abierto la zona de los patios. Y así llegamos hasta la Piazza del Duomo, donde están los edificios mas monumentales. El palazzo Pretorio, con una torre muy chula, creo que es otro museo de los que no entramos, la fuente de Neptuno en el centro, donde pudimos mojarnos para refrescarnos del calor que empezaba a apretar, como se nota que ya no estábamos en montaña, y sobre todo la catedral. Lástima que estuviese totalmente en obras y por dentro no se pudiese ver nada. Lo dicho, tiene sus cosas, pero no es de esos sitios que te dejan huella.

Como era más temprano de lo que esperábamos decidimos ir al Castillo de Beseno antes de comer. Está a unos 15Kms al sur de Trento y desde la autopista se ve espectacular. El problema fue que cuando llegamos al pueblo nos dijeron que no se podía subir en coche, había que esperar un autobús y a cola era inmensa, así que no me arriesgué, a las 6 tenía que estar en el Aeropuerto. Tocaba improvisar y como no estábamos muy lejos decidimos ir al Lago Garda, nuestra primera idea. Fuimos a Torbole a comer, y acertamos.

Que os cuento del Lago, es precioso, para recórrelo con tranquilidad, parando 100 veces en todos sus rincones, calas, pueblos encantadores, montañas, etc. Nos la jugamos y lo recorrimos de Norte a Sur, por la costa Este, de Torbole hasta Garda, era domingo y estaba hasta la bola, las playas llenas, un tráfico intenso, cruzando los dedos para que un atasco no nos impidiese llega a tiempo al aeropuerto. Pero mereció la pena, y eso que solo paramos en Torbole, un pueblo con mucha vida, lleno de bares y tiendas, donde comimos muy bien en un restaurante junto al lago, todo muy idílico, tengo la sensación que no será la última vez que me recorra este lago. Y poco más de ahí aeropuerto y vuelta a Sevilla.

Como resumen diré que una vez mas nos hemos superado, un viaje fantástico que ha tenido de todo, ciudades bonitas, montaña y aventura mucha aventura. Parece un tópico que escribo siempre pero esta vez es más cierto que nunca, nos ha vuelto a despertar apetito de alta montaña, tanto que las palabras Mont Blanc vuelven a aparecer en nuestras conversaciones. El año que viene no creo que lleguemos a tanto pero quizás ahora que las niñas van creciendo le demos una vuelta de tuerca, e intentemos subir muy alto ahora que aún estamos a tiempo. Por ahora es solo una idea, pero quien sabe.

5 de septiembre de 2019

Viaje Dolomitas 2019. Parte 2: Val di Sole



Nuestro primer día completo en la montaña fue el miércoles 7, que amaneció muy gris, aún así decidimos ir al valle de Peio y subvalle que se adentra en todo el corazón del parque del Stelvio. El valle tiene 2 ramificaciones, nosotros cogimos la más occidental que termina a unos 1600mtrs en un pequeño parking donde dejamos el coche, de ahí empieza una pequeña subida por un sendero muy chulo hasta llegar al lago de Palu. A pesar de ser un lago artificial es precioso, está a más de 1800mtrs entre grandes montañas, azul intenso rodeado de zonas muy verdes, llegar a el te lleva unos 15 min y sólo este paseo merece la pena.

Como el tiempo nos respetaba, caían algunas gotitas de vez en cuando pero nada importante, decidimos empezar a rodearlo, además Cristina decía que si cantaba dejaba de llover y supongo que es casualidad, pero cada vez que caían algunas gotas Cristina empezaba a cantar y a los 2 min había dejado, jeje, a ella le hacía ilusión. Rodemos el lago por la parte sur, la norte estaba cerrada por trabajos de desforestación. Es un paseo muy bonito, sin apenas desnivel, de 2 o 3 Kms que haces en 45 min, continuamente cruzas pequeños ríos por puentes artificiales, muchos de ellos salvan espectaculares cataratas que mueren en la orilla del lago. Además te va dando una visión distinta de las montañas cercanas.

No creía que pudiésemos llegar al final de lago, pero lo hicimos, hasta una pequeña cabaña no guardada con unas vacas muy raras y peludas en los alrededores, a Martina le encantaba acercarse a ellas. Justo aquí comienza una larga subida de 4h que te lleva a la zona del Paso del Tonale, otra gran ruta que tengo apuntada, pero claro con 2 niñas de 3 y 7 años lo mejor era volver sobre nuestros pasos. Al final nos salió una ruta de unos 6 o 7 Kms y de casi 3 horas, mucho más de lo que tenía pensado.


Tras comer en un merendero junto al parking nos acercamos a Peio, pueblecito curioso de montaña, pero lo mejor es que llegamos (de casualidad) a una zona de reserva donde atiende a los animales heridos del parque justo cuando había una actividad para explicar su labor. Nos tragamos más de media hora en italiano una explicación de los animales del parque, la verdad que se entendía muy bien y el guía se esforzaba para que nos enterásemos. Bueno, estuvo interesante y nos permitió ver gratis la reserva. No es que sea gran cosas, ves muchos ciervos pero poco más.

Coincidiendo con la siesta de las niñas decidimos subir la carretera del otro lado del valle, iterminable, después de más de 10Kms y no sé de que altura decidimos volvernos, estaba empezando a llover más fuerte y la carretera era complicada, no sé cuanto más seguiría pero el valle era una pasada, teníamos ya encimas montañas de casi 4000 mtrs, con sus neveros y pequeños glaciares, estábamos en todo el centro del parque del Stelvio, la zona más inaccesible, de aquí comienzan cientos de rutas de alta montaña. Por cierto el famoso paso del Stelvio estaba detrás de esas montañas, puede que a poco Kms en línea recta, pero a más de 3h de coche, hay que dar una vuelta increíble, eso si que no ha podido ser este año, así que ya no tengo excusa para no volver a la zona.


En la bajada a Croviana paramos a tomar café en un bar que vimos con un parque con muchos casas para los niños, Cris y Martina disfrutaron como locas de la tirolina, pero lo mejor es que había uno zona de escaladas y pasos aéreos, vamos una vía ferrata artificial, apuntamos a cristina a la opción fácil y me sorprendió que lo hiciese sin miedo, aunque esto no es nada para lo que vendría el día siguiente. Por cierto la mujer que gestionaba el parque nos intentaba convencer para que hiciésemos rafting al día siguiente, tentador, el río de Val di Sole es uno de los más famosos del mundo para  rafting. Si no llega a ser porque Martina no podía y uno debía esperar 2h, lo hubiese hecho, una experiencia más en la vida. Y justo al llegar a casa, el diluvio universal, lo dicho que suerte tuvimos con el tiempo.

El Jueves decidimos ir a la zona norte del Valle, cruzamos Ces y llegamos al Val di Nom, buscamos la gargantas de Novella, otra actividad como casi todas las del viaje descubierta en tripadvisor. Llegamos a las 10 y ohh casualidad, pero que suerte tenemos, la visita es guiada y sólo se puede a las 10 o por la tarde, después de discutir un rato con la de la taquilla porque no dejaba entrar a Martina, entramos, aunque la mujer no estaba conforme era demasiada pequeña.

La visita dura más de dos horas y son 4Kms de ruta, la primera parte la recorres en dirección norte por unas plantaciones de manzanas, muy famosas en la zona, la mujer nos explicaba todo el proceso, en italiano claro, aunque una vez más se entendía y además para eso tenía a la experta al lado. Pero lo mejor estaba por llegar, la vuelta la haces por unas plataformas artificiales que han construido en el cañón que ha formado el río. Es espectacular, hemos hecho varias de este estilo pero esta quizás sea la mejor, había zonas donde el cañón tenía mas de 50mtrs de profundidad y tocabas ambas paredes con las 2 manos, una ruta impresionante viendo la inmensa fuerza del río, las cataratas, las cuevas, todo en general, otro gran acierto del viaje.

Tras tomar en Cles un aperitivo fuimos al valle de Rabbi a comer, otro subvalle que sale justo desde Male. La pena es que la carretera la cortan de 10 a 6 de la tarde en un parking que hay justo antes de las termas, es un sitio muy chulo para comer pero te cae lejos del camping donde empiezan las rutas. A pesar de todos decidimos dar un paseíto carretera arriba. Es un paseo bonito, vas por un camino junto a un rio, nuestra intención era llegar al puente colgante que hay en la parte alta del valle, pero después de andar más de media hora nos dimos cuenta que era muy ambicioso, o nos volvíamos o no llegábamos a la actividad que teníamos prevista esa tarde, así que dejaremos este valle para el futuro.

Y así casi a las 5 de la tarde llegamos a lo que se convirtió en la actividad estrella del viaje, un parque multiaventura situado en Croviana. Te lo venden como el más grande del valle y no sé si ciertamente lo es, pero es espectacular. Son 9 niveles de rutas entre árboles, pasos por todo tipo de puentes, tirolinas y demás, a cual más complicado. Martina disfrutó mucho haciendo una y otra vez el nivel 1, el único para su edad, pero lo de Cristina fue un espectáculo, aún ahora, 3 semanas después no para de hablar de eso, que hizo del nivel 2 al 4, y que por supuesto quiere volver para hacer el 5. Yo hice con ella el 4, y realmente es una pasada, la cantidad de pasos complicados que hay, no sé como pudo hacer todo eso sin ayuda. Lástima que cerraran a las 18:30, queríamos hacer el 5 pero ya no nos dejaron, no sé si para mi fue un alivio, porque si me resultó difícil el 4, no queiro ni pensar en seguir subiendo.