28 de diciembre de 2013

Viaje a Lisboa y alrededores diciembre 2013.

Por dos veces habíamos pospuesto este viaje, hace un año por un compromiso y esta primavera por mal tiempo, pero como no hay mal que por bien no venga, creo que hemos clavado la fecha de hacerlo, porque Cris ha crecido ya lo suficiente para poder disfrutar como nunca de un viaje tan largo y nosotros de disfrutar de verla tan feliz.



El jueves 5 de diciembre salimos para Lisboa, la ida la hicimos por la carretera del Rosal, había tiempo y preferíamos ir tranquilo por la nacional y de paso hacer una breve parada en el Alentejo  concretamente en Beja. Lo del Alentejo es historia aparte, para mi es una gran desconocida que por suerte lo tengo muy cerquita. Está lleno de pueblos increíbles por los que cada vez que pasó me recuerda que tengo que volver de nuevo. Esta vez toco la parar en Beja a la ida y a la vuelta pasar junto al fantástico castillo de Monsaraz y Mourao. Pero no voy a entrar más en esta zona lo voy a dejar  para un pronto viaje, al menos eso espero.

Llegamos a Lisboa a la hora del cafelito y decidimos hacer una breve parada en el cristo Rei, no lo habíamos visto en nuestra anterior visita y de verdad merece la pena, no la iglesia en si y si me apuráis ni siquiera la  estatua, que si es muy alta y mirarla impresiona, pero lo más espectacular es la vista que tiene de toda Lisboa, el centro, Belem y toda la desembocadura del Tajo. El cristo es una réplica del Cristo del Corcovado de Río de Janeiro. Y hablando de réplicas justo delante teníamos el puente 25 de abril, una réplica del de San Francisco, otra maravilla de Lisboa, verlo desde ahí, desde abajo y atravesarlo, lo que tuvimos la suerte de hacer 2 veces en el viaje.

Desde ahí a nuestro apartamento en Cascais ya sólo había que recorrer la carreterita de la costa. Que pasada de carretera, ya la primera vez que lo hice hace varios años me recordó el juego outrun, donde una pareja con un Ferrari Testarrosa conducía por una carretera serpenteante junto a unos acantilados, y no es sólo paisaje de costa de la desembocadura del Tajo, es también la cantidad de fortalezas, palacios, palacetes, mansiones, faros, castillos, etc etc que se ven en los pocos Kms que van entre Lisboa y Cascais. Para mi esta es la típica carretera para recorrerla con mucha tranquilidad y parar una y otra vez.

Cascais en si otro pueblo que nos sorprendió muy gratamente, pueblo de costa con un casco histórico repleto de callejitas estrechas en medio de las cuales estaba nuestro apartamento, el pueblo totalmente decorado ya para navidad, muy bonito. Pero este no es el pueblo pesquero deprimido, es un pueblo muy turístico, y de gente con dinero, la prueba está en su puerto deportivo y en el castillo fortaleza que tiene al lado, que no es más que uno de sus muchos hoteles de lujo por el que merece darse un paseo.

El viernes tocaba visita a Sintra. Lo de Sintra es difícil de describir, es la Disneylandia del turista, lo mejor es aparcar en el centro y pedir el plano del parque temático, perdón de la ciudad, castillo, palacio, palacete, mansiones. Como en nuestra última visita ya vimos el famosísimo Palacio de Pena, sin duda el más espectacular, y de lo más bonitos que he visto, esta vez toco cambiar un poquito. Pero antes de nuestra primera visita no pudimos resistir la tentación de subir la montaña  del palacio de Pena, e intentar buscar algún sitio para hacer alguna foto bonita. Sólo subir esa carretera ya merece la pena, estrecha subiendo una montaña que parece una auténtica selva, y eso es un problema porque es tan tupida la vegetación, que por mucho que buscamos una perpestiva del palacio los árboles nos la tapaban una y otra vez, eso si disfrutamos de lo lindo del paseo por los múltiples caminos que hay en la montaña, senderos preciosos en medio de el bosque.


No sé si debería de contar esto, nuestro siguiente objetivo era la Quita de la Regadeira, se me ocurrió no hacer caso a la de la oficina de turismo y en vez de aparcar en el pueblo me fui con el coche hasta la fica, efectivamente no había sitio para aparcar, pero mira por donde al entrar en lo que creia que era un Palacio para dar la vuelta resulto ser un hotel, y nos ó pudimos ver otro fantástico edifico, con por cierto la mejores vistas al Atlántico, sino que aparcamos gratis y además, os juro que sin querer, vi la entrada del bar de la Quita y cuando me di cuenta estaba dentro del palacio., ejem, tengo una teoría con respecto a como entrar en los sitios, pero eso mejor no dejarlo por escrito…La Regadeira es otro fantástico Palacio de esta ciudad, pero lo más espectacular de este son los jardines. Tan grandes e impresionantes que sólo pudimos ver una parte, sobre todo destacan los pozos o torres invertidas, que no son más que entradas a unos subterráneos que los comunican entre si, algunos con luz y otros bastante oscuritos, creo que a Cris no le moló mucho esto.


De la Regadeira a la siguiente visita, el monasterio de los capuchos o capuchinos. Es un monasterio de hace 500 años semi derruido, contrasta con la megestuosidad de los palacios de la zona, pero este edificio de piedra en medio de la selva casi comido por la vegetación recuerda los templos perdidos de los mayas o alguno en medio de la selva asiática,  Indiana Jones en el templo perdido. Yo que soy más de historia que de palacios visualmente despampanantes, disfruté muchísimo viéndolo. Y acorde con el templo la carretera que te lleva a Cascais, otra carretera superestrecha de montaña, que bien me lo pasaría yo aquí con mi bici. Tempranito en Cascais lo que nos permitió pasear tranquilamente por este bonito pueblo, no me repito en lo que he contado antes de el, sólo añadir que de casualidad encontramos una zona de acantilados llamado la boca del infierno (quien se dedicará a poner estos nombres?) que merece mucho la pena. Todo genial a excepto el porrazo que se metió la pobre Cris cuando penso en el bar del cafelito que había cristal y no lo había (curioso, alrevés de lo que suele pasar), menos mal que la ventana daba a una terraza y solo cayó en ella pegándose en la barbilla con una viga, heridita y gran susto.


Al día siguiente tocaba visitar la capital. Lisboa es un sitio sorprendente, es una mezcla entre lo antiguo y a veces cutre que resulta en ciertos sentido Portugal, y una curiosa modernidad a la hora de tratar el turismo. Siempre he dicho que me encanta ir a Portugal porque tengo la sensación de retroceder unos años y a la vez sentirme casi como en casa, pero no nos engañemos, en muchos aspectos, sobre todo en el tratamiento del turismo Portugal está mucho más avanzado que nosotros, en fin, no me enrollo mas. Como sólo teníamos un día para ver Lisboa, cosa imposible, nos centramos en algunos sitios en concreto. Empezamos por el centro, por la plaza del Comercio, una impresionante plaza que por un lado se abre al Tajo y el resto está rodeada de edificios majestuosos que se corresponden con ministerios.
Justo atravesando un precioso arco en el lado opuesto al río, del que ahora comentaré algo, entramos en una zona de edificios de época, por llamarlos de algún modo, da la impresión de estar en la zona noble. Es una zona cuadriculada y perfectamente planificada, estamos en la zona comercial donde se mezclan las típicas tiendas que están invadiendo todas la ciudades, Zara, Springfield, etc con las tiendas tradicionales, peculiares en muchos sentidos y que el lo único que le dan a esta zona la sensación de casco antiguo. Y justo al final de esta zona las plazas de Roxio y Figueira, de nuevo rodeada de bonitos edificios y de las que sale un gigantesco bulevar o alameda de jardines que prácticamente atraviesa toda la ciudad. ¿pero donde está la parte antigua y vieja de la ciudad? ¿esa llena de calles estrechas y edificios viejos?
La explicación está en el terremoto de 1755 que arrasó Lisboa, eso hizo que toda esta zona se reconstruyese en el S XIX, promovido por el marqués de Pombal, y ya se hizo de una manera moderna y planificada. Y como colofón la plaza del comercio y ese arco del que os hablé antes que supuso el fin de la reconstrucción de la ciudad. Para ver una zona más antiguas te tienes que ir a las partes altas. Al oeste el famoso barrio alto, que me queda como pendiente. Las laderas son tan inclinadas que hay una serie de ascensores para subirte, el más famoso el de Santa Justa, por cierto el único vertical. Es un ascenso con ya más de 100 años, con un estilo que te recuerda la torre Eiffel, sin duda uno de los edificios más bonitos de la ciudad. Y al este el verdadero barrio antiguo, la colina donde empezó la ciudad. Con el castillo de San Jorge y la Catedral a la que hicimos una breve visita, nada del otro mundo, sin duda no es el gran edifico religioso de Lisboa como ya comentaré más adelante.

Después de tomarnos un vinito en una de las típicas tabernas de la zona antigua pusimos rumbo a Belem. Belem es un barrio de las afueras,  pero con tanto atractivo turístico como el propio centro. La joya de la corona es el monasterio de los Jerónimos. Solo la iglesia es una pasada, nada que ver con la Catedral, y ya si le sumas el Claustro de traca, por cierto 7€ por verlo algo caro para ser Lisboa, pero mereció la pena, no sólo porque es precioso, sino porque creo que a Cris le encantó, se dedico a correr gritando,  alrededor de todas las columnas, ella si que era el centro de atención de los turistas. Eso es sólo una pequeña parte del edificio, el resto, es un museo arqueológico y otras historias que no vimos, solo desde fuera te das cuenta de la dimensión tan impresionante del mismo.

Y da ahí a otra cosa que me quedaba pendiente, tomar un cafelito con el famoso pastel de Belem en la famosa cafetería de Belem, delicious!!!. Para terminar la tarde un paseo por el río, con el monumento a los descubridores a un lado y la Torre de Belem al otro, este último sin duda de los monumentos más bonitos que he visto, un castillo pequeñito pero precioso, me recuerda al de Amberes, más que algo defensivo, parece una mansión de un noble rico a la orilla del río, ver allí una puesta de sol no tiene precios. Y antes de llegar a casa una pequeña parada en Estoril, pero como hacía tanto frío y era de noche, hicimos la visita del médico y decidimos volver al día siguiente, así que por ahora no cuento nada más.

Nuestro último día lo dedicamos a recorrernos la costa dirección norte, podemos decir que es la continuación de la carretera Lisboa-Cascais que comenté al principio, y que al menos en esta parte sigue siendo igual de bonita, llena de pueblos pintorescos, acantilados, fortalezas, castillos, palacios….el planning del día consistía en irme el punto más alejado e ir volviendo, por 2 motivos, primero porque por la mañana hacía mucho frío y así cuando hiciésemos la primera parada esperaba que el sol ya calentase algo y segundo porque me conozco y si lo hubiese hecho alejándome soy capaz de apurar el día y llegar hasta Oporto, lo la consiguiente paliza para la pequeña Cris.

Nuestra primera visita Azenhas do Mar, un bonito pueblo encajado en unos acantilados, el pueblo en si es muy bonito, pero aún mejor es pararte en un mirador que hay antes de llegar y poderlo ver de lejos, te das cuenta de cómo está colgando de unos acantilados, cosa que cuando está por sus estrechas y reviradas calles no puedes apreciar. Nuestra siguiente parada playa de Macas, donde paramos a tomar un cafelito y dar un agradable paseo por la orilla del mar, esta zona se ve más turística, creo que es la playa más cercana Sintra porque hay una carretera que va directa, que por cierto tiene una via paralela por la que circula un tranvía turístico muy curioso, y porque arriba en la montaña podíamos ver el famoso palacio de Pena. Turístico pero con encanto, os puedo asegurar que esto no es Marbella ni mucho menos.

De ahí al famoso cabo de Roca, con su monumento en el que presume de ser el más occidental de la Europa continental, creo que esto ya lo he visto en otro lado, no sé si Finisterre o el cabo San Vicente o en ambos, lo que si es verdad que el sitio es precioso, aquí están los acantilados más altos y merece la pena recorrerse un caminito que va pegado a ellos. Bajando ya de la montaña llegamos a las playas cercanas a Cascais, zona de Surferos y dunas, con su parque natural, con su centro de interpretación, sus pasarelas de maderas, todo muy bien montado. Y sus castillitos defensivos, algunos bien conservados y otro de los que apenas queda un muro en pie. Tras tomarnos un perrito caliente, típico, típico americanoen una rulot ambulante de la playa tocaba nuestro último destino, Estoril.


Estoril sigue teniendo ese are señorial de cuando los reyes y nobles se dedicaban a veranear allí, lleno de mansiones, por cierto bien conservadas, palacetes y sobre todo su castillo en la playa, nosotros nos dedicamos a recorrer todo el paseo marítimo y Cristina más que a recorrer a correr. Y poco más. que al día siguiente volvimos una vez mas recorriendo el Alentejo, llegamos justo para comer en Galaroza, carne de la sierra y a casa a la hora del café. Resumiendo, Lisboa nos ha encantado, ya hemos ido 2 veces y tengo la sensación de que se me han quedado muchas cosas por hacer, pero lo que más nos ha gustado es ver todo lo que la  peque ha disfrutado, lo que le gusta corretear por todos lados, menudo cambio que ha dado desde nuestro último viaje, por eso estoy seguro que algún día volveremos, no hay 2 sin 3, pero para eso queda algún tiempo, antes nos quedan muchos proyectos más inminentes, que entre lo que ya ha ido la peque a Portugal y nuestra próxima visita al Alentejo, espero no posponerla mas, como sigamos yendo allí, alguien va a acabar dedicándole un fado a Cris…Cristina la Portuguesa.

10 de noviembre de 2013

Ultratrail Sulayr Sierra Nevada

Es complicado explicar como en menos de 1 año, de salir a correr unos Kms por el parque pasas a plantearte correr una ultratrail de caso 60. La verdad que no sé como funciona la mente de Marga. Se levanta un día y dice que esta semana no corre que le da pereza, y los días que corre no va más allá de los 6Kms tranquila, pero de repente se levanta otro y quiere correr una Ultratrail de 60, ¿Dónde está el termino medio? Ala 57Kms con 2500 de desnivel sin ni siquiera haber pasado por una media maratón y con 3 meses para prepararlo, pero que 3 meses, Verano en Sevilla, un infierno sin montañas.

Así que desde el minuto 1 se le planteaba la duda, yo ya estoy acostumbrado a eso, a sus dudas, cuando sabía que salvo catástrofe el éxito estaba asegurado. ¿y como entrenamos? Pues sencillo, durante la semana, casi no corremos, no hacemos nada y el fin de semana salimos a hacer 20 o 30Kms. Un entrenamiento poco ortodoxo, sin continuidad, sin planificación, sin series, sin nada de nada. No quiero decir que seamos superhombres que hacemos estas cosas sin entrenar, ni que esto lo corra cualquiera que sin ninguna forma física se le encienda un día una bombilla y diga mañana me pongo a correr como Forest Gum. Detrás tenemos un bagaje deportivo y un fondo conseguido con los años de bici, pero a veces pienso donde podríamos llegar si nos lo tomásemos en serio. Quizás llevo a la práctica en exceso mi teoría sobre estos deportes más “extremos” ¿Quién quiere piernas teniendo cabeza?

En resumen que el 28 de Septiembre estábamos metidos en plena Ultratrail. Las sensaciones son muchas, primero que es una maravilla correr por pleno parque natural de Sierra Nevada, tanto los senderos como los paisajes eran preciosos y casi parecía que estábamos de ruta turística, segundo que en este tipo de carrera va uno piano piano, sin pensar en lo que queda, proponiéndose llegar al siguiente punto, ahora corro, ahora ando, ahora paro, no hay prisa, vas cumpliendo con tus tiempos previstos y listo. Las piernas se van cansando pero si mantienes tu ritmo y no te planteas más allá de los siguientes Kms, aguantan sin problema. Sólo lo pasé mal los últimos Kms, y más psíquicamente, porque perdí la referencia, quería llegar al pueblo antes de que oscureciera y no llegaba, si llego a tener un GPS que me hubiese ido marcando lo que quedaba, no me hubiese agobiado tanto en esa última parte, y eso me afectó también el físico.

La carrera en si, muy dura, primero un sendero de 10Kms en el que era difícil correr, se cruzaba 100 veces un río y era superestrecho y pedregoso, luego 2 subidas durísimas, en las que vas andando y sorprendentemente recuperas. Entre el 20 y el 30 una parte favorable, buen terreno y sin subida, para empezar la última subida de 15 Kms que no ves nunca el final. La última parte eran 10Kms de bajada con buen terreno, pero como comenté antes cuando más rápido se podía ir , a partir del Km 50, una pista en bajada, petamos y no nos quedó más remedio que andar los últimos 7 Kms. Además fue duro ver como en toda la carrera nada más que hicimos adelantar gente (salimos al final) y en este tramo nos adelantaran de nuevo.

Al final después de casi 11h de ruta llegamos, con el tiempo que nos propusimos (algo menos), con la sensación indescriptible de haber hecho algo grande, algo que teníamos en una pequeña lista de cosas a hacer y que vamos tachando poco a poco. Como siempre cuando cruzamos la meta nos acordamos del pequeño ciquitraque que estaba esperándonos en casa. Siempre cuando hacemos algo de este tipo el Sol y las estrellitas están en nuestro pensamiento y siempre pienso que quizás algún día Cristina nos acompañe y hagamos esto juntos hasta que conforme vaya creciendo se aburra de nuestro ritmo y nos acabe dejando atrás.



Curioso que cuando Marga llegó a meta dijo “pues no estoy tan cansada”, eso me hizo pensar que 1 semana después, cuando ya se había pasado el cansancio nos íbamos a plantear repetir una parecida (o peor), y la verdad que eso estamos, ya ni pregunto, os diría que miedo me da, pero bueno mientras tengamos tantísima ilusión por hacerlo me da igual lo que sea, estoy seguro que lo conseguiremos. 




7 de septiembre de 2013

VIAJE AL PIRINEO NAVARRO 2013. Segunda parte

Día 6. Viernes 9 de Agosto. San Sebastian 

San Sebastian es una de esas ciudades con un encanto especial, no es que no sea bonita, la cuidad es preciosa, pero es que San Sebastian es algo más que su apariencia “física”, y eso la ha convertido en un destino turístico preferente. Nada más llegar te das cuenta, una ciudad señorial al borde del mar le da un encanto especial, pero no es sólo eso. Es el contraste entre el casco antiguo que representa el corazón del nacionalismo Vasco y la zona de casas señoriales que aparenta lo contrario. Es el ambiente, es que se respira cultura por todas las esquinas y gastronomía, sobre todo gastronomía. San Sebastián es la ciudad gastronómica por excelencia, miles de personas van al año sólo por comer allí, desde sus humildes pero suculentos pinchos, hasta los restaurantes más famoso del mundo. 16 estrellas michelín tiene la ciudad, Arzak, Subijana, Berasategui, en la oficina de turismo la gente no pide un mapa, pide una guía gastronómica.
 

Pero vamos a centrarnos, San Sebastian son 2 calas (o playas) espectaculares separadas por el casco histórico, al este la playa de Gros (Zurriola) presidida por el famoso Kursaal. Es quizás la menos conocida y por lo tanto la más tranquila. En ella destaca sobre todo el famoso auditorio de arquitectura moderna, Kursaal, esta bien, pero cuando lo vi, esperaba que me poseyera Stendhal un poquito más.

Y al Oeste la famosa playa de la concha, en un dia tan bueno como hacía estaba a reventar de gente, un ambientazo increíble. Paseando por ella te das cuenta de lo bonita que es la ciudad, el Urgull a la derecha y el monte Igueldo a la izquierda y esta playa encajonada entre ambos, una imagen preciosa. De ahí el casco histórico está a un paso, no me voy a extender mucho más de lo dicho,  pequeñito, de calles estrechas, recordándonos a cada paso que significa el moviendo vasco, por momentos sería hasta tenebroso si no fuese porque está atestado de turistas y a cada paso hay un bar, y que bares, es para volver a reincidir en lo mismo, un verdadero museo gastronómico.
 
A un paso del casco antiguo está la catedral, que sorprendentemente está en la zona más moderna, una zona de edificios del SXIX en plan señorial, casi como si estuvieses paseando por la Gran vía o por París. La catedral es bonita, me recuerda a las Alemanas, como curiosidad y poco para respetar a su hermana más anciana, la Iglesia de Santa María en el Casco Antiguo, desde la puerta principal puedes ver la puerta principal de Santa María, una calle recta que atraviesa todo el casco antiguo y la zona moderna y enfrenta una iglesia con la otra.
 
Ya sólo nos quedaba la última visita, ver las vistas de la ciudad desde el monte Igueldo que son impresionantes, para ello recorrimos toda la playa de la concha, que desde el palacio de Miramar pasa a llamarse Ondarreta y llegamos al peine de los vientos. La playa de Ondarreta nos llamó mucho la atención, parece una playa de hace 100 años, con sus casas señoriales en primera línea y sus casetillas en la playa a rayas azules y blancas donde supongo que los bañistas se cambian o guardan cosas, y al final de esta el peine de los Vientos la famosa estatua de chillida que le da un punto más de encanto a la zona.


Día 7. Sábado 10 de Agosto. Los Pirineos.

Hoy era el gran día, teníamos prevista la actividad principal del viaje, la etapa reina. Lo habíamos planificado cuidadosamente y pospuesto varias veces hasta que el tiempo nos diera garantías para conseguirlo. Hoy íbamos a subir al Orhi el segundo dos mil de la peque, pero está claro que no se puede luchar contra la naturaleza y aunque el día amaneció espléndido conforme subíamos el puerto con el coche la niebla se iba haciendo mas y mas densa, y como el otro día, cuando estábamos en la frontera (punto de inicio) apenas se veía a unos metros. Pero eso no era lo peor, intenté salir del coche para leer el cartel del inicio y casi no puedo andar, un viento huracanado casi no me dejaba estar en pie, además escuchaba a Marga que no paraba de pitarme dentro del coche, cuando volví lo entendí. El viento movía el coche y daba miedo estar allí, así que la mejor opción salir corriendo de allí bajando lo más rápido posible por la carretera dirección Francia.
 
Fue una buena decepción, pero no nos quedó otra, además como no hay mal que por bien no venga, eso nos permitió poder hacer 2 rutas espectaculares por 2 gargantas en la zona francesa, estaban en el plan del día, pero no sabíamos que eran tan dura y si llegamos a subir al Orhi quizás no hubiésemos hecho ninguna.

La primera es la garganta de Holtzarte, casi 3Kms por un camino precioso, al principio encajonado junto a un río, pero conforme avanzas empieza a inclinarse mas y mas, por un terreno muy complicado y resbaladizo, tanto que han puesto una cuerda para ir agarrándose. Imaginarse eso llevando a una niña de 1 año en un cangurito. Subir fue complicado, pero más lo fue bajar, la técnica era ponerme de espalda, agarrarme a la cuerda y prácticamente rapelar. Pero merecía la pena, arriba en lo alto, en medio de la nada, el puente de Holtzarte, un puente colgante espectacular de más de 200m de alto, que atraviesa de un lado a otro de la garganta. Te pones a pensar quien se le ha ocurrido hacer esto aquí y como demonios lo han hecho. Como curiosidad decir que estamos haciendo parte de un GR, vaya manera de dar continuidad al GR, no sé exactamente cual es pero me gustaría hacerlo alguna vez sólo por volver a este tramo. La mejor manera de describir el puente es con el vídeo que hicimos.


La segunda es la garganta de Kakueta, que por cierto te cobran por entrar. Son otros 2 Kms, y a pesar de las múltiples pasarelas que le han hecho para poder ir por medio de la garganta, no la vi tan espectacular como la otra. Quizás porque no tuviese el puente o quizás porque ya iba muy cansado, casi 10Kms con Cris en lo alto me dejaron listo, además como se iba quedando dormida la vuelta la hice casi corriendo. La garganta acaba en una cueva, que es lo que te anuncian todo el tiempo, pero si os digo la verdad, es mucho más espectacular la catarata que hay en la entrada que la cueva en si. Lo curioso es que al principio puedes coger unos cascos, y nosotros por no preguntar cargamos con 3 cascos como tontos toda la ruta, para al final nada, me pensaría yo que íbamos a hacer espeleología.
 
Totalmente agotado decidimos volver, esta vez cruzando a España por la mesa de los 3 reyes, sin duda esta es la zona más espectacular del pirineo navarro, la más alta, pero nada, una vez más la niebla no nos dejo disfrutar del paisaje, aquí ya dejamos el verde casi radiactivo por la piedra gris, estamos hablando ya de montañas de 2500mtrs con nieve en pleno mes de agosto. Esta zona si la tenemos subrayada para volver cuando Cris sea una montañera de primera.


Día 8. Domingo 11 de Agosto. El Urkulu y el Berrendi

Pretendíamos tomarnos con tranquilidad el último día, así que decidimos explorar una carretera que salía de la fabrica de armas de Orbaiceta dirección Francia, algo cerquita del pueblo. La carretera se metía en plena Selva de Irati, muy estrecha y por momentos encementada pero con buen asfalto lo que hizo en menos de 30 min nos plantásemos en la frontera. La zona es espectacular, ya hemos dejado abajo la selva y ahora estamos en un prado verde intenso de esos que duele la vista. Está todo repleto de monumentos megalíticos, y hay varias rutas para poder visitarlos.

Pero lo que más le gustó a Cris fue los animalitos. Según nos contaron, en verano suben el ganado a esta zona y lo dejan suelto, eso hacía que por todos lados hubiese rebaños de vacas pastando junto a la carretera. Cris se emocionaba cada vez que veía a una vaca y empezaba a griar, guagua guagua..

Lo curioso es que de ahí a la base el Urkulu apenas había 15min de coche, joder hace unos días estuvimos prácticamente aquí, y dimos una vuelta enorme bajando por Francia con una niebla que no se veía a 5metros, y resulta que teníamos una carretera que nos llevaba directa al pueblo. ¿pero quien hace los mapas de carretera?. En fin que hoy que el día era espléndido podemos intentar subir al Urkulu.


La verdad que pensaba que nos iba a costar más, pero en menos de 1h haces cumbre, es un sendero algo inclinado pero fácil, y Cris se portó como una campeona, ella encantada mientras estuviese pasando cerca de las vacas. La cumbre tal y como me esperaba, una de las más altas del Pirineo Navarro occidental, con unas vistas increíbles, kms y kms hacía los valles franceses y españoles y en dirección este, el Ohri a tiro de piedra. Me dio algo de coraje porque hoy seguro que hubiésemos hecho cumbre allí, muy buen día y parecía asequible visto desde aquí, en fin, que inatentaremos volver algún día. Pero aún hay mas, justo en la cumbre hay una torre semiderruida, de origen romano, ver restos romanos en una montaña de estas dimensiones no creo que sea muy normal. Una nueva gran cumbre para Cris y para mis estrellitas.


Ya que estábamos decidimos acercarnos a ver la cueva de Arpea, así que otra pequeña rutita con la peque. La cueva está chula, pero lo mejor es la zona, la cantidad de montañas y rutas que hay por la zona, desde luego si viviese aquí me llevaría todo el día subiendo estos montes. Y poco más e vuelta al pueblo arreglar cuentas con nuestra casera y a descansar toda la tarde que hay que hacer las maletas.

¿descansar? ¿Quién dijo descansar?. Nuestra última ocurrencia, ya que estamos ¿por que no subimos un poco por el carril que lleva al Berrendi? Llevamos viendo esa pared ahí toda la semana y algo tendremos que hacer. Para arriba otra vez, con el coche hasta donde el camino nos dejó y luego a patas, a patas y sin parar hasta hacer cumbre. Primero por la pista, después por un hayedo que no sé ni como no nos perdimos, y por último pegado al cortado ganando altura y con el pueblo cada vez más abajo.



Varias veces dijimos, un poco más y nos volvemos, pero por cabezones llegamos hasta la cumbre, hasta el vértice geodésico, con un barranco a nuestros pies de cientos de metros y con la luz justa para bajar a toda velocidad para evitar que se nos hiciese de noche.



Y poco más, al día siguiente vuelta un poco pesada pero a eso de las 19:00 estábamos en casita. Sería difícil resumir todo este tocho de 8 días de viaje en un párrafo. Pero en pocas palabras nos ha sorprendido muy gratamente Navarra, tanto su parte monumental como sus montañas, es de esas regiones que quedan en segundo plano para el turismo al no tener las montañas más altas ni los monumentos más famosos, pero tiene una mezcla de ambos que la hace especial y desde luego en nosotros tendrá un aliado quien la quiera promocional. Además ha sido el segundo contacto de cristina con la alta montaña, y ha salido tan bien como el año pasado en Peñalara. Mi pequeña montañera va creciendo poco a poco, solo espero que todo esto para ella sean siempre buenos recuerdos de una afición sana que sus padres le intenta inculcar poco a poco y que cuando sea mayor diga, yo empecé subiendo pequeñas montañas en la espalda de mis padres.

19 de agosto de 2013

VIAJE AL PIRINEO NAVARRO 2013. Primera parte


El pirineo Navarro ha sido este año el destino elegido por nuestra familia para sus vacaciones veraniegas, que son posiblemente las más importantes del año, al menos las mas largas. Y como siempre la elección ha sido buscando naturaleza, montañas, deportes de aventura, y fresquito, mucho fresquito, es decir, todo lo que nos falta por estos lares donde vivimos.



Dia 1, domingo 4 de agosto: Camino Soria.

Dichosa canción, es casi imposible sacársela de la cabeza desde casi el primer día que decidimos hacer una parada intermedia en el camino de ida para conocer la única ciudad de las dos Castillas en la que aún no habíamos estado. Cantándola o tarareándola cada vez que buscaba información de Soria, cuando salimos por la mañana, cuando vimos Soria en los carteles de carretera o cuando paseábamos por la ciudad. Pensaba que algún lugareño se iba a volver ya harto de la maldita canción a decirme, cállese!!! Pero como se suele decir que hablen de ti aunque sea para mal, así que una ciudad que es casi un pueblo, en medio de la nada y en una zona tan deprimida creo que le debe mucho a la canción.

Bueno que me enrollo, la primera impresión que me dio Soria fue agridulce, dulce porque la vi muy limpia y ordenada, aparentemente una buen sitio para vivir, pero agria porque me pareció una ciudad fantasma, hasta intenté acuñar la frase, más difícil que encontrar una cafetería en Soria. Para colmo todo los monumentos cerraban en Domingo por la tarde, así que nos tuvimos que conformar con verlos por fuera. Y eso que tenía ganas de empezar a ver Románico (me iba a hartar en el viaje), el claustro de la catedral y sobre todo el medio derruido de san Juan del Duero, nada quedará para otra ocasión ¿Cuándo volveré yo a Soria? , hasta la famosa Numancia cerraba el domingo tarde.

Pero mi idea de Soria fue variando conforme se echaba la noche. La ciudad de repente se lleno de vida, tenía que dar un voto de confianza, que era una tarde calurosa en pleno mes de Agosto. Fantástico ambiente en la alameda. , y el casco histórico precioso, lleno de edificios medievales, iglesias románicas y placitas y rincones preciosos, todo ello junto con un ambiente excepcional que se respiraba en las calles llenas de bares y terracitas. Al final Soria no ha quedado en el listado de ciudades “horribilis” que hemos visitado, ni mucho menos, Soria, sin nada en concreto que destacar ha quedado arriba en la lista de ciudades españolas (a ver si algún día hago un ranking) y bien merece una visita.

Dia 2. Lunes 5 de Agosto. La Navarra Monumental.


Por la mañana tempranito tras una breve parada para ver la catedral, pusimos rumbo a tierras navarras, atravesando la altiplanicie Castellana. Vaya sitio, tiene que ser duro vivir aquí, a nosotros nos pareció muy curioso, una llanura a más de 1000m, árida, con pueblos medio fantasmas, lleno de iglesias, castillos y torres medievales semiderruidas, y de fondo vigilando todo el Moncayo una mole de montaña que tengo puesto en el punto de mira.

Entramos en Navarra por el suroeste, por el desierto de los Bardenes, parque natural, con montañas al estilo de Arizona, pero algo menos espectaculares, no era plan con el calor que hacía parar aquí. Poco a poco el desierto va dando paso a las vides, estamos entrando en la tierra del vino navarro y como no de los monasterios. Paramos a ver el de la Oliva, el más antiguo de la orden del Cister que aún está activo. Un monasterio precioso, pequeño, recogido, con su claustro e iglesias muy bien restauradas.


Voy a hacer un pequeño inciso con este tipo de edificios, ¿Por qué nos llama tanto la atención?  Como bien dijo la peculiar guía que nos enseñó el monetario de Leyre (del que hablaré más adelante) me niego a decir que el Románico es el hermano menor del Gótico. El Románico floreció en esta zona en los siglos XI y XII, mientras nosotros estábamos bajo dominio islámico, al sur no llegó nada de esto, nos saltamos directamente al gótico. Ver estos monasterios, estas iglesias, que en su época fuero el no va más de la tecnología no nos deja absolutamente indiferente, todo lo contrario levanta una gran admiración por nuestra parte


Del monasterio a Olite. Olite aparece en muchas webs como uno de los pueblos más bonito de España, cosa que llamó tanto mi atención que no pude resistir parar. El pueblo en si es bonito, pero tampoco gran cosa, lo que es verdaderamente impresionante es el castillo y más aún si te explican como se construyó y el lujo que se respiraba allí en la época de los últimos reyes navarros. Sin duda unos de los más grandes y bonitos que he visto (y he visto muchísimos) y eso que sólo está reconstruido una tercera parte tal y como era en la edad media y el exterior de otro tercio (que se corresponde al parador), el tercio restante está completamente en ruina.
 
Y al fin al Pirineo, hasta Hiriberri o Villanueva de Aezkoa que sería nuestra base de operaciones de la siguiente semana. Hiriberri bien merece un párrafo, es un pueblo de los más perdidos que existe, en el corazón del Pirineo, solo 127 habitantes, se llega a el por una carretera de montaña sin salida, en definitiva es el perfecto pueblo de montaña, quizás su aspecto no fuese tan cuidado como algunos pueblos de alrededor más conocidos como Aribe o Ochagavía pero sin duda era el más auténtico. Además estaba a los pies de un monte, el Berrendi, con una pared vertical gigantesca con el que me obsesioné desde que lo vi y al final los coronaríamos, aunque de eso ya hablaremos más adelante.
 
A todo esto hay que sumar que era paso de la transpirenaica, toda las tardes en el bar del pueblo nos sentábamos a tomar una cerveza y mientras Cristina se hacía hamiga del guagua del bar nosotros charlábamos con los que iban haciendo la ruta escuchando sus historias, nos ha quedado unas ganas increíble de hacerla, al menos en parte. 


Dia 3. Martes 6 de Agosto. El Camino


Roncesvalles no es solo uno bonito pueblo pirenaico en una preciosa y verde planicie rodeadas de montaña, con su monasterio-colegiata medieval perfectamente restaurado, sus capilla y albergues de peregrino. Roncesvalles no es solo uno de los pueblos mas peculiares de España, el único propiedad de la iglesia, donde sólo ha censado unos cuantos monjes, donde no hay casas, solo edificios religiosos, bares y hoteles. Roncesvalles es mucho más, pero sólo el que ha hecho o piensa hacer el camino de Santiago puede entender eso. Roncesvalles es el primer pueblo del camino francés (el mas transitado) es España, el principio para miles de personas al año desde hace siglos de lo que va a suponer el viaje de su vida.

No es sólo turismo es algo espiritual. Os puedo asegurar que una de las fotos más buscada es una simple señal de carretera que pone Santiago 790Kms. ¿y porqué? Porque es el objetivo de muchos de los que pasan por allí y el sueño de otros que simplemente hacen turismo por la zona . Por eso enfrentarme a Roncesvalles 5 años después de hacer el camino, aún me ponía los pelos de punta. No voy a describir la breve visita que hicimos a la colegiata o al albergue, lo más importante es sentarte un ratito en un bar a tomar café y escuchar con la ilusión que hablen los que están o pasan por allí. Una felicidad, unos nervios, si les pides un pequeño favor, que te hagan una foto por ejemplo, se mueren por hacértelo. Si tuviésemos ese espíritu todos los días del año, muchas cosas cambiarían en el mundo.
 
Y de ahí al alto de Ibañeta, donde originalmente se asentó el monasterio (lo tuvieron que bajar a su actual ubicación para evitar unas condiciones metereológicas tan adversas) y donde hay un monumento conmemorativo de la famosa batalla y una capilla (en plan moderno) supongo que para justificar lo que significa ese lugar. Pero una vez más, como en el 2008, la niebla nos envolvió de tal manera que tuvimos que suspender el paseo. La niebla le da a esta zona un punto aún más místico, parece increíble que en cuanto sales de la zona de Ibañeta-Roncesvalles el tiempo está bien, entras allí y parece que entras en otra dimensión, será casualidad, pero a nosotros ya nos ha pasado las 2 veces que hemos ido. Así que tuvimos que irnos a nuestro siguiente destino  Saint-Jean-Pied-de-Port.
 
La visita a  Saint-Jean-Pied-de-Port era simplemente porque es el primer pueblo frances del camino y lo utilizan mucha gente como inicio del mismo añadiendo una etapa más. Pero fue un acierto total, quizás sea tan místico como Roncesvalles, pero el pueblo es precioso. Con sus calles y casas de piedra, con sus puentes antiguos y su fortaleza en todo lo alto. Nos sorprendió muchísimo y más aún con el ambiente que había. Lleno de bares, tiendas y restaurantes, con las calles atestadas de turistas, mereció mucho la pena.
 

Y ahora el camino inverso, de nuevo a Roncesvalles, pero en vez de ir por la nacional, por una carretera local, por todo el camino de Santiago. El problema fue que nada más empezar a subir de nuevo la niebla apareció, y la verdad que lo pasamos mal, muchos Kms por una carretera de montaña local, donde apenas se veía a 5metros. La idea era subir al monte Urkulu, pero tuvimos que descartarlo, menos mal que pudimos días después porque la zona era una pasada, pero de eso ya hablaremos más adelante. Así que salida lo más rápido a la nacional y para casa, que esta tarde había tertulia en el bar Berrendi.

Día 4. Miércoles 7 de Agosto. Las hoces navarras y el monasterio de Leyre.

Con la fuerza que bajan esos ríos pirenaicos es normal que la zona esté llena de hoces formadas a lo largo de los años por la erosión de los ríos. Nosotros elegimos 2 para visitar. La de Arbayun, sin duda la más espectacular, muy estrecha con paredes de más de 400 mtrs de altura, inaccesible si no llega a ser por una plataforma que han puesto para que los turistas puedan verla desde lo alto, bueno inaccesible según nos dijo la chica del centro de interpretación de Lumbier, todo es ponerse.

Y la de Lumbier, es mucho menos espectacular, pero la gracia que tiene es que puedes recorrerla por completo, por ella transcurre una vía verde. Son 2 Kms muy sencillo, y bonitos junto al río, pensaba que era la ruta ideal para hacer con Cristina en el canguro,  pero no sé si por el calor o porque lo que quería era andar tardamos muchísimo, pensaba que era casi imposible hacer las rutas pirenaicas prevista para los siguientes días (me equivoqué, parece que también se aburrió un poco en esta ruta tan simple y lo que le va es la marcha, se crece ante la adversidad). Como curiosidad comentar que al final de la vía hay un sendero ya algo más complicado, que te lleva a un antiguo puente derruido en las guerras contra los franceses hace 200 años, de allí tienes una vista muy chula de la foz.
 
Cerca de Lumbier está el monasterio de Leyre  otro monasterio con 1000 años de historia del estilo de los que ya vimos en días anteriores. El monasterio es benedictino y funciona como tal, sólo se puede visitar una pequeña parte, la cripta y la iglesia, del antiguo claustro románico que tanto nos gusta no queda ni rastro. Lo que más nos gustó fue la forma tan peculiar de la guía de explicarlo, con una sencillez y una pasión, vamos como lo haría yo, ni mucho menos un guía al uso. Recuerdo que de la cripta dijo, no se ha utilizado nunca de nada, ni para enterrar gente ni para hacer misas, cuando la restauraron pusieron ese altar, si eso se hiciese ahora le meterían un puro al restaurador.
 
Cristina más interesada en apagar las velas que escuchar la explicación sobre si los huesos encontrados eran de los reyes o no (los echaron todos en un cofre sin catalogar mucho y allí están expuestos), de tanto que la mandamos a callar aprendió el gesto típico con el dedo, así que se dedicaba a mandar a callar a todo el mundo, guía incluida.

Y vuelta a los pirineos, por el pantano de Yesa, hasta el valle del Roncal,  esta zona es más bien prepirinaica, al pie de las grades montañas que marcan la frontera con Francia y no tan verde ni tan frondosa como Irati, pero llenos de pueblos precios, Roncal, Izaba u Ochagavía(este último ya en el otro valle, el de Salazar )  son 3 claros ejemplos de pueblos de montaña, con calles estrechitas y casa de piedras muy bien conservadas y decoradas. Merece mucho la pena parar en ellos y pasear tranquilamente por sus calles.

Día 5. Jueves 8 de Agosto. La Selva de Irati. 


Parece mentira que estemos en plena selva de Irati y no hayamos reservado ni un solo día para visitarla. Pensamos, bueno por las tardes tranquilamente, pero el ritmo que llevamos no es para reservar tardes, así que hoy Jueves y viendo que el tiempo no esta muy católico nos vamos a quedar en la zona.

Irati podemos decir que es toda la zona en la que estamos, está todo lleno de bosques frondosos, de esos que prácticamente cuando entras es como si se hiciese de noche,  de hecho, en nuestra ruta estaba lloviendo y nosotros casi ni nos enteramos, por momentos muy tenebrosos, pero desde luego espectaculares. Los pueblos se venden al turismo como que están en plena selva, pero los del parque natural han acotado una zona que consideran el corazón de la selva, el pantano de Irabia, y es la que todo el mundo visita, acotan y cobran 5€ a cada coche por entrar (2€ a nosotros al estar alojado en la zona).

Al pantano se puede entrar por Ochagavía o por Orbaiceta. Nosotros optamos por la segunda opción, y tras una breve visita a su famosa fabrica de armas, edificio casi derruido del S XVIII (la verdad que merece la pena pararse si estás por la zona), entramos en el parque. Impresiona los Kms y Kms de bosques, son casi 10 por una pista encementada hasta llegar al pantano. Allí optamos por la ruta corta, bordear el pantano por la parte sur, es quizás la más espectacular porque es donde el bosque es más cerrado y además se hace por senderos muy estrechitos. Ya os digo, llovía y nosotros nos enterábamos porque veíamos las gotas caer en el agua del pantano, teníamos un paraguas natural sobre nuestras cabezas. En resumen, una ruta espectacular, en la que Cristina se portó genial, a  ella mientras le vayas cantando se lo pasa bien. El único problema es compensar el moviendo del baile para que no nos desequilibremos.
 

Y como no paraba de llover, decidimos irnos a comer a Pamplona, vamos salir del pirineo a ver si mejoraba el tiempo. Y si mejoró, Pamplona ya la conocimos, pero fue un gustazo pasear con Cristina por esas calles que tan buen recuerdos nos traía del camino de Santiago. Que si aquí compramos el bocadillo, aquí nos lo comimos, etc etc y Además es una pasada comer de pinchos, la famosa calle estafeta está llenas de bares con sus mostradores repletos de pinchos, a cual más bueno. Casi salimos rodando, es imposible no parar en todos.