1 de noviembre de 2017

Viaje a Ronda y el pueblo pitufo


Ni sé las veces que habíamos programado ir al Pueblo Pitufo, un año intentando ir, pero cuando no era la lluvia, era la operación de Cristina o mi viaje a Marruecos. Así que este otoño era objetivo prioritario y en la primera ocasión, allí que fuimos. Si hacía calor, quizás mas de lo normal, pero es que si nos arriesgábamos a esperar a Noviembre, seguro que algo pasaba.


El viernes 6 de Octubre salimos camino de Cartajimar, pueblo de la serranía de Ronda en pleno valle del Genal. El valle una maravilla, no sé la de veces que he venido y cada vez me sorprende más. Una Sierra preciosa, con una vegetación espesísima, atravesada de carreteras sinuosas y pueblos a cual más espectacular.


Cartájimar es un pueblo muy pequeñito, pero con mucho encanto, el pie de “Los Riscos” una formación de montañas muy curiosas que bueno, algún día tendremos que visitarla. El pueblo de calles estrechas, cuestas, fantástico para pasear. Tomamos café en el bar donde estaban los jubilados jugando a las cartas y fuimos a la única tienda del pueblo, era para verla. La casa donde nos quedamos magnífica, con todas las comodidades y un balcón con vistas a Los Riscos, donde podías ver una preciosa puesta de sol.


El Sábado tocaba ruta, y en otro sitio que hay que enmarcarlo, la Sierra de las Nieves. Para llegar al corazón de la sierra tienes que coger un carril de más de 10Kms, se me olvidaba, era el viaje de estreno de nuestro nuevo coche, un todocamino que se comportó como un campeón por estos lares. Que diferencia cuando cogimos este carril hace unos años con el otro coche. bueno, que llegas al merendero y de ahí tienes cientos de alternativas, nosotros intentaríamos la más clásica de todas, subir al Torrecilla, el pico más alto de Málaga con 1919m.

Nada más entrar en el carril nos dimos cuenta que por allí transcurría una carrera, por cierto hago un paréntesis con las carreras. Aparte de los famosos 101, en Ronda hace muchísima a cual más apetecible. EL UTVG es una de ellas, que ya tiene fama internacional, recorrer todo los pueblos del valle debe ser una pasada, y por la sierra de las Nieves hay varias, hasta un organizador nos contó que quieren meter los 101 por aquí, pero claro a ver si el parque da permiso para meter a más de cinco mil personas recorriendo esto en un día.


Bueno, que vuelvo al merendero, allí el Seprona nos echó. Está prohibido los coches por el parque con la calor que hace, pero los de la organización habían dejado las puertas abiertas, así que decisión rápida, dejo a Marga y las niñas y saco el coche a más de 2KM, donde podía dejarlo. Y carrerita al merendero. Llegué empapado, ofu que calor. Tras ver a los primero ciclistas, empezamos el sendero de subido por un pinsanpar. Precioso, casi 4 Kms con 400m de desnivel. Marga decidió con Martina a cuestas tirar para adelante y yo contando cientos de historia a Cristina para que no se aburriese y no se acordase del cansancio.


Como una campeona hasta arriba, hasta las antenas. Más de hora y media por un sendero en zig-zag. A partir de aquí ya no había tanto desnivel, pero nos quedaba más de la mitad del recorrido, ya no había sombra, era ya la una y la calor era intensa, además tenía claro desde el principio que esto era un imposible. Llegar hasta aquí me parecía increíble, así que buscamos una sombrita para comer y para que Cristina no se sintiese mal subimos una pequeña montañita y allí plantó su bandera. Estaba deseando, llevaba días diciéndolo y luego se llevo días contándoselo a todo el mundo, y como no sabemos si la montaña tenía nombre la bautizó como montaña Cristina. Aunque luego bajando se acordó que ya había yo bautizado una montaña así hace años y me dijo, papa puedo cambiarle el nombre, claro, pues se llamará Montaña Martina.

https://youtu.be/qev3reslEi4


https://youtu.be/UQ8bNbESbUs



La bajada por el carril de subida a las antenas, muy larga, ya pensaba que se me plantaba, pero nada, llegamos de nuevo al merendero y de ahí un alma caritativa nos llevó al coche. Vaya ruta de casi 8Kms que se había hecho la niña, a ver si sigue así, porque entonces podremos hacer muchas cosas junto.


Por la tarde tocaba visitar el famoso pueblo pitufo, Juzcar. La verdad que es muy curioso ver el valle salpicado por esos preciosos pueblos blancos y que de repente te encuentres uno completamente azul. Tanta fama le ha dado al pueblo que con apenas 500 habitantes tiene más de 50 mil visitas al año. Las niñas disfrutaron muchísimo haciéndose fotos con los restos que quedan de pitufos, porque por desgracia el propietario de los derechos de los Pitufos ha pedido un pastón al pueblo y han decidido ocultar cualquier referencia a los mismos, pero quedan muchas cosas, algún dibujo en una casa, casitas tipo setas y un Papa pitufo gigante con el que todos los niños se hacen las fotos.



En fin que todo muy bien, para Cris un sueño y para Martina una pesadilla, porque cada vez que pedía el chupe le decíamos que se lo había llevado un pitufo, y hoy, un mes después seguimos diciéndoselo, y ella con su media lengua responde, Tufo no, chupe de Nanina. Curioso que cuando tomaba café en un bar recordé la imagen y si aquí habíamos estado hace unos 6 o 7 años, después de hacer una vía ferrata, cuando el pueblo era blanco y no azul, que cosas.


Al día siguiente tocaba Ronda. No recuerdo yo Ronda, no sé cómo decirlo, tan turística, cosmopolita. Un domingo estaba abarrota de turistas de todas las nacionalidades, con todos los bares y tiendas abiertos, y a mi me parecía estar más en una calle de Londres que en un pueblo andaluz. Bares modernos, tiendas muy curiosas, todo muy cuidado. Del pueblo en si, pues el famoso tajo, con su puente, precioso, el entorno el barranco el camino por debajo, por arriba, los balcones, el parador, todo. Es una de las postales más bonitas que se pueden ver.


Yo he tenido la suerte de verlo muchas veces y desde todos lados, hasta subiendo el tajo por una ferrata que hay. Al lado, la famosa alameda en la que acaba los 101, que recuerdos, dos veces he llegado aquí a la meta, y este año no pudo ser la tercera, primera a pie, por culpa del trabajo. Y la plaza de toros, esto es lo peor del turismo, creo que 9€ por cabeza entrar, mejor eso lo dejamos para los Japoneses. En fin que quedan muchas cosas más que no vimos, como las murallas, el barrio de la zona Este del Tajo, etc etc. Me volvió a sorprender muy gratamente, volveremos y seguro que más de una vez.

Y ya está, de 10 esta nueva aventura de la familia, viaje muy completito, de aventura, de naturaleza, de cultura, de monumentos, con nuestro nuevo coche que se ha portado fantásticamente. Es una zona que está a 2h de casa y que habrá que planear alguna que otra fuga más, como decía Cristina, Papa tendremos que volver pronto a ver si sigue arriba mi bandera.

8 de octubre de 2017

Pirineo Aragonés Verano 2017 (2/3)


El miércoles amaneció con bastantes dudas así que de nuevo dejamos lo del tren, pensamos mucho las alternativas y decidimos algo que no estaba en el plan, el Valle de Ordesa. Estaba a una hora de coche, en un principio lo habíamos descartado porque Ordesa significa Monte Perdido, y esas son ya palabras Mayores, es una subida que está en nuestro radar para un futuro no muy lejano, pero como se nos habían acabado las ideas decidimos ir a ver un poco el Valle, y no nos arrepentimos en absoluto.


Ya que íbamos escogimos uno de los sitios más típicos, la pradera de Ordesa. Para llegar a ella tienes que dejar el coche en el pueblo de Torla y coger un autobús que te lleva a la pradera, para Cristina fue lo mejor del día, montarse en un autobús. Justo donde te deja empieza la subida para el famoso refugio de Goriz y el monte perdido. Es difícil describir esto, sin duda lo más espectacular de todo el viaje, un valle en forma de U entre unas espectaculares paredes, bueno que quizás viendo las fotos os hagáis una idea porque esto es muy difícil describir.


La subida la hicimos por la parte norte del río justo hasta las primeras cataratas, una hora de camino impresionante, la mejor foto de todo el viaje, que ahora mismo está en la pared de mi escalera junto con la de los viajes de los últimos 4 años, anda, otra cosa que se está convirtiendo en una tradición. De ahí hacia arriba ni me lo imagino, porque quedaba los más espectacular, o al menos lo más conocido, las cataratas de cola de caballo, el refugio, el paso de roland, y como no el Monte perdido. Ya está marcado con letras doradas en nuestros proyecto.

Pero claro demasiado lejos habíamos llegado con las niñas así que decidimos bajar por el otro lado del río. Bueno, casi se me olvida Martina perdió su muñeca, para ella un drama y para nosotros que no hay manera que duerma sin ella, menos mal que justo haciendo las fotos en las cataratas un niño que subía la había recogido y nos la dio, mucha suerte, porque a partir de aquí había varias opciones para subir. Bueno que comimos junto a las cataratas y bajada rápida porque  aunque el tiempo nos había respetado empezaba a chispear, pero bueno fueron dos gotas y pararon. Debajo de nuevo autobús y a casita. Este valle merece un viaje en exclusiva y después de haber visto sólo una pequeña parte estoy seguro que lo haremos. Creo que esto entra dentro de nuestro cambio de filosofía en los viajes, hemos pasado del corre corre que hay que verlo todo por si no vuelves, al tranquilo que si no ves algo ya tienes una excusa para volver.

Jueves 10 era nuestro último día en los pirineos, y amaneció muy nublado. Definitivamente nos quedamos sin tren de Autouste. En las partes altas estaba lloviendo. Pero con esas ganas que tenía Cristina de ir en teleférico no nos quedaba otra que buscar una alternativa. Así que nos fuimos a Panticosa y cogimos el Teleférico que estaba abierto hasta la parte alta de las pistas de esquí. La zona es muy bonita, y esquiar aquí tiene que estar bastante bien, lástima que el año que vinimos con Formigal cerrado no caímos que aquí había otra pista, pequeña pero molona.

Bueno que las 2 se lo pasaron genial en el Teleférico, súper contentas, nerviosas, saludando cada vez que nos cruzábamos con una cabina. Para ellas una gran experiencia. Ya arriba decidimos hacer una ruta muy chula, de unos 2 Kms de subida,  una horita hasta el Ibon de los Asnos. Vas por pistas de esquís que no suelen ser caminos bonitos, pero el paisaje es precioso. Vas ganando mucha altura, hasta más de 2000m, abajo ves todo el valle, sus pueblos, sus lagos, una ruta muy recomendable para niños.

Y lo mejor cuando subes la última rampa y llegas al lago, está metido en una especie de circo glaciar rodeado de montañas, hay pequeños caminos que te llevan a unos miradores, pero ya era abusar y además el tiempo empezaba a empeorar, así que decidimos empezar a bajar. Bajando a la derecha está el Ibon de Sabocos, nos íbamos a acercar por un senderito muy chulo, pero empezaba a llover, cubrimos bien a las niñas y directo al Teleférico. Abajo el tiempo era otra cosa, había nubes, pero nada de lluvia y temperatura agradable,  así que decidimos comer en un merendero junto al embalse de Bubal.


No sabíamos muy bien que hacer por la tarde, así que decidimos ir a ver si podíamos coger el tren de Tramacastilla. Es un tren de estos que van por la carretera, por lo que pensábamos que sería un paseíto por el pueblo y alrededores, no nos llamaba la atención, y era bastante caro, pero quien le decía ahora a las niñas que se quedaban sin tren. Tuvimos bastante suerte porque cogimos las 4 últimas plazas del tren de las cuatro, había otro a las 6:30, pero si hubiésemos tenido que esperar, hubiésemos llegado muy tarde para hacer las maletas y nos hubiésemos pelado de frío, ahora hablo del frío más adelante.


En fin que ahí íbamos los 4 en el tren por el pueblo diciéndole adiós a todo el mundo, pero de repente el tren entra por un carril y empieza a subir y a subir y a subir. Madre mía que camino, no sé cómo un tren de estos se puede meter por aquí, pero es espectacular, estamos en medio de la nada, otra vez a más de 2000m, en un lago glaciar, el único problema era el frío. Ya nos advirtió en la salida, coger chaquetas para subir, ni me imagino lo que sería los que viniesen aquí 3 horas más tarde. Ya sólo por esto merecía la pena gastarse el dinero. Pero quedaba lo mejor.


Del lago sale otro camino, que sigue subiendo, y entra en el valle más bonito que he visto en todo el viaje, junto con Ordesa claro, rodeado de unas paredes impresionante, con nieve en los corredores de subida, y al fondo una especie de paso al valle de Canfranc. Aquí arriba hubiese sido muy difícil subir a pie, con las niñas imposible, y me hubiese perdido esto. Bueno, paradita del tren en el punto más alto y ahora a bajar hasta Piedrafita, y de ahí meterse por un bosque precioso hasta Tramacastilla. Muy, pero que muy recomendable, menos mal que nos animamos a hacerlo. De ahí a casa 5min, a hacer las maletas ducharnos que mañana toca madrugar a las 5 para volver, aunque con el recuerdo de este último gran día, que ha sido muy completo.


El Viernes poco que destacar, que hice casi 5h del tirón en coche hasta Guadalajara que se despertaron las niñas, que Cristina me vomitó en la M30 y que a media tarde estábamos en casa, después de más de 1000Kms seguidos, claro que las niñas se portaron muy bien. Y poco más. Este ha sido el segundo gran viaje en familia que hemos hecho, segundo viaje de montaña, segundo que sale todo perfecto y segundo que hemos disfrutado muchísimo. Ya tenemos en la cabeza los siguientes proyectos, como dice Cristina la siguientes aventuras de toda la familia junta.

20 de septiembre de 2017

Pirineo Aragonés Verano 2017 (2/3)


El lunes es uno de esos días que decides hacer un turismo más convencional, la idea era ir a Anso, porque en todas las Webs viene como uno de los pueblos más bonitos de España. El problema es que estaba muy lejos, a casi 2h en coche, de carretera algunas no muy decente, pero era como una espinita que teníamos clavada, está en la frontera con Navarra y ya hace 3 años cuando fuimos al pirineo Navarro nos quedamos con las ganas, así que era ahora o quizá nunca.

No pensábamos que el viaje se nos haría tan pesado, con vomitona incluida de Cristina, la primera (no sería la última) de estas vacaciones, que salvamos de milagro usando una bolsa. Sólo destacar el principio de la carretera cuando entras en el valle, un desfiladero impresionante, con la carretera prácticamente cavada en la roca a pico y pala. El pueblo, si es bonito, es muy bonito, pero de los más bonitos de España, no sé yo, igual ya le tenía manía. Es el típico pueblo de piedra, con calles estrechas, muy cuidado, limpio, muy bonito para un paseo, pero a 5 minutos de Escarrilla había 5 o 6 igual que este, en fin.

Que tras la visita decidimos pasar al valle de Hecho, y sorpresa, la carretera es mucho mejor, ofu, porque no vendríamos por aquí, bueno dejo de poner ya pegas, pero es que para colmo ya no nos daba tiempo a ver Hecho y el monasterio de Siresa, al final vamos a tener que volver otro año. Bueno que comimos en un merendero tranquilo de la carretera y decidimos ir al monasterio de San Juan de la Peña cerca de Jaca, y el día se empezó a enderezar. El monasterio es una pasada, de lo más bonito que he visto.


Tienes que subir por una carretera de montaña muy bonita a lo más alto, donde está el monasterio nuevo que ahora mismo es un Hotel y hace las veces de Museo. La visita está bien, te explica toda la historia del monasterio y puedes ver por el suelo acristalado las ruinas del monasterio original que se quemó hace ya 2 siglos. Cristina alucinaba, cogió la cámara e hizo al menos 100 fotos, hace poco las he revisado y casi se puede hacer un inventario de las piezas del museo, hizo foto a todo. Pero quedaba lo mejor, de aquí salen autobuses que le llevan al monasterio antiguo, vamos al original, del  S XI, cavado literalmente en la roca. Hay zonas que se conservan muy bien y merece mucho la pena venir. Además este es el Panteón de muchos de los reyes de Aragón, que están enterrados aquí.


El claustro es una pasada, está semi en ruinas pero puedes ver la esculturas en las columnas que son preciosas, nuestra guía las explicaba una a una, y Cristina la primera super atenta, al final, como no, la guía se hizo su amiga y le contaba cosas, le decía a la gente, empezamos cuando Cristina llegue… vamos la atracción del grupo. Para completar el conjunto monumental en el pueblo donde empieza la carretera, Santa Cruz de la Seros, hay otra preciosa iglesia del S.XI. En resumen una tarde muy bien aprovechada.

Para terminar el día nos acercamos a Jaca, y la verdad que no decepciona. Tenía buen recuerdo de cuando vine con Marga hace 3 años, en invierno con todo nevado, ahora era distinto, pero la ciudad es igual de bonita, con la ciudadela que es un castillo-museo muy chulo, la catedral que es bonita y sus calles estrechas llenas de bares con un ambientazo impresionante, tanto que hasta nos costó encontrar un sitio en una terraza para tomar una cerveza. Lo malo de tanta gente es que Cristina nos dio el susto del viaje y se perdió, a Marga casi le da algo, menos mal que solo había ido a la siguiente esquina a esconderse como un juego, menuda bronca se llevó la pobre.


Para terminar cena en McDonald y a casita justo tiempo. No he visto una tormenta así en mi vida, conforme íbamos subiendo el valle la veía acercarse, cada segundo un rayo parecía el apocalipsis, Marga estaba totalmente acojonada, llegamos justo a tiempo, 1 minuto antes de que empezara la impresionante granizada, ahora si que agradecía tener el coche en el garaje. 

El martes tenía pensado una excursión muy chula que descubrí como por casualidad, el tren de Artouste. Un tren que recorre lo más alto de las cumbres por el lado francés, hasta hay que coger un teleférico para llegar a la parada de inicio. Pero no contaba con algo que recuerdo qu emi amigo Oscar me advirtió en mi primera visita, cuando hice la Quebrantahuesos, por muy bueno que esté aquí el tiempo cuando cruzas a Francia todo cambia. Y así fue, lluvia, viento, frío, no era nada agradable, así que decidimos seguir dirección Francia a ver si mejoraba el tiempo.

Primera parada, el pueblo de Laruns, es uno de esos típicos pueblos franceses, bonito y con mucha vida. Muchas pastelerías, tiendas de quesos, etc. Aprovechamos la parada para que las niñas estuviesen un rato en el parque y comer un rico pastel, pero el tiempo no mejoraba, así que decidimos cruzar al valle de Panticosa por el Marie Blanc. Que recuerdos más buenos de cuando lo subí, aunque ahora íbamos en dirección contraria. La idea era parar en las praderas que hay en la cumbre, pero nada seguía lloviendo, así que decidimos volver a España por el túnel del Somport. 8,8Km de túnel, Cristina encantada, con lo que le gusta un túnel, todavía presume de cruzar el túnel más largo de España.

Y en España, sol y más sol. Sorprendente, mucho viento, pero despejado. Comimos en un merendero en Canfranc y fuimos a ver la famosa estación. Eso si, sólo por fuera porque las entradas estaban agotadas para 2 días. Hubiese estado chulo, porque la estación impresiona, no sé que pretendieron montar aquí, y aunque llega algún tres, el edificio principal está abandonado. Es el símbolo de la historia del esplendor de los trenes.

Había sido un día flojito, así que decidimos parar en los dólmenes de Santa Elena, y bueno, primero hicimos una pequeña ruta  por un camino que lleva a Biescas. Lo han preparado muy bien, va recorriendo antiguos puente, metido en un bosque bastante tupido, la cosa empezaba a mejorar, además vimos los dólmenes, bueno estaban reconstruidos, pero te haces una idea de lo que había aquí hace cinco mil años.

Y quedaba lo mejor, subida a la ermita de santa Elena. La subida es en zig-zag por el camino de una antigua fortaleza que siempre ves en lo alto, y hasta donde tienes que llegar. Todo muy bien hasta que Cristina se empeñó en no ir en Zig-zag. Así que allí íbamos ella y yo acortando, mientras Marga y Martina daban toda la vuelta por el camino. Una, dos y hasta tres veces, hasta que en uno de esos atajos la inclinación empezaba a ser muy, pero muy peligrosa. Nos habíamos quedado atascado, no sabía si seguir subiendo o bajar, Marga nos veía ya desde arriba asustada, por un momento pensé que íbamos a tener que llamar a emergencias. Subía a Cristina un metro y luego subía yo, Cristina ya estaba muy nerviosa, me tiraba muchas piedras cada vez que daba un paso, y yo me resbalé hasta un par de veces, pero pude agarrarme a una roca para no caer mas de 2 o 3 metros. Lo pasamos realmente mal, pero llegamos. Menuda bronca nos llevamos. Cuando miraba por donde había subido, de verdad pensaba que había sido algo imprudente meter a una niña por ahí, pero ahora con el tiempo cada vez que lo cuento digo, fue nuestra gran escalada, lástima que en ese momento ni cayera en hacer una foto.


Bueno después del susto paramos un rato en lo más alto de la montaña, donde está la Ermita de Santa Elena, muy bonita por cierto, parecía una de esas imágenes de los Alpes, me recordaba mucho a Heidi, y poco más, foto y para abajo, al final nos había salido otro fantástico día de montaña, aunque Marga siempre lo recuerda como el día que casi tuvimos que llamar a los bomberos.




7 de septiembre de 2017

Pirineo Aragonés Verano 2017 (1/3)


Y llegaron las vacaciones de verano!! este año de nuevo montaña, y ya algo más serio, viajecito a los Pirineos que la más peque tiene ya más de 1 año y hay que empezar a espabilarla. La zona seleccionada fue el Valle de Tena en Huesca, es la tercera vez que visito esta zona, pero la primera en plan montañismo, y la verdad que no nos ha decepcionado en Absoluto.

Así que ahí estábamos, el jueves 3 de agosto a las 6 de la mañana los 4 miembros de la expedición poniendo rumbo al norte de España. El viaje bien, sin contratiempos, a eso de las 12 ya habíamos pasado Madrid y a la hora de comer estábamos ya en Carenas donde pasaríamos la noche. La idea era ir esa misma tarde a ver el Monasterio de Piedra, y así lo hicimos, con casi 38º en una zona súper árida pesábamos que iba a ser una tortura, pero no nos quedaba otra, las entradas, que por cierto son bastante caras, las había comprado por internet y no era cuestión de tirarlas, además no podía ir a la piscina del pueblo porque no pensamos en ningún momento traer bañador al viaje, gran fallo, tampoco ocupan tanto y siempre sale alguna oportunidad de bañarse.
Comimos en el apartamento y a eso de las 5 de la tarde nos acercamos a Nuévalos donde está el Monasterio. El Monasterio en sí, no es nada del otro mundo, es bonito, lo mejor la explicación que nos hicieron y Cristina que siempre pegada a la guía escuchando con atención como si se enterase, cuando nos retrasábamos haciendo alguna foto ella se ponía nerviosa, venga papá que nos lo perdemos, es que tengo una niña demasiado responsable. Que destaco, el claustro está bien y sobre todo la ruina de la iglesia, y la cripta que hay bajo esas ruinas con los resto (se ven los huesos) de ahora no recuerdo quien.

Pero lo mejor del monasterio esta fuera, han construido unos jardines reconduciendo el rio y formando una especie de bosque, con un microclima, con 10º menos que fuera, aquí no hace calor en absoluto, es algo sorprendente. Y lo más espectacular han hecho cuevas y cataratas impresionante, pero alguna de por lo menos 50m, son increíbles te pones al lado e impresionan, por esto si merece la pena haber pagado la entrada


https://www.youtube.com/watch?v=BeoVFybQpbI


Tras la visita paramos en Nuévalos a tomar una cervecita. Con el calor que hacía para mi la mejor de todo el viaje, una Ámbar, curioso que estando en Aragón no nos la pusieran ya en todo el viaje. Al día siguiente directo a los pirineos. Primera parada Sabiñánigo, bueno ya lo dije en mi anterior visita hace unos años, no es un pueblo idílico de montaña por decirlo suavemente. Pero nos sirvió para dar un paseo, obtener información en la oficina de Turismo, comer y comprar provisiones para una semana.

Y a Escarrilla, la que sería nuestra casa durante la próxima semana. La verdad que mejor imposible, la casa preciosa, una pequeña urbanización de montaña, moderna pero conservando la estética de la zona. La casa con todas las comodidades posibles, vamos un acierto. Y el pueblo igual, pasa la nacional y eso no lo hace tan auténtico como otros cercanos, pero tenía todo lo que necesitábamos, así que la tarde la pasamos paseando y jugando con las niñas en el parque. Mañana empieza la montaña.
El Sábado 5 decidimos quedarnos cerquita, directamente al balneario de Panticosa, a menos de 15 min. El balneario es un hotel junto a un laguito, alrededor del cual hay muchas zonas con césped y sombra para poder montar un picnic, se da un aire a Vall Nuria. La idea era hacer una pequeña ruta aprovechando el famoso GR11 (la transpirináica) que sube hasta el Ibon (es como llaman aquí a los lagos) de Bachimaña donde hay un refugio.

Quizás el error fue empezar por el margen Oeste del río Caldarés, el camino es complicado, con zona de bastantes piedras incluso pasos que ha puesto cuerda para agarrase. A ver, no es tan complicado, pero cuando vas con una niña de 5 años y otra de 1 en un cangurito ya es otra historia, además no era el mejor día de Cristina así que tras unos 30 minutos de ascensión, aprovechando un puentecito que cruzaba al otro lado, decidimos parar y empezar a bajar, también he de decir que el camino en sí es precioso, va encajonado en una garganta junto al río, ganando poco a poco altura, viendo cada vez más abajo el lago de Panticosa, hubiera sido una pasada llegar hasta arriba, pero sabíamos que eso era casi imposible, así que fuimos realistas y empezamos a bajar por el lado este, por cierto bastante más sencillo, quizás por aquí hubiésemos subido algo más, pero llegar al Lago con las niñas creo que ni de coña.
Ya de nuevo en el Lago de Panticosa, aprovechamos para estrenar nuestra nueva manta y hacer un fantástico Picnic en familia. Cristina  y yo intentamos bañarnos como hicimos el año pasado en Sanabria, el tiempo acompañaba, pero cuando metimos los pies, esto si es un lago glacial, Cristina me decía, papa es que está tan frío que duele. Me costó que quisiera irse, porque Cristina estaba empeñada en irse la última del merendero, creo que nos lo pasmos muy bien.
Como era temprano decidí enseñarle a Marga la subida de la Hoz de Jaca, y no decepciona, tal y como la recordaba. La carretera sale del precioso pueblo de El Pueyo y rodea el pantano de Búbal, la subida es apenas 2Kms, pero de infarto, con una carretera que apenas cabe un coche, que me lo digan a mi cuando lo sibí en bici después de más de 180Kms en las piernas. Justo cuando termina está otro precioso pueblo de montaña, la Hoz de Jaca, y sorpresa hay una tirolina impresionante de casi 1Km bajando 120mtrs de altura. No pudimos probarla, pero estuvimos más de 30 minutos viendo a la gente tirarse, Cristina estaba alucinando. Y a casita a merendar, que por cierto fantástica la rulot-churrería que teníamos junto a la casa.
El domingo aprovechando el buen tiempo y nos cercamos a Sallent del Gallego. A menos de 5Kms está el embalse de la sarra. De ahí empieza una ruta, parte de la transpirenaica de nuevo, que sube por el río aguas limpias hasta el pantano y el refugio del Respumoso. Son 7Kms ida, y una vez más se nos hacía muy largo con las niñas, así que nuestro objetivo quedaba en unas cascadas que había a mitad de camino.


El camino en general más fácil que el de ayer muy bonito, cogiendo altura por un cañón, viendo el valle cada vez más abajo, las niñas parecía que disfrutaban y el camino se nos hizo fácil y ameno. Poco antes de llegar a las cascadas la cosa se complica, la pendiente aumenta, el camino se convierte en un pedregal, incluso atraviesas una zona a menos de 1 metro de unas cataratas que caen por un lateral del camino y lo inundan todo. el ruido es ensordecedor y te pones pingueando, además hay que tener mucho cuidado porque el suelo resbala muchísimo pero merece la pena.

Una vez que pasas esa zona, queda una cuesta muy dura para llegar a las cataratas. Un sitio precioso, ideal para descansar y tomar algo, el tan ansiado momento de Cristina de comer chuches, es uno de los motivos por los que le encanta esto de la montaña. Como íbamos bien decidimos seguir, el camino es ya más plano y eso nos da un respiro, el único problema es que uno de los laterales tiene una caída vertical de casi 100mtrs al río, hasta han puesto una pequeña cuerda más como aviso que como protección, y tienes que estar muy pendiente que las niñas no se te vayan al lado derecho del camino, sólo asomarse impresionaba, te das cuenta de todo lo que hemos subido ya.

El problema, que había zonas que eran un barrizal y Cristina iba ya tan confiada que acabó rodando por el barro. A partir de aquí cambió un poco su actitud y ya quería volverse, la verdad que ya llevábamos una buena ruta por lo menos 4Kms de subida y quedan 4 de bajada, así que una vez más decidimos dar la vuelta.

Abajo, en el lago, comimos en un merendero muy bien preparado, lleno de gente que había venido con sus autocarabanas, pero sobre todo con las furgonetas que están tan de moda y que nos encontraríamos cientos paradas en todas las áreas de descanso. Incuso pudimos ver un pequeño curso de escalada que le hacían a unos niños en una roca junto al nosotros. Cristina flipaba, pero cuando le decía que si quería subir un poco, se echaba atrás, no sé yo si va a ser capaz de controlar ese miedo, si es que es como la madre.

Por la tarde decidimos visitar el parque faunístico (vamos un zoo) de Lacuniacha en Piedrafita de Jaca. Es algo caro, pero está bien para los niños, pueden ver muchos tipos de animales, desde ciervos hasta osos o lobos. Cuando vi que había que andar otros 4 o 5 kms con cuestas muy duras no las tenía conmigo, ya llevábamos unos cuantos Kms por la mañana, pensaba que Cristina se me plantaba, pero a ella mientras le guste lo que vea y vaya entretenida sin problema, y Martina aguantando como una campeona en el cangurito, viendo animales no se acuerda de que está cansada, a todo lo llamaba jaca, me acuerdo del vídeo del pirineo Navarro donde Cristina con su edad llamaba guagua a las vacas.   

Curioso esto de los reservas de animales, porque cuando llegas a los animales más peligroso, osos, linces, zorros, ya de semilibertad nada, están en un recinto cerrado, algo más grande de lo que están en un zoo, pero no mucho más, y tu obsesión es conseguir ver el siguiente. La decepción que nos llevamos cuando el lobo no aparecía, y el último el zorro, que tampoco aparecía, ya íbamos mosqueado, le decía a cristina, nos tienen que devolver dos parte de la entrada y Cirstina súper convencida, entonces alguien gritó, el zorro, y todo corriendo para atrás, todos súper felices y contentos de ver un pequeño zorrito.  Lo que me reí es cuando ya estábamos llegando al final y de dice Cristina, papa como hemos visto el zorro, ya sólo le tienes que pedir a la mujer una parte de la entrada por el lobo. Y poco más, para casa que hoy nos hemos dado una paliza tremenda, mañana más.