30 de diciembre de 2014

Subida al Peñón de Algamitas 1121mtrs

No es la mejor provincia Sevilla para las rutas de montañas, pero cuanto sólo tienes una mañana libre otra cosa no hay, sierra Norte o Sierra Sur. Ya habíamos hecho el Terril, techo de la provincia, así que buscando buscando, vimos una rutita que podía ser interesante, el Peñón de Algámitas, segundo pico de Sevilla y a menos de un KM en línea recta del primero. Es Sevilla provincia, pero no está a la vuelta de la esquina, casi dos horas en llegar, eso de vivir en Sevilla y hacer montaña no es muy compatible.

Salimos del camping de Algámitas, menudo recuerdos de aquella prueba del provincial de carretera que acaba aquí, rampas de más del 20%. En recepción te dan un plano con los senderos que más o menos están marcados, pero Marga se empeñó en ir entre las 2 cumbres sin seguir camino, así que hasta 3 intentos hasta que una y otra vez las jaras nos hicieron desistir y seguir el camino “oficial”, bordeando la cumbre más pequeña, la norte.Subir es muy rápido, en menos de 1h estábamos al pie de las rocas de la cumbre, con el único percance de un perro amarrado en medio del camino, que intentamos engañar con unas barritas, pero nada, al final tuvimos que ir junto a el despacito sin hacer movimientos rápidos, es que era un mastín cojonudo, la próxima vez una salchicha en el kit de montaña.



A partir de aquí empezó lo divertido, para subir a la cumbre tuvimos que hacer una pequeña trepada, pero complicadita y luego crestear, cumbre en 1h, 1121mtrs, sólo 8 metros más bajo que su hermano El Terril. Para llegar al peñón gemelo más pequeño hay una cresta cojonuda, pero claro eso ya para profesionales, lo curioso es que cuando estábamos arriba vimos a unos runners haciendo trail que subieron por una zona alternativa mucho más fácil. Vale bajamos por ahí que no hay problemas, pero ese pequeño error en la subida nos hizo explorar una nueva vía que le dio más emoción a la ruta.

https://www.youtube.com/watch?v=z4KWdisyfbQ&list=UUPaG1pL8VfTCuoOAyGydsmg


En la cumbre los runners nos contaron una alternativa para bajar por unas cadenas, la que suben en la Argamitas extreme, que sin barro no es muy complicada. Pues allí vamos, una bajada muy divertida, por zonas incluso verticales con escalones de ferrata, pero nada del otro mundo, se hace bastante bien. Menos de 45min en volver. Y poco más rutita de la que no esperábamos mucho pero fue muy divertida, merece mucho la pena, no tiene nada que ver con el Terril. Ya se me ha ocurrido el nuevo proyecto, Trail de las 2 cumbres más altas de la provincia. 

12 de diciembre de 2014

Ultratral Doñana. 73Kms


Creo que no es la primera vez que empiezo una crónica diciendo que eso de que vamos a cometer una locura ya no cuela, que cuando nos planteamos un proyecto cada vez tenemos más confianzas en nosotros y vamos con respeto pero sin miedo. Pero si es cierto que esta vez hubo momentos que pensamos ¿nos habremos colao esta vez? 73Kms corriendo, planos sin desnivel pero son 73Kms, la distancia más larga que nunca habíamos hecho, y con un entreno muy irregular por no decir inexistente, algunas carreritas entre semana cuando pudimos, y 3 o 4 tiradas largas de entre 20 y 30 Kms. Pero el fondo lo tenemos y a cabeza no hay quien nos gane, así que de miedo ninguno.


El sábado 8 de Noviembre a eso de las 7:30 de la mañana estábamos en la línea de salida y tras saludar a nuestro amigo Fran, con el que tuvimos el placer de correr los primeros 5 kms, nos fuimos al cajón para a las 8 en punto empezar la aventura. Los primeros KMS bien tranquilos a buen ritmo, mejor de lo que pensábamos, siguiendo el ritmo del grupo que prácticamente nos arrastraba, km 10 en algo más de 1h y km 20 en apenas 2h 15min. Manteníamos el ritmo según lo previsto sin parar de correr, pero justo en el Km 25 llegó el tío del mazo, a los 2 nos pasaba lo miso, nos empezaba a costar correr, pero si andábamos era peor, no sabía si aguantaríamos mucho más.

Y así más mal que bien llegamos al Km30, al avituallamiento del camping de Aznalcazar, 3h 30min de carrera. Entonces sorprendentemente nos recuperamos, los 6kms hasta el vado del quema corrimos a gran velocidad, adelantando a todos los que teníamos a tiro y eso hizo que el ánimo volviese. Km 36, Vado del Quema, paradita a saludar a la virgen, no hay prisa, tenemos tiempo de hacernos la típica foto e incluso subirla al Facebook para que todos supiesen en tiempo real que “sólo” nos quedaba la mitad. No sé si fue el parón o que a partir de ahí el terreno empezaba a picar hacia arriba que los siguientes 4Kms hasta Villamanrique nos volvieron a costar lo suyo. Pero ahí estábamos 40Kms en menos de 5h.

Ahora tocaba la parte más fea, casi 11Kms interminables por un carril recto siempre picando hacia arriba hasta Hinojos, ya no corríamos todo el tiempo, pero seguíamos sumando o restando, 50Kms en menos de 6h y media. Y nuevo cambio en todo, sobre todo de paisaje, nos metíamos en pleno preparque, en senderos preciosos entre pinares, de nuevo el terreno picaba hacia abajo y además cambio de estrategia, 15min corriendo 5 andando. Y nos fue bien, adelantando gente, el único problema fue las dos paradas que tuvimos que hacer para ponerme tiritas en los dedos, las ampollas empezaban a hacer de las suyas. A pesar de todo cada vez íbamos mejor, cada vez más rápido y así nos plantamos en el Rocío Kms 70.


El final apoteósico (que grande es el Rocío), 3Kms disfrutando, corriendo como si no llevásemos ya más de 70Kms en las piernas y la guinda, lo mejor sin duda es ver a Cristina como corrió hacia nosotros cuando nos vio, como nos abrazó y como entramos los 3 juntos en metas, 10h exactas, apoteósico. No sabría como resumirlo todo en 1 frase, quizás el poder de la mente, de la constancia, la capacidad de sufrimiento, yo que sé, el caso que esta vez estaba seguro que lo conseguiríamos, a veces pienso que porque no me quedaré quietecito en el sofá, que se está mejor y me pagan lo mismo, a veces lo pienso, y entonces me acuerdo del momento que crucé mi última meta y propongo una nueva aún más lejana.

10 de noviembre de 2014

Viaje a Escocia 2014 III/III. Saint Andrew, Stirling y la leyenda de William Wallace

El recuerdo que tengo de Saint Andrew es de hace casi 25 años, ciudad en la que nunca estuve y recuerdo que nunca existió, y es que hace 25 años cuando tenía hecha la idea de ir a Saint Andrew cambiamos de idea a última hora y en vez de un verano en uno de sus colegios universitarios lo pasé en casa de una familia al Sur de Inglaterra. En fin, que para mí era casi un reencuentro. La idea era empezar la mañana recorriendo la costa este, pero viendo que el tiempo empeoraba por momentos cambiamos sobre la marcha y atajamos directos a Saint Andrew.
 
La joya para mi es su catedral, totalmente en ruinas con un cementerio de esos típicos escoceses rodeándola, lo había visto tantas veces que era casi como si ya hubiese estado, es un sitio casis mágico, aunque en honor a la verdad no es muy distinto a la catedral de Elgin, Escocia y sus catedrales en ruina. Cristina disfrutó muchísimo correteando por el cementerio y haciendo fotos a su nuevo amigo Nessi, que sale en mñas ftos que nadie en este viaje, y junto a la catedral el castillo, también en ruina, junto a los acantilados como si fuese un único complejo turístico sólo por esto ya merece la pena muy mucho Saint Andrew.

Pero Saint Andrew es mucho más, es un pueblo bonito, y sobre todo universitario, lleno de los colleges típicos británicos, y de casualidad y viendo que empezaba a chispear descubrimos el museo de la universidad, muy curioso y divertido, Cristina se puso una toga y no había quien se la quitase, además disfrutó como una enana de todas las pequeñas actividades que te presentaba el museo.

Pero si por algo destaca Saint Andrew es por el Golf, irresistible no acercarse al campo de golf más antiguo y famoso del mundo y hacerse una foto en las puertas del famoso club donde se juega todos los años el British, la prueba de golf más importante del calendario. Después de comer decidimos acercarnos a Dundee, pero la lluvia cada vez iba a peor, así que ni paramos y pusimos rumbo a Perth, curioso, segundo vez que vamos a Perth en el viaje y de nuevo una tremenda tromba de agua que hizo que desistiésemos de visitarla, por hacer algo nos paramos en un castillo a las afueras de la ciudad, pero entre la lluvia y que no era nada del otro mundo, me vais a perdonar pero ni me acuerdo del nombre. Lo mejor, como hace dos días volver a nuestro hotelito y pasar una tarde agradable junto a la chimenea, mañana será otro día.
 
El cine ha hecho que Stirling se conozca sobre todo por un nombre, Braveheart. O William Wallace, en uno de sus puentes tuvo lugar la famosa batalla contra los ingleses y eso hizo que en el SXIX se construyera un memorial impresiónate, lo que hizo a su vez que el pueblo de asociara a Wallace, y ya la película y sus Oscars hizo lo demás. La verdad que leyendo un poco te das cuenta que los lugareños están algo cansado que se asocie más la leyenda a Mel Gibson que al Wallace de verdad y que la gente se crea a pies juntillas la peli sin leer ni una línea de la verdadera leyenda, pero os aseguro que Gibson ha hecho mñas por el turismo y la economía de esta ciudad que el verdadero Wallace.

En fin, que nuestro primera visita fue al memorial de William Wallace, una gigantesca torre de casi 70 m, la visita fue externa, porque en ese momento la lluvia estaba amenazante y decidimos no mojarnos e ir directos a la ciudad. La principal atracción de la ciudad es el castillo, muy al estilo del de Edimburgo, algo destartalado, a base de edificios de distintas épocas y estilos, pero bonito, además lo pudimos visitar tranquilamente, los distintos museos incluido el que hay dedicado a los niños que a Cristina le encantó.

Alrededor del castillo un casco histórico bonito donde destaca sobre todo la iglesia de Holly Rude y su cementerio, pera mi de la mas bonita que vi en Escocia. Y vuelta, pero como teníamos tiempo hicimos 2 paradas, la primera en el blackness Castle, un pequeño pero muy bonito castillo que daba a la bahía de Edimburgo, lo malo que estábamos en alerta por viento y nos podéis imaginar el vendaval, de hecho nos dio miedo ir al embarcadero de donde la vista era mejor, hacía tanto viento que el puente que cruzaba la bahía estaba cerrado pera autobuses de doble planta, la verdad que me dio miedo cruzarlo con el coche. Y una segunda parada  en la abadía de Dunfermline, pudimos verla de casualidad porque encontramos una puerta abierta, pero la parte atigua había que pasar por una taquilla que acababa de cerrar, por 5 min, puntualidad escocesa, porque la mujer no nos hizo ni caso.

El último día recogimos las cosas y pusimos rumbo al aeropuerto, la idéa era parar en Glasgow pero la lluvia era muy intensa, así que sin parar hasta Dundonals, donde pudimos ver su castillo, eso si bajo una lluvia que no paró en todo el día y una breve visita a Ayr, un pueblo con un paseo marítimo muy bonito, pero una vez mñ





as la lluvia se empeñó en fastidiarnos este último día, y al Aeropuerto, donde no las teníamos todas con nosotros, el viento era semihuracanado, pero salimos, y en hora. Málaga y de ahí a casita, la verdad que no se me hizo muy pesado, ya hemos probado y podemos repetir la salida desde Málaga, lo que supone ampliar nuestros horizontes.


Y nada más, para mi sin duda un viaje de lo más completo, naturaleza, ciudades, monumentos, castillos, leyenda, pero lo mejor sin duda es ver como ya podemos hacer un viaje tan largo y tan lejos con Cris, ella disfrutó muchísimo lo único que hay que hacer es de todo un juego, su frase favorita del viaje era, papa quiero ver otro castillo de Brave!!!! Y a Mordu!!!

13 de octubre de 2014

Viaje a Escocia 2014 II/III. Cairngorms, Edimburgo y su festival de teatro

 En nuestro cuarto día decidimos recorrer la costa norte de la highlands, el día más propio de la costa de Huelva que de la misma Escocia, soleado y casi caluroso, sin duda el mejor de todos los del viaje. Nuestro primer destino Buckie, una preciosa ciudad de la costa donde pudimos pasear tranquilamente y ver uno de esos espectáculos que montan los protestantes en sus iglesias, pantallas gigantes tipo karaoke, canciones, etc. Además les encanta eso de que algún curioso entre, les invitan a sentarse y participar con ellos, casi tuvimos que escaquearnos sin que nos viesen, Buckie es una de esas ciudades pesquera, donde tradicionalmente las mujeres llevaban el pescado de sus maridos a las ciudades del interior, la ruta se ha convertido en un camino, tipo Camino de Santiago, en pequeñíto claro, otra actividad pendiente.

Siguiendo por la costa norte está Banff, hicimos una parada a comprar, aprovechamos el buen tiempo para dar un paseíto por la playa, y de casualidad vimos uno de esos cementerios que ya he comentado, pequeñito pero de lo más tétrico, lo más sorprendente es que encontramos tumbas del siglo XV, y de cementerio a cementerio, el de Macduff, este si que es espectacular, gigantesco, en una montaña en la que se divisa toda la costa, merece mucho la pena pasear por el. A partir de ahí la carretera de la costa se hace más estrecha y sinuosa, los pueblos más pequeño y los acantilados más abruptos, paramos a comer en una pequeña calita que encontramos también por casualidad, entre gigantescos acantilados y con bastante gente bañándose aprovechando un día de verano escocés, verano, pero os aseguro que yo no me bañaría.
 
Fraseburgh es la siguiente gran pueblo de la ruta, el pueblo es bonito con sus iglesias típica escocesas, pero lo mejor es el paseo marítimo que tiene, una gigantesca playa por la que dimos un gran paseo y donde Cristina les dejó un “regalito” a los escoses, ahí quedó. Además encontramos un parquecito para que Cris se montase en los columpios, es curioso, porque toda la zona es de césped y el parque lo hacen de arena, estos escoceses están locos. Cris disfrutó con los el parque y su papa también J.



Y del tirón a Aberdeen, no queríamos llegar hoy tarde al hotel, así que sin parar hasta allí, lo que hizo que nos diese tiempo a ver la ciudad. Nos sorprendió muchísimo, el centro está lleno de edificio espectaculares, la universidad, el ayuntamiento, el palacio de justicia, no aparece en ninguna guía pero merece la pena una pequeña paradita para verla, como curiosidad ese día jugaba allí la Real Sociedad y estaban los pubs llenos de aficionados de los 2 equipos, la verdad que por momentos daba hasta miedo, quizás no entiendo yo muy bien eso de la “fiesta” del futbol. Lo peor, que eran las 8, y con Cris no nos dejaban entrar en ningún lado, así que a tirar de McDonald otra vez.

Para nosotros este iba a ser el día de los castillos, me dijo Marga, no te pases 2 como mucho, que difícil elegir, los alrededores de Aberdeen están repletos y además está la Royal deeside, el camino donde os reyes y nobles tradicionalmente habían puesto sus mansiones. Pero me pasé de frenado, porque me fui directamente a Balmoral, supuestamente el más espectacular, pero sorpresa, la reina estaba en él y lo habían cerrado, el simpático dependiente de la tienda de regalo nos dijo que era imposible ver el castillo desde la carretera. Así que al siguiente, el de Braemar, que ya tiene nombre, el castillo más feo de toda Escocia. La fachada principal, que es la única que merece la pena, estaba llena de andamios, ni entramos a verlo, vaya decepción el día de los castillos. 

Así que cambio de tercio, nos fuimos directamente a Braemar, el acceso al parque nacional de Caimgorn, aquí están las montañas más altas de Escocia (quitando el Ben Nevis) y el paisaje cambia radicalmente, otra vez parece que estamos en la zona de Fort William, la zona es preciosa. En la oficina de turismo le intenté explicar a la muchacha que quería un mapa de la zona de las altas cumbres, pero se ve que eso del alpinismo no es muy típico, porque me insistió una y otra vez que estaban muy lejos y era muy difícil llegar, así que por mucho que le dije, me tuve que conformar con un plano de rutas alrededor del pueblo, en fin, que hicimos el principio de una por un precioso bosque de pinos, y hubiese sido bonito llegar a lo alto de la colina, pero hay que ser consciente que no llevábamos una niña de 2 años y nos volvimos a medio camino.

Para llegar lo más cerca posible de las altas cumbres, cogimos la carretera que lleva al nacimiento del río Dee, preciosa, pero se acaba justo en una pequeña garganta donde el río el rio forma una catarata espectacular, bonito sitio para sacar el picnic y comer. Y directos a Glenshee, creo que es el puerto de montaña más alto de Escocia, y justo arriba, una pista de esquí, el problema es que empezó a llover y ya no pararía en toda la tarde, así que ni paramos en Perth, nuestro siguiente destino, cuando lo circunvalamos caía una tremenda tromba de agua y decidimos ir directo a nuestra casa para los siguientes 4 días. Un Hotelito, familiar, de 3 habitaciones en Falkland. La verdad que no pasamos nada mal allí el resto de la tarde, tenía un pub muy “rustico” con su chimineita y todo, y allí no nos pusieron pegas de que estuviese Cris, y un restaurante sorprendente, comimos 2 noches y eran platos muy elaborados, no parecía comida Británica.

Sábado en Edimburgo. Hoy era el día grande, la visita a la capital, y a la más turística, pero la primera impresión fue, dios mío donde estoy. Edimburgo es principalmente la famosa Royal Mile, supongo que tendrá más cosas, pero para un día con la Royal Mile tienes más que de sobra. El problema es que coincidía con el festival de teatro, creo que el más importante del mundo y nada más entrar en la susodicha calle, miles, pero miles de personas viendo los cientos de teatrillos callejeros que forman parte del festival. En resumen, que era casi imposible andar, para mi la sensación no fue de asombro, fue literalmente de agobio.

Decidimos ir dirección al castillo, y la primera parada fue la catedral de St Giles, un pequeño oasis de calma al entrar, y muy bonita por cierto, pero había que volver a la marabunta, así que si más parada directos al castillo. Que por cierto montan una gigantesca estructura de gradas en la entrada para unos espectáculos de gaiteros durante el festival, digo yo que será bonito verlo, pero a mi lo que hacía era quitarme la vista del castillo desde la Royal Mile. El castillo en sí, un poco destartalado pero merece la pena, un conjunto de edificios de distintas épocas construidos en lo alto de la colina, desde la que tienes unas vistas espectaculares.
 
Visitarlo concienzudamente llevaría horas, cada edificio es casi un museo y no era plan de llevarse allí hasta las tantas, así que escogimos lo que nos llamó más la atención, las mazmorras, la pequeña capilla santa Margarita del siglo XII, que es el edificio más antiguo de Edimburgo, el mausoleo a los muertos en las distintas guerras, el curioso cementerio de perros y sobre todo las joyas de la corona con la famosa piedra de Scone, de origen mítico y sobre al cual se han coronado los reyes escoceses y británicos desde hace 1200 años, que ha estado durante 800 años en Londres y que solo hace 20 volvio a Escocia. 


Pues si, merece la pena el castillo y casi sin darnos cuenta nos han dado las 3 de la tarde, así que volvemos Royal Mile hacia abajo esquivando gente y de repente un respiro, cruzamos North Brigde y la calle se calma un poco, y empezamos a disfrutar de Edimburgo, la de las tiendas especializadas, había tienda que vendían adornos de árbol de navidad abiertas en pleno agosto, por cierto compramos uno, la de los pequeños rincones, como el cementerio donde está enterrado Adam Smith,  los callejones o close como lo llaman allí, ahora si estamos disfrutando y todo sin salir de la famosa calle. Y al final del todo el parlamento y el palacio real. Al que llegamos justo a la hora del cierre. Cristina ahora si estaba disfrutando

https://www.youtube.com/watch?v=iJtnrpZxxfM&list=UUPaG1pL8VfTCuoOAyGydsmg

Aún tuvimos tiempo de cruzar las vías y descansar en un parque desde donde se disfrutaba de unas vistas preciosas del castillo, lo digo siempre no corráis pensando que lo queréis ver todo por si no volváis más. Hacerlo todo con tranquilidad y si no lo veis todo, ya tenéis la excusa para volver, aunque entre nosotros y no se lo contéis a nadie, Edimburgo sigue en mi lista, pero muy al final. Apenas ya nos dio tiempo de ir al puerto para ver el famoso Britania que está allí como museo, pero las 7 de la tarde ya es media noche en Escocia y está todo cerrado así que sólo lo podremos ver por fuera. Y vuelta por la carretera de la costa para ir viendo la bahía.


Quedaba la última aventura del día, donde comer con Cristina a las 8 de la noche, hasta 2 pueblos nos recorrimos de cabo a rabo y no había un solo sitio para comer con un niño a esa hora, así que por una vez diré que el GPS sirve para algo, pusimos buscar restaurante, vimos un Mcdonnald le dimos a ir y en 10 min estábamos comiendo en un area de servicio de la carretera, no en el Mcdonnald sino en una especie de restaurante americano de enfrente. Las cenas en Escocia han sido un poco complicadas.       

10 de septiembre de 2014

Viaje a Escocia 2014 I/III. En busca del Monstruo del Lago Ness

Elige el sitio del mundo al que preferiría ir? Uhh ehh Escocia. Entonces para que seguir mirando. Y así es como este año elegimos el viaje, ni el precio, ni la pereza de salir desde Málaga, tan simple como eso. Y en general Escocia no decepciona, tiene una mezcla que la hace especial, una mezcla entre paisajes salvajes al oeste y unas ciudades monumentales al sur, entre leyendas celtas que se pierden desde la época romana y una era moderna asociada al imperio Británico, estamos en una de las regiones más modernas y avanzadas de Europa, pero tiene ese toque de desorden, de gente de campo ruda, no esto no se parece en eso ni a Holanda, ni a Alemania, ni mucho menos a Suiza y eso me encanta.

Pues nada que el lunes 4 de Agosto, pusimos rumbo a tierra escocesas, con un periplo la mar de largo, de Tomares a Málaga, avión a Glasgow y de ahí otras 3h de coche hasta Fort William, donde pasaríamos nuestros primeros dos días, todo un viaje de por si. Pero bueno al final no se nos hizo muy pesado y Cris de nuevo emocionadísima por subir al avión, no es su primera vez, pero ella encantada, todo el camino sin parar, nerviosita a veces pienso que es más consciente de las cosas de lo que creemos.
 

El primer shock vino con conducir un coche con el volante en el lado contrario, madre lo que acojona, hacerte a cambiar las marchas con la izquierda, a calcular las distancias y lo peor a coger las rotondas alrevés. Tarde casi 2 días en hacerme al asunto, la de veces que me fui a montar por el lado del copiloto, la de veces que me fui a poner el cinturón con la mano contrario y la de bordillos que me comí por no calcular las distancias, pero lo conseguí, en 2 días estaba todo controlado y al final fue más una experiencia que otra cosa peor.
 
Nuestro primer día consistió en recorrernos la zona oeste entre Glasgow y Fort William, espectacular sin duda, la zona más bonita de Escocia, el fallo fue no pasar por aquí más días. El loch Lemond es el lago más bonito de todos los que vimos, paisajes verdes, rodeado de montaña, merece la pena pasear por sus orillas y hacer excursiones a las altas cumbre, pero nosotros sólo lo pudimos ver de paso con una breve parada en el pueblo de Luss para que Cristina practicara su deporte favorito, echar de comer a los patos. Y de ahí a al Glen de Coe otra de las maravillas escocesas, los Glen son valles generalmente glaciares, este junto con el de Shiel son los mas impresionantes, estás rodeado de montañas de apenas mil metro, pero perece que estás en plenos Alpes, por el verdor de los prados, por forma de los picos, hombre no es el valle de Aosta, ni el Mont Blanc, pero os aseguro que no se parece en nada a las sierras que estamos acostumbrados por el sur. Aquí hubiese pasado yo toda la semana y ya lo tengo apuntado para una próxima visita.
 
Y Fort William para acabar, vaya primer día, ya de aquí no hace falta moverse, la zona de montañeros escoceses, a pies del Ben Nevis que es la montaña más la alta de UK y atrae a montañeros, alpinista y escaladores de toda la isla, con el ambiente que eso supone, las tiendas que hay de montaña, etc etc. Lo dicho si no nos hubiésemos movido de aquí en toda la semana ya hubiese merecido la pena el viaje. El Ben Nevis se queda en nuestro punto de mira, para cuando Cris sea mayor y podamos volver.  



El segundo día tocaba alrededores de Fort Willian, primera parada en una pequeña montaña a los pies del lago Loyne, donde de casualidad encontramos una especie de memorial improvisado donde todo el mundo ponía piedras, en principio no se sabe muy bien para que, pero si caminas entre los montículos descubre que muchos son homenajes a persona muertas, con placas, cartas y demás, el tema de los memoriales en Gran Bretaña y muchas zonas de Europa merece un reflexión, es raro el pueblo que no tiene su pequeño homenaje a los caídos en las guerras, sobre todo las mundiales, es una de las cosas que más me llaman la atención de aquí o de Francia, no olvidan lo que estas personas hicieron por  la paz de Europa, no me voy a enrollar más, pero siempre presumiré que riotinto es uno de los pocos pueblos de España que tiene un monumento a los caídos en la primera guerra mundial, es lo que tiene haber sido un pueblo ingles, monumento algo escondido y olvidado pero para mi una de las grandes maravillas del pueblo. 


Siguiente parada el Glen de Shiel, como ya he comentado una de las zonas con las montañas más escarpadas de escocia, aparentemente una zona alpina, a la vuelta paramos una rato y estuvimos paseando por un camino acercándonos al  pie de las montañas y por casualidad descubrimos una ruta que crestea por todas las cumbres, una ruta que según leimos era compleja y sólo se podía hacer pidiendo permiso a la autoridad competente, mooola, otro motivo más para enamorarnos de esta zona. Y al final del valle el maravillo castillo de Elian Donan, un castillo pequeñito, muy bien restaurado, en una isla a la que sólo se pude acceder por un puente de piedra, le da una imagen mística, es la imagen de muchos de los folletos turísticos sobre escocia, el prácticamente la imagen de Escocia.

Y de ahí en un salto a la isla de sky donde pudimos comer en la playa de Kyleakin, esto si que es una zona de película, una isla perdida, con un puerto de pescadores que se veía que no había cambiado en muchos años, de buena gana hubiese recorrido toda la isla, pero es enorme y ya tocaba regresar, con las parada ya mencionada en Shiel y ya de paso en la pista de esquí de Fort Willian, la que da acceso al Ben Nevis. Cristina quería subir en los telecabinas que funcionan en verano para senderistas y bikers, si no la cojo se mete por debajo de los tornos y se sube sola, pero ya era casi la hora del cierre y le tuve que prometer que le llevaría a Sierra Nevada este invierno.

Por cierto, esa noche descubrimos uno de los grandes problemas de Escocia, la hora de la cena y los niños, en Escocia no se come especialmente mal, los restaurantes ponen comidas tradicionales que son aceptables, el problema que la inmensa mayoría de los restaurantes son también pubs y la ley dice que un menos de 14 años sólo puede entrar en un pub antes de las 8 y si está comiendo, es decir que de tomar cervecitas con el niño nada de nada, y o cenas ates de las 8 o te jartas de McDonnals, al principio nos mosqueó y hubo días que hasta nos costó cenar, pero hay que entender que aquí las 8 son como las 12 de la noche en España, y te dicen que hace un niño en un pub a esa hora?? Si sólo hay gente emborrachándose. En fin cosas del progresismo.
 
El tercer día tocaba el mítico lago Ness, y bueno mítico es y la primera vez que lo ves estás como expectante esperando que salga el monstruo, pero si os digo la verdad una vez que se te pasa esa sensación, el lago no es el más bonito de Escocia ni mucho menos, se acabaron las montañas altas y escarpadas, se acabaron los paisajes místico, conforme avanzas hacia el este, se va convirtiendo en una zona más plana, ganadera y agrícola. Tras una pequeña visita a otro de estos mausoleos que encontramos por la carretera, la primera parada fue la entada sur del lago, Fort Augustus.


Nos gusto bastante, aunque estuvimos bajo el primer chirimiri que nos cayó, el pequeño pueblo es bonito, pero lo mejor de todo es que tiene unas exclusas de entrada al lago que estaban en pleno funcionamiento atestadas de barcos, y era muy curioso ver como subían los barcos de un lago a otro. Y de allí al mejor sitio sin duda del lago, el castillo de Urquhart. Medio derruido, en un saliente que hacia que tuvieses unas vistas espléndidas del lago, aquí si da la sensación de volver a estar mil años atrás, además es muy curioso la entrada. Como está en bajo con respecto a la carretera, bajas por unas escalaras como si entrases en unas mazmorras y llegas a la tienda-bar, te ponen un audiovisual (por cierto, Cris se tragó los 10min sin rechistar y cuando acabó fue la primera que se puso a aplaudir) y de repente se abren todas las cortinas y ves por primera vez el castillo y las vistas, muy conseguido.

Y de ahí al quizás el mayor pufo del viaje, como era la hora de comer decidimos no parar en Drumnandrochit e ir directamente a Inverness. En la primera está el centro de interpretación del lago y hubiésemos conocido algo más de la leyenda, pero fuimos a la segunda recomendado por la guía, que esa es otra, vaya mierda de guía, los de Lonely planet se han lucido, y sin paños calientes vaya mojón de ciudad, 1h de atasco para entra, 1hora para aparcar y cuando llegamos se pone a llover, lo justo para comer, recorrer la calle principal, gris y algo sucia y coger el coche para tragarnos otro atasco para salir, en resumen, media jornada perdida, me quedaré con 2 cosas positivas, la primera es que visitamos el primer cementerio de los muchos que vimos, no recuerdo el nombre de la iglesia, pero el cementerio es como todos los de escocia tenebroso a la vez que bonito, son jardines de césped muy cuidados, en medio de los cuales salen como setas lápidas nuevas de hace 2 años o totalmente destrozadas de hace más de 400, todas las iglesias suelen tenerlos y es casi parte del jardín de las casas adyacentes, la gente convive con estos cementerios casi de peli de terror. Y lo segundo que conocimos al cuarto miembro del viaje, Nessi, un peluche que compramos para Cris, que lo convirtió casi en su bebe, y sale casi en más fotos que nosotros. En fin, es el primer juguete con el que le he visto tremendamente ilusionada. 


Sin duda mejor hubiese sido parar en Nairn, el pueblo siguiente que hay camino de Elgin, donde pasaríamos noche, el pueblo sólo lo vimos por la carretera, pero tenía un aspecto medieval muy bonito, nada que ver. Además esa tarde hicimos una pequeña visita a Fort George, es un gigantesco fuerte militar que aún funciona como tal, y que sólo nos dio tiempo a ver por fuera, aún así merece la pena. Y a Elgin, de Elgín solo voy a decir que no es la alegría de la huerta, salimos por la noche a cenar y estaba todo casi vacío, menos mal que encontramos un italiano, pero tiene una catedral muy curiosa, es como la de San Andrew, está en ruinas (eso de las iglesias en ruina parece que es algo típico de aquí, serán los temporales?) y tiene su cementerio rodeándola completamente, un sitio precioso, da una sensación de misticismos increíble.

3 de agosto de 2014

Del Veleta al Caballo con todos sus tresmiles. Sierra Nevada Verano 2014

Mañana me voy a Escocia. Mañana me voy a Escocia y me había propuesto escribir la entrada de cada viaje antes de hacer el siguiente y esta vez creo que me salva la campana. Bueno, ¿Cómo empezar éste? Parece que esta es otra tradición familiar, el viaje de montaña del mes de julio, casi siempre haciéndolo coincidir con nuestro aniversario, aunque esta vez ha sido un poco más tarde por la logística de buscar un canguro para Cris, y es que aún es demasiado pequeña para unirse a esta tradición familiar.

Alcazabar,  Almanzor, Mulhacen, no sé ni cuantos picos van ya en estas fechas. El de este año queríamos que fuese cerquita (en Sierra Nevada) pero que nos aportase algo, así que decidimos seguir sumando tresmiles (ya voy a empezar a hablar del nuevo proyecto, todos los tresmiles de Sierra nevada), decidimos hacer la cresta completa que va entre el Veleta y el Caballo, el tresmil más occidental y uno de los más complicados por lo lejos que está de cualquier punto en el que puedes empezar una ruta.

El viernes 18 salimos camino de Sierra Nevada, y con una breve parada en el decatlhon de Granada (no hay manera de encontrar unos crampones ligeros de zapatillas) llegamos al albergue universitario. Ya es la segunda vez que nos quedamos en este sitio, no es que se respire un gran ambiente de montaña pero la verdad que el sitio está muy bien. Además ves lo que es Sierra Nevada en verano, 20 grados menos que Sevilla o Granada y un paraíso para las actividades de montaña, es para pensarse pasar aquí una larga estancia.

El hombre de recepción del albergue, nos contó cuando joven era guía, y veía complicado lo que íbamos a intentar, muchos Kms, nos indicó el camino más rápido, que por precaución echásemos los crampones y que saltándose las normas al día siguiente nos dejaría en el punto de partida de nuestra ruta. Además de guía, y de regentar el albergue es el chofer del autobús que todas las mañanas sube a posiciones del Veleta, y habíamos decidido empezar de allí para disminuir el desnivel acumulado. Nos dijo no ir por los tajos del Virgen porque nos ralentizaría mucho, pero bueno eso ya lo veríamos.

La noche nos trajo los peores presagios, se levantó un viento fortísimo que no pararía hasta bien entrado el día, cuando nuestro guía improvisado nos dejó en el punto de partida, a 3000m cerca de posiciones del Veleta, el viento soplaba tan fuerte que casi no podíamos ponernos las mochilas, ya si que descartamos la primera parte de la cresta, los Tajos de la Virgen, es una zona complicada y con este viento lo veíamos muy peligroso así que decidimos hacer lo que nos dijo el hombre. Cada paso que dábamos pensábamos abandonar, así es imposible hacer 25Kms, casi no podíamos ni estar en pie.

Nada más llegar a la pista panorámica del Veleta bajamos del tirón a la laguna de las Yueguas a 2800m, parece que el viento se había calmado un poco, de ahí cogimos un precioso sendero, que nos llevaría de nuevo hacia arriba, hasta el refugio Elorrieta a 3100m, de nuevo en la cresta. Definitivamente el viento se ha calmado un poco y  por primera vez en lo que va de día veo que podemos tener éxito, pesaba que no llegaríamos ni hasta aquí.

En El Elorrieta la cresta se divide en dos, dejando el valle Lanjarón en medio, justo a nuestros pies la Laguna de Lanjarón donde nace el famoso río que baja por todo el valle. Hacia el sur se veía un camino fácil hacia Cerro Redondo (próximo objetivo), Hacia el norte era otra historia, la cresta se veía muy escarpada, y con muchísimos neveros, hasta asustaba, así que de nuevo hicimos caso al hombre del albergue y cogimos por un camino que iba a media altura, la verea cortá. Otro precioso camino construido hace más de 100 años que en apenas en 1 hora nos llevó al la Laguna del Caballo. El Sendero va por unos precipicios cada vez más altos y siempre vas viendo arriba la cresta pensando, dios por ahí quería yo ir. En medio tienes el famoso paso de las cadenas, más famoso que peligroso, sólo el primer paso estás expuesto, es resto no tiene mucha historia, pero para hacer una foto queda de lujo.

https://www.youtube.com/watch?v=ds_VQJis8PU&list=UUPaG1pL8VfTCuoOAyGydsmg&index=2


Además es una ruta tranquila, después nos enteraríamos que todos los alberques no guardados de la sierra estaban llenos y que la sierra estaba llena de gente mucho de los cuales habían tenido que dormir al aire, vaya tela con la noche que había hecho de viento. Pero en cambio en el refugio del caballo había dormido una pareja sola, que fue la única que nos cruzamos en toda la ruta de ida.

De la laguna al pico ya apenas hay que remontar un senderito inclinado de 300m de desnivel, Así que antes de la una estábamos en nuestro objetivo. El Caballo 3011m, fotos, abrazos, nuestro ritual de piedras y rápido que queda toda la vuelta. Las vistas de aquí son increíbles, al este los colosos de Sierra Nevada, al sur toda la costa, y se vería Marruecos si no fuese por la bruma, al oeste la Sierras de Málaga y hasta la de Cádiz y al norte toda la zona de Baza, Cazorla y La Sagra. La verdad que de aquí arriba la cresta no parece tan complicada, de aquí se ve la zona norte y no es tan escarpada como la sur, quien dijo miedo, a por la cresta.

https://www.youtube.com/watch?v=UvFFe1msaV4&index=1&list=UUPaG1pL8VfTCuoOAyGydsmg

 https://www.youtube.com/watch?v=YGGug2jXbSE&index=3&list=UUPaG1pL8VfTCuoOAyGydsmg


La siguiente hora fue una sucesión de tresmiles sin nombre (al menos no vienen en el mapa que tenemos de la sierra) por un camino no muy complicado hasta llegar al Tazal del Cartujo (3152m) donde hicimos una parada a descansar. Allí unos montañeros nos desaconsejaron ir hoy por los Tajos de la virgen, hay zonas muy expuestas y el viento allí sigue soplando. Ya estaba casi convencido dejar esa zona para la próxima ruta, así que decidimos terminar este tramo de cresta de nuevo hasta el Elorrieta y volver por el mismo camino de la ida.

Lo que no sabíamos es que nos quedaba el tramo más complejo, el canino se perdía una y otra vez por pedregales y teníamos que ir de piedra en piedra con los precipicios muy, pero que muy cerquita,  pero llegamos de nuevo a La laguna de las Yeguas y llegamos tan temprano, a eso de las 4, que para terminar de rizar el rizo, en vez de subir a posiciones y esperar el autobús, teníamos ticket para las 7, nos dimos un pateo hasta el Albergue, para que la ruta saliese completita, 25Kms, 2000 mtrs de desnivel positivo y un montón de nuevos tresmiles en la mochila.


Y poco más, a Granada a pasar la típica noche de cervecita y tapas y por la mañana hacer un poco de turismo en la ciudad, Granada nunca defrauda esta vez descubrimos algo que nos impresionó, la Capilla Real con la tumba de los Reyes Católicos. Y ya está, me encanta eso que de un proyecto salgan muchos más nuevos, y muy pronto estas grandes rutas, se convertirán durante un tiempo en pequeñas rutas porque tiene que acompañarnos una pequeña persona.