10 de abril de 2019

Nos vamos de viaje....en Autocaravana


 
Si una hiciese una lista de cosas que le gustaría hacer, se daría cuenta que hay cosas fáciles, cosas difíciles y cosas que parecen difícil pero realmente no lo son, y en este último grupo creo que está lo de coger una autocaravana. La de vueltas que le dimos, que si iba a ser una película conducirla, que como dormir, que como aparcar, que como quedarte, la luz, el gas, etc etc.  Todo eso hacía que no acabásemos de decidirnos, hasta que un día de repente nos cuadró y como hacemos la mitad de las cosas, sin pensar nos tiramos de cabeza.


Y la verdad que fue una experiencia fantástica, el viernes 15 de Marzo en menos de una hora nos habían explicado el funcionamiento y nos pusimos rumbo a Ronda empezando con una prueba de fuego, cruzar el puente del Quinto Centenario. No es complicado conducirla, hay que ir con mucho cuidado, pero si vas concentrado y no te despistas, no hay problemas. Llegamos a Ronda pronto y decidimos aparcar en el parking que hay para las autocaravanas. Se podría ser un poco más aventurero, y buscar cualquier sitio, dentro o fuera de la ciudad, pero por ser la primera vez, creo que fue una buena opción. Esa tarde nos dimos un paseíto por la zona y nos fuimos pronto a nuestra “casa”, hicimos la cenita y nos fuimos a la cama, y seguíamos con buenas impresiones, yo sinceramente no lo veo más incomodo que cualquier habitación de hotel.


A la mañana siguiente después de desayunar cogimos la carretera del El Burgos, muy bonita, en menos de 20 min estábamos en el puerto del viento donde hicimos una paradita. Sólo íbamos a hacer unas fotos, pero a lo lejos vinos a unos escaladores y decidimos acercarnos. Llegamos cerca de ellos hasta unas pequeñas piedras donde pudimos imitarlos a nuestro nivel. Desde aquí hay infinidad de rutas, pero teníamos otros planes así que volvimos a la autocaravana y continuamos nuestro camino.


A partir de aquí la carretera se complica, entra en un desfiladero donde hay curvas con espejos de esos que ponen en los cruces de las calles complicados, imaginar las curvas con la AC, y luego una espectacular bajada hasta el pueblo. Aparcamos donde pudimos y decidimos seguir el camino junto al río Turón. Nosotros cogimos por la pista, pero justo en el otro lado se veía un sendero, que aunque más bonito, nos hubiese complicado mucho la ruta. La pista es sencilla, siempre en ascenso, es el antiguo camino a Ronda, nosotros la seguimos durante algo más de una hora hasta que encontramos un sitio genial para comer.


Tras el picnic bajamos de nuevo al pueblo y tiramos para Ronda. Queríamos dar un paseo tranquilo por el pueblo, pero este pueblo de tranquilo tiene poco, la calle de las tiendas estaba hasta la bola, nos la recorrimos entera y nos fuimos a la zona del tajo, aunque hemos ido ya muchas veces es inevitable ir al famoso puente para hacerse la fotos típicas.



El domingo tocaba volver, por la mañana antes de salir decidir limpiar el depósito de aguas negras, y la verdad que no es lo más agradable, pero nada del otro mundo. La primera parada fue la cueva de la pileta, al sur de Banaoján. Es otro sitio que teníamos muchas ganas de ver y no nos defraudó, durante 500 mtrs te vas adentrando poco a poco en la montaña, con la única luz de unas linternitas que te dan en la entrada. Es una sucesión de cavernas que han adaptado para que se puedan visitar, en ellas puedes ver pinturas rupestres que abarca un periodo inmenso, comenzando hace más de 20 mil años, eso las convierte en una de las más importantes de España.


Es una pena que no se visiten entera, hay cientos de galerías que no te dejan entrar por seguridad o conservación, pero sólo el pequeño tramo visitable ya merece la pena, además te la van explicando de una manera muy amena. Por cierto en la cueva viven 18 mil murciélagos y muchos de ellos revolotean cerca de ti durante la visita, la verdad que eso a Cristina no le hizo mucha gracia. El momento más impactante es cuando está en lo más profundo y el guía te pide que apagues las luces y guardes silencio 10 segundo. Es la oscuridad más absoluta, sin luz no sé como saldrías de aquí.

Tras la visita volvimos a Montejaque, a la entrada de la subida de la Ermita, si con mayúsculas, para lo que hemos corrido los 101 de ronda, sabemos lo que significa esta subida, así que me hacía ilusión hacerla con mis hijas, además desde lo alto ves perfectamente Ronda, un paseo para hacer ganas de comer, y ya que tenemos una autocaravana, que mejor que usarla para comer con cervecita fresquita (sin alcohol ehhh) en medio del campo. Y a volver a casita.

Para mi el viaje en Autocaravana ha sido una experiencia, fantástica en todos los sentidos y mucho más sencillo de lo que pensaba. Ya estamos fijando una nueva fecha en el calendario para repetir, claro que esta vez lo haremos buscando un poco más la aventura, dándole una vuelta de tuerca al asunto. Bueno pues ya tengo algo más tachado de la lista.

No hay comentarios: