31 de agosto de 2010

Viaje a Italia 2010. Parte III: La Toscana

Domingo 8 de Agosto. Hoy empieza nuestra tercera parte del viaje, la Toscana, y para celebrarlo hemos vuelto a madrugar, aunque nos ha servido de poco porque había tal caos en el desayuno del hotel que estuvimos casi 1 hora intentando desayunar. Tras este pequeño lapsus, ponemos rumbo a Pisa vía Génova, primero por una autopista recta y aburrida y una vez pasado Génova por otra con tal cantidad de túneles (Kms y Kms y Kms y Kms…) que acabó resultándome igual de aburrida. Más de 3 horas hasta que pasado el mediodía llegamos a Pisa.

Pisa es igual torre, y de verdad que no decepciona, ya lo has podido ver 1000 veces o has podido llamar cateto a todos los que se hacen la famosa foto sujetándola, pero cuando la ves es una sensación casi indescriptible, es decir, joder que estoy junto a la torre, la inclinada, la que tiró las bolas Galileo y es inevitable hacerse la foto. Y no solo es la torre, es todo el entorno, la catedral, el baptisterio, el cementerio, rodeado de un césped supercuidado que hace que resalte aún más. Además la foto sale bien si te saltas al césped, cosa que está prohibida, así que allá vamos nosotros. En menos de un minuto como la gente vio que nos saltamos invadió literalmente el césped, lo que provocó la intervención de la policía para desalojar, jeje pero la foto ya estaba en el bote.

Tras comprar las entradas, cada monumento vale unos 2€ menos subir a la torre que vale 15€ y encima te dan hora, es decir que un domingo de Agosto como hoy te pueden dar la entrada para subir a las 9 de la noche (quizás subamos en otra ocasión), pasamos las siguientes casi 2 horas disfrutando, porque si son bonitos por fuera, por dentro no se quedan atrás. La catedral por dentro es de las más bonitas que he visto y en el Baptisterios un guarda de seguridad se empeñó en demostrarnos la sonoridad con una pequeña interpretación, supongo que es parte del show turístico. Es como ver una catedral en 4 partes y aunque he escuchado decir a mucha gente que Pisa no merece la pena, que solo tiene esto, para mi esto ya es suficiente, cualquier día escucharé que no merece la pena ir al Cairo solo por ver las pirámides (siempre pongo el mismo ejemplo, pero es el que mejor lo describe todo).

Comida rápida y ponemos rumbo a Luca. Quizás Luca sea la ciudad más floja de las que vimos en la Toscana, pero dimos un muy agradable paseo, viendo sus muralla, su catedral y algún que otro monumento cuyo nombre no logro a recordar, supongo que no me llamaría la atención, y acabamos en la plaza central, un antiguo anfiteatro romano del que solo se conserva su forma ovalada tomando Spritzs. Una tarde muy agradable y tranquila que acabó con una cena en un restaurante casi de lujo.

Al día siguiente pusimos rumbo a San Gimignano, y una vez más el GPS nos haría una de sus travesura. A pesar de estar claro cual era la carretera principal y de indicar nuestro destino con una señal, nos metió por una carretera donde apenas cabía un coche que subía y bajaba entre colinas, la Toscana en estado puro, un paisaje muy verde y porque no decirlo muy bonito, creo que cuando unos Kms más adelante el GPS nos devolvió al camino principal pensé que esto había sido un regalo. Como regalo fue el paisaje cuando estábamos llegando, entre vides y cipreses, con continuas bodegas a cual más bonita, donde te podías parar a probar o comprar el famoso Chianti, era para parar en todas, pero no era cuestión de llegar doblado al destino.

San Gimignano es un pueblecito medieval precioso, ya de lejos puedes verlo sobre una colina con sus 14 torres medievales. Y de cerca tampoco decepcionas, calles estrechas, casas de piedra, todo muy bien conservado, muy limpio y muy bonito, con su famosa colegiata en el centro que merece la pena sólo por ver la serie de frescos que decoran todas sus paredes. Vamos un pueblo encantador para perderse, encantador si no llega a a ser porque sus calles parecían la calle Sierpe en hora punto, ofú que de turistas, pero es lo que nos quedaba a partir de ahora. Y de aquí a Siena.

La verdad que la primera impresión de Siena no fue muy buena. Casi 1 hora para aparcar, si a esto sumas que en la desesperación me salté un prohibido y me pilló la poli, reprimenda pero no multa al menos eso espero, y que las calles parecían el centro de Sevilla en Semana Santa, pues eso, lo que mal empieza….Pero ahora mirándolo con perspectiva y siendo objetivo hay que reconocer que es una ciudad muy bonita, con un casco histórico muy bien conservado, y la catedral, para mi sin duda aún mas bonita que la de Pisa, que ya es difícil, con un baptisterio menos espectacular, pero en una especie de sótano de la catedral que le daba un ambiente místico, si alguna vez me bautizara conscientemente me gustaría bautizarme allí. Para colofón la famosísima plaza del campo, es una pasada, además estaban montado las gradas para el Palio, la carrera de caballos que se disputa todos los años, asó que aún más bonita, adornada con las banderas de colorines de cada barrio, todo un espectáculo sólo el poder verlo así. Quizás el de la guía se pasó un poco, que si la plaza más bonita de Italia, que si la catedral más espectacular, etc etc..pero he de reconocer que la ciudad merece una buena visita.

Y rumbo a Florencia, donde llegamos a la hora de la cena, y donde fue irresistible pedir un bistec a la Fiorentina, el Piccolo, 600gr de carne que como decía Marga cuando me lo pusieron, que cierren las puertas del restaurante que la vaca se escapa. Una peoná, se me caían los goterones de sudor, pero acabé con él. Mañana la gran Firenze nos espera.


Que conste que pienso que Florencia es una ciudad preciosa, que marea con la cantidad de obras de arte y digna del famoso síndrome de Stendhal, todo el que va te dice que si que bonita, que si preciosa, que tal…pero también tiene una parte negativa, y creo que hay que comentarla y es que es una ciudad (al menos en agosto) total y completamente saturada, hecha para y por el turismo y eso se nota, se nota en sus calles, en sus tiendas, en sus restaurante. Ves mucho arte con mayúscula, pero es difícil disfrutarlo, falta ese plus de tranquilidad, a pesar de todo merece mucho la pena venir a verla.

El centro de Florencia es suficientemente pequeño como para moverse a pie sin problemas. Nuestro periplo empezó en la iglesia a santa María Novella, desde donde fuimos echando un tranquilo paseo hacia el Oltrarno, es decir, al barrio que hay al otro lado del río Arno. Su principal atractivo es el palacio Pitti, la residencia de los Medicis, y es que el nombre de Florencia está asociado al de esta familia que la gobernó en buena parte de la edad media y el renacimiento, y que tanto hicieron por el arte. Es difícil encontrar una época en la historia de la humanidad tan espléndida en este aspecto como el Renacimiento Italiano, y ahí estaban siempre ellos, junto a los Miguel Ángeles, los Boticcellis, los Brunelleschis, etc etc. Aunque no hay que olvidar que Florencia no es sólo renacimiento y Medicis, aunque algunas guías se empeñen en lo contrario.

El Palacio Pitti, que por cierto lo construyó una familia rival para tener la mejor casa de la ciudad y acabó perdiéndola a favor de los todopoderosos, es el museo más grande de Florencia, y no sólo tiene su dosis de Rafael, Caravaggio, Tiziano, sino que tiene un museo de arte moderno, uno de la plata, de la porcelana, de los trajes y unos impresionantes jardines, todo visitable previo pago y previo cola en la taquilla que se quedaría pequeña para lo que nos esperaba.

La vuelta al centro Fiorentino fue por el puente Vecchio, que se ha ganado a pulso ser uno de los símbolos de la ciudad y de ahí a los Uffizis. Los Uffizis es uno de los museos más importantes del mundo (al menos eso dicen), pero al girar la esquina sufrí un chock antiturista, la cola era desproporcionada, no sólo por las más de 2h de espera sino por el caos total y absoluto, me acerqué a la taquilla y me recordó la taquilla de autobuses el año pasado en Marruecos, codazos, empujones, gritos…si yo esperara 3h y alguien intentase colarse también lo haría. El caso es que me hizo reflexionar, de verdad tanta gente entiende de arte?? Dentro la colección es descomunal, pero yo apenas conozco una decena de los cuadros expuestos y no creo que ninguno de ellos me provoquen el mini síndrome de Stendhal que algunos sufrimos de vez en cuando, así que nos lo saltamos, quizás en otro viaje, y por supuesto reservando por Internet que al menos reduciría la cola a menos de 30 minutos.

Nuestra siguiente parada fue la plaza de la Signora, precioso el palacio Vecchio que era la residencia de los Medicis antes de birlarle el palacio Pitti a sus rivales, claro que como bonito a mi este me lo pareció más, cuestión de gustos. En la plaza también destacan las estatuas romanas y renacentistas, algunas originales y otras copias, como el famoso David. En la ubicación original del David se encuentra una copia, supongo que casi exacta, y digo yo una vez visto esta que gracia tiene pagar 14€ por cabeza para ver la original?? Pues la tiene, aunque de eso hablaremos más adelante.

De aquí a la Santa Croce, hombre la iglesia no es gran cosa, quizás el Claustro, pero claro poder ver las tumbas de Galileo, Miguel Ángel, Maquiavelo, etc etc justifican su visita. Uff necesitamos un respiro, así que parada técnica a comer una Pizza justo en el callejón donde estaba la casa de Dante, vaya una cosa que no teníamos previsto y hemos visto de rebote.

Cómo queda tiempo para la hora que teníamos concertado la visita a la Academia, decidimos poner rumbo a la Piazza del Duomo, es la primera vez que me Florencia me deja con la boca abierta, para mi sin duda la catedral más bonita que he visto, al estilo de Pisa y Siena, pero sumándole el Duomo. Es un misterio de como Brunelleschi pudo levantarla, da igual, lo importante es que está ahí y podemos disfrutarla, de la catedral y de todo el conjunto porque el baptisterio y el campanile no se quedan atrás. Lo que no casa es el interior, joder que feo, ahora entiendo porque es gratis entrar.

Y ahora a correr que a las 15:30 tenemos hora para entrar en la Academia. Bueno, la Academia no tiene la cola de los Uffici, pero su horita en la cola si no tienes reserva te la llevas, así que doy por bien empleado los 4€ de gestión, aunque bien pensado, le dije al de la puerta que tenía reserva, me dejó entrar sin pedirme nada, y el de la taquilla se equivocó 2 veces dándome la vuelta de más….ayyy!! Marga que honrada eres, si no se lo dices nos hubieran salido las entradas gratis. La academia no es gran cosa, menos mal la exposición itinerante de cuadros de la época renacentista (Caravaggios, Botichelis, etc) porque si no el museo se queda muy corto, corto hasta que antes de doblar una esquina me dice Marga estás preparado, y ahí estaba el David, te deja petrificado, y no importa que hayas visto la copia exacta hace un rato, ahora estás delante del original, todo lo que diga es poco, le dimos como 10 vueltas nos sentamos delante, detrás, hasta cuando salía del museo le dije a Marga sólo una vez más..Y es que impresiona, el rey Davis después de vencer a Goliat, con su cara y sus manos tan grandes, se hizo así porque se iba a exponer en el exterior, y su ejemmm, bueno eso tan pequeño, vaya eso en las guías no dice porque, supongo que alguien habrá hecho una Tesis sobre el tema y que algún día me enteraré. Lo mejor cuando empecé a compararme el gemelo, es que fue instintivo, si este tio tiene músculos perfectos, mi gemelo es pluscuanperfecto porque es mayor, marga se dio cuenta y se partia, “no me lo puedo creer!!”, de decía, hija para algo de lo que estoy orgulloso, mis sesiones de bici me cuesta.

El resto de la tarde fue mas tranquilo. Visita por fuera al palacio Medicci-Ricardi otra chocita de los medas, San Lorenzo, donde no dejaron entrar a Marga por ir en pantalón corto, ja luego decimos de los moros, pero vamos lo mejor que es la capilla de los Mediccis (donde están sus tumbas) ya estaba cerrada, y a tomarnos un Spritzs, que por cierto me salió gratis porque el camarero se equivocó en la vuelta y esta vez lo cogí y salí por patas, de todas formas los 10e me los gasté en una cerveza en la plaza de la republica..mira que no darnos cuenta que estábamos en la zona de lujo. Pedazo de cena y para el hotel, que hoy si que estamos fundido, buff a mi me cansa esto más que el trekking por los Alpes.

Miércoles 11 de Agosto. Hoy va a ser el día más largo del viaje, casi 24h seguidas. Hemos empezado el día volviendo al barrio de Oltrano, a la plaza de Miguel ángel, las vistas de la ciudad son increíbles, menos mal que hemos hecho esta parada a pesar del largo trayecto que nos queda, porque perderse esto sería casi un pecado. De aquí al pueblo de Fiesole, en lo alto de una colina que domina toda la ciudad. El problema que al estar ya tan alto la ciudad se ve ya muy pequeñita, y después de verla desde el sitio anterior, no nos llamó mucho la atención. Fiesole fue un asentamiento Romano, con su anfiteatro, teatro, museo, incluso con bastantes restos etruscos, vamos para tener mucho tiempo. Nosotros por desgracia sólo pudimos hacer una visita muy rápida.

Tras unos Kms por carreteras secundaria, (vuelvo a insistir, que verde el norte de la Toscana, parece casi una selva) decidimos salir a la autopista para llegar lo más pronto posible a Parma. Parma no es gran cosa, la catedral y poco más pero era el sitio ideal para hacer una parada y ya de paso comer, que también es necesario, pero parar sólo lo justo para poder estar a media tarde en el lago Iseo tomando café.

Esto es otra historia, de nuevo los Alpes, que tranquilidad. El lago es precioso, lo mires por donde lo mires, le dimos la vuelta entera y paramos en casi todos los pueblos a cual más bonito. Desde todos se veía una isla central a la que se puede llegar en Ferry, la isla debe ser una pasada, pero obviamente no teníamos tiempo para visitarla, pero si nos dio tiempo a subir una montaña (con el coche) de 2000mtrs en la zona norte, es decir, volver a ver una estación de esquí alpina y volver a soñar con esquiar por ella. Me quedé tan entusiasmado con el lago, que creo que es el sitio ideal para un largo retiro, queda apuntado para un futuro espero que no muy lejano.

Y poco más a eso de la 1 de la noche llegaríamos al Aeropuerto para coger el avión a la 6 de la mañana de vuelta a casa. Vaya casi he escrito un libro en 3 fascículos, así que sólo voy a añadir que Florencia y la Toscana son preciosas, pero nosotros nos quedamos con nuestras montañas, con los Alpes y con sus infinitas oportunidades de aventura. Sube alguna vez una gran montaña y siente tener el mundo a tus pies, sólo entonces podremos discutir en igualdad de condiciones cuales son unas vacaciones ideales.

22 de agosto de 2010

Viaje a Italia 2010. Parte II: El valle de Aosta y Turín

Se nota que ayer no nos acostamos tarde porque hoy hemos vuelto a madrugar, a las 9 en punto estábamos en la puerta de la tienda de bicis donde el día anterior habíamos reservado 2 MTB y a las 9:30 poníamos rumbo al reto del día, y digo reto porque es algo que ha obsesionado a Marga el último mes. Yo escogí el puerto a subir, y claro me fui a uno muy bestia, con desniveles no muy duros pero de 35Km de subida continua salvando 1800mtrs, subiríamos el Gran San Bernardo. ¿A alguien se le ocurre algo más duro?. Marga refunfuñando desde hace un mes qué siempre te vas a por el peor, que yo no puedo… pues pudiste y más duro que este va a ser difícil, el día que aprendas a confiar más en ti llegarás lejos y es que como me dijeron hace poco,..si no crees en tu propia victoria empiezas a no merecerla.

Bueno que tras un pequeño callejeo, empezamos los primeros KMs de subida, con desniveles contantes 5, 6% hasta que sales del área urbana de Aosta y empiezas a ver a lo lejos uno de los gigantes alpinos, el Gran Combin, imagen que nos acompañaría la primera parte de la ruta y nos dejaba embobado cada vez que lo mirábamos. Tras los primeros 15Kms, hay una zona de descanso de unos 3Kms hasta llegar al pueblo de Etrouble donde hicimos la primera parada, merece la pena una pequeña visita a este pueblo de calles estrechas y casas de piedras, precioso.

A partir de aquí la cosa se pone seria, 1Km al 10% hasta Saint-oyen, otro pueblo alpino donde hacemos una breve parada para la foto de rigor, y otros 2 más hasta que nos separamos de la nacional. Hemos llegado al túnel, a partir de aquí la carretera cambia, mucho más estrecha, más bonita y más dura vamos una carretera típica de montaña, y con mucho menos tráfico porque la mayoría de los coches tiran por el túnel para suiza, llevamos más de 20Kms y nos quedan 12 por delante, nos queda la subida normal de un puerto cuando ya llevamos mucho en nuestra piernas, pero ya dije que no escogería un puerto normal y por lo tanto esto no es una subida normal.

Tras pasar Saint-Rhemy los porcentajes suben y lo peor de todo es que los 10Kms que quedan por delante los puedes ver zigzagueando en la montaña, tras la última gran Z que se veía, divisábamos una casa y yo le decía, mira Marga ese debe ser casi el fin de puerto, tanto se entusiasmó Marga que el último Km casi me saca de rueda, pero menudo batacazo nos llevamos al llegar a la casa la carretera seguía subiendo fue la sensación rara de cuando estás a punto de llegar a algo abres esa última puerta y ves que te queda muchísimo…a Marga casi se le saltan las lágrimas, vamos que son 2Kms, imposible me decía, todo esos Zig Zags son mucho más. Para colmo soplaba un aire fortísimo y muy frío que cuando te daba de cara casi te paraba.

Pero llegamos, tardamos unas 4h, y de verdad que merece la pena, el sitio es espectacular, el lago, la Hospedería de los monjes y la zona de cría de los San Bernardo. Lo justo para hacer las fotos y salir pitando para no congelarnos. Bajamos unos Kms para evitar el frío, bocata y ya del tirón hasta Aosta, vaya bajadita.

Cómo llegamos a buena hora, nos dio tiempo a ducharnos y aprovechar la tarde viendo unos castillos que hay cerca de Aosta. La carretera que sube a Cormayeur está lleno de ellos, paramos en 3 que vimos el día anterior y que nos gustaron bastante y de ahí a remontar el valle de Cogne, por una carretera alpina preciosa entre pinos. Subiendo encontramos el pueblo de Pondel, con un espectacular puente-acueducto romano del Siglo I, Pondel es uno de esos pueblos de Piedra encerrado en un barranco que apenas da el sol en todo el día que te hace pensar, dios quien vivirá aquí. Y Cogne para terminar el día, este si es un pueblo muy grande lleno de Hoteles, se nota que es la base para subir a la zona del Gran Paradiso, el 4000 alpino más asequible, al menos eso dicen, habrá que probarlo algún día. Cenita en Cogne y rápido para Nus a la cama que más no se puede exprimir un día.

Hoy es el día que abandonaríamos los Alpes, y la verdad que los íbamos a echar muchísimo de menos, pero nos queda la certeza que volveremos muy muy pronto. Para despedidnos, decidimos subir el valle de Cervinia hasta la localidad de Breuil-Cervinia a más de 2000mtrs. De aquí las vistas al Cervino son increíbles, lo teníamos justo delante de nosotros, casi como una pirámide perfecta, inaccesible, de hecho dicen que es el 4000 más difícil, así que este si lo dejaremos para los expertos. Además Breuil es otro paraíso para los deportes de naturaleza, nos quedamos alucinados al ver que tenía una pista de esquí que abre los 365 días del año. Lastima que llegáramos tarde o que no estuviera en nuestros planes, pero nos quedamos con unas ganitas.

Ya bajando el Valle principal hicimos una parada en Bard, con una bonita fortaleza del siglo XIX, hoy convertida en museo, comida rápida y rumbo a Turín.

Turín es una ciudad que nos sorprendió, muy ordenada, limpia, tranquila (no sé si porque era un sábado de Agosto por la tarde), pero nos gustó muchísimo. La ciudad de Vitorio Manuele II, primer rey de Italia y unos de los artífices de la reunificación y la ciudad de la Sábana Santa, que la verdad que te sorprende que esté en una catedral tan fea pero cuando te pones delante de ella (y eso que no la ves porque la tienen en una urna cerrada) te estremeces, yo no creo casi nada y la historia de la sábana aún menos, pero esto es Historia con mayúsculas, es como ponerte delante de una pirámide o del David como haríamos días después tienes la sensación de no me puedo creer que esté aquí. Como siempre digo nunca viajes para acumular cosas vistas, viaja para acumular sensaciones, sólo entonces entenderá porque no paramos.

La visita empezó en el parque de Valentino, muy bonito y cuidado, ideal para pasear, hacer footing o dar una vuelta con la bici (para cuando uno de estos en Sevilla??). Dentro está el Palacio de Valentino, hoy escuela de Bellas artes, merece la pena verlo al menos por fuera, y una recreación de la ciudad medieval, que aunque es una recreación que se hizo para no sé que exposición de hace 100 años está curiosa, quizá sea una visita para niños pero ya que estábamos.

De aquí al centro. La plaza central es increíble, tiene un castillo del siglo XV en todo el medio, antigua casa de los Saboya y alrededor lleno de edificios históricos. El Arsenal militar, la Biblioteca (que es un autentico museo), la iglesia de San Lorenzo y sobre todo el Palacio Real. Y a espaldas del palacio la ya comentada catedral, que vimos de casualidad porque nos costó encontrar la entrada, paramos antes a comer un helado (la tentación fue grande y menudo helado, que rico) y justo un minuto después de entrar y ponernos delante de la capilla la cerraron, como dijo Marga, si hacemos la visita alrevés no la vemos.

Y ya a pasear, viendo la cantidad de edificio majestuosos del centro de Turín, y para colmo nos tomamos nuestro primer spritz, delante de la Mole Antonelliana, edificio de 150 metros que es sede del museo del cine y uno de los símbolos de la ciudad. Si a todo esto sumas una fantástica cena, hace que Turín nos sorprendiera tanto como para volver, además cuando volvíamos al Hotel en coche de casualidad pasamos por la plaza Vitorio, muy bonita, llena de restaurantes, con un ambientazo, me dio la sensación que se nos quedaron cosas por ver.

13 de agosto de 2010

Viaje a Italia 2010. Parte I: Un trecking por los Alpes

Creo que es la tercera vez que Marga me propone un viaje y la tercera vez que le digo, eso es va a ser muy difícil. Tanto había leído últimamente sobre montañismo que quería hacer el TMB (Tour del Mont Blank), es decir, darle la vuelta a la famosa montaña. A mí me parecía complicado más que nada por reservar refugios vía mails en una época que está todo ocupado al 100%, pero como me atraía más que volver a Marruecos (la 2ª opción era subir al Tobucal de más de 4.000 m), más que nada por variar el tipo de paisajes, hice el intento de organizar algo alternativo. Sólo 3 días de Trecking y el resto turismo alternativo (o sea, el convencional... o el alternativo era el nuestro??).
Todo un acierto. Para empezar evitamos el famoso TMB, que aunque está muy bien, está muy saturado y tantos días por pistas sin dificultad puede llegar a hacerse pesado. Lo que hicimos es evitar ir por el valle principal y buscar caminos más altos cerca a las cumbres, bajando sólo cuando teníamos que ir al refugio. Además le añadimos un día de bici y lo combinamos con 4 días en la Toscana, vaya un mix en toda regla.
Así que el 2 de Agosto estábamos cogiendo un avión hasta Bérgamo y de ahí un coche hasta el valle de Aosta. La entrada en el valle es sobrecogedora, poco a poco vas dejando la gran planicie del norte de Italia y te vas adentrando en un valle de unos pocos Kms de ancho y con moles a tu lado cada vez más altas. Además el tiempo cambió radicalmente, de los 30º a los que llegamos, hasta los 11º en nuestro hotelito que estaba a casi 2.000 mtrs (por la mañana bajaría la temperatura hasta 8º) y del día soleado a una tormenta de esa que casi tienes que parar el coche en plena autopista, vamos fue la manera de recibirnos de los Alpes, creo que fue la primera vez (y no la última) que las montañas nos dijeron, os dejo venir, pero cuidadito que aquí mando yo.

Conforme nos acercábamos a Courmayeur, las nubes se fueron despejando (una buena noticia), aunque la autopista se metía en un continuo de túneles que nos impedían ver el paisaje (y quien quiere ver el Tunel del Mont Blanc, si estos son casi 20Kms seguido de Tunel??), hasta que saliendo del último, me llevé una de las imágenes más impactante que recuerdo, el macizo del Mont Blanc, con las nubes no se podía ver la cumbre, pero las laderas ya eran más que suficientes para dejarte extasiado, para mí es "El día que vi un Glaciar" y de verdad no se puede describir, ver todos esos glaciares bajando la montaña. Además tuve la suerte de cenar y desayunar con vistas a uno de ellos y ver como se rompía un pedazo, es algo que se te queda para toda la vida. Si permaces en silencio, escuchas crujir el hielo a pesar de que lo tienes a varios Kms, mucho más de lo que me esperaba, sólo por esto ya ha merecido la pena venir aquí.
Día 3 de Agosto: Ruta por el Mont Fortín

A la mañana siguiente nos levantamos temprano e iniciamos el ascenso hasta Checruit a 2.1oo mtrs, donde enganchamos el TMB alto. El TMB tiene 2 alternativas, o hacerlo por el valle, a mí me parecería muy pesado (a no ser que lo hicieses en bici), kms y kms de pista con vistas parecidas, o hacerlo por un camino que de vez en cuando se sale del valle y sube a las laderas de las montañas opuestas al macizo, más dificultad, mejores vista, etc etc.
En fin, que enganchamos el Tour un par de Kms hasta que llegamos a la falda del Col del Youlaz. Ahí nos salimos y empezamos a subir el Col, el primer tramo bien, pero luego se inclina una burrada, tanto que tienes que subir poniendo las manos en el suelo. Marga decidió seguir el camino, algo menos inclinado pero con el barranco al lado, yo por el canchal, asegurando los pies en las pocas piedras que no estaban sueltas para evitar irme para atrás, así hasta llegar al paso más complicado, suelo de piedra suelta que cuando intentabas avanzar los pies se te resbalaban y te ibas para abajo. Fue uno de esos momento en los que Marga se "hinchó" tuve que bajar corriendo a ayudarla, las piernas le temblaban porque no era capaz de avanzar. Fue una situación parecida al Almanzor hace 2 años, pero esta vez no iba a dejar que se rindiera, le agarré de la mano y poco a poco avanzamos hasta coronar. Creo que arriba los 2 pensamos lo mismo, por dios que el camino no sea imposible, porque subir hemos subido, pero si tenemos que bajar por aquí lo tendremos que hacer con el culo en el suelo...

A partir de aquí el camino es espectacular, de apenas un metro de ancho por las crestas de las montañas, con precipicios de cientos de mtrs a tus dos lados y con vistas a todos los valles, una lástima que las nubes no nos dejaran ver las cumbres, creo que hoy tampoco veremos el gigante.
El siguiente paso, el del Berrio, una pirámide infranqueable de 3.100 mtrs que vas rodeando por un sendero. Parecía más fácil, pero justo cuando estábamos al lado escuchamos es estruendo más sobrecogedor que he oído nunca, el suelo tembló y durante un par de minutos sentimos (porque no lo vimos) que la montaña se estaba derrumbando en algún punto. Es algo que recordaremos toda la vida, fue otro aviso de la montaña, cuidadito, y es que puedes ser un globero como nosotros o llamarte Edurne, Juanito o Reinhold Messner, si eso nos coge debajo se acabó.

http://www.youtube.com/watch?v=BlgcMBqLCQg&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=-Joh2sCWlyg


Pero hay que seguir, sin miedo pero con respecto. Cresteando con este maravilloso paisaje, pasando por el paso de las Aiguilles de Chavannes, por el Mont Fortin, con su fuerte en ruina a 2.800 mtrs y por último por el Col de Chavannes. De ahí una bajada espectacular en zig-zag hasta el valle.
Llevábamos varias horas sin cruzarnos con casi nadie y ya veíamos en el valle la romería del TMB. Con nuestro refugio al fondo, una preciosa casa alpina, a los pies de un glaciar. Llegamos a las 5 de la tarde, casi 10h de rutas, no es la más dura que he hecho pero sin duda la más bonita y va a ser muy difícil superarla.
Día 4 de agosto: Las Pirámides Calcareas

Lo que tiene dormir en un refugio es que te levantas muy temprano, a las 7 estábamos en planta y a las 8, tras un buen desayuno, poníamos rumbo a nuestra ruta de hoy. La idea era dar una vuelta por los alrededores ya que volvíamos a dormir al mismo refugio, el día está esplendido y detrás de las primeras montañas ya se intuía el piquito, sí hoy conseguiremos ver el Mont Blanc.

Empezamos remontando el río que bajaba del Glaciar para ver cuanto podíamos acercarnos, siempre con cuidado tras ver los derrumbes de hielo del día anterior. Tras casi una hora de marcha, el camino se terminaba, cruzaba al otro lado del río y remontaba por una ladera hasta un refugio que veíamos casi inaccesible (eso lo dejamos para los expertos), así que decidimos continuar caminado sobre piedra, hasta que de repente el río desapareció. ¡Vaya hemos llegado al final...! a menos de 500 mtrs de llegar al hielo del glaciar el río brotaba de debajo de las piedras.

De repente nos dimos cuenta de algo que nos estremeció, el río no salía de las piedras si no de una cueva de hielo, el glaciar no termina donde estábamos viendo el hielo, 500 metros más arriba, sino que estaba bajo nuestros pies. Los continuos derrumbes de piedras de las montañas más baja lo han sepultado bajo un manto de roca y arena, manto sobre el que estábamos ahora. Sí, si te fijabas bien, estábamos sobre una montaña de hielo, había zonas donde se podía ver entre las rocas y se podía ver que dónde estaba resquebrajado. No era para menos, pero nos entró un canguelo considerable y decidimos salir de ahí y remontar el único monte que teníamos al lado por un pedregal que no parecía que fuese parte del glaciar.

Y hasta la cumbre, que en realidad era una cresta preciosa desde donde se podían ver las vistas más espectaculares del valle y desde allí por fin el Mont Blanc en todo su esplendor, otro momento para enmarcar, te quedas mirando con el pensamiento de cumplir un sueño, un sueño difícil pero no imposible, quien sabe, quizás algún día.

http://www.youtube.com/watch?v=3m37NLOzmFo

Bueno que me había quedado en la cresta, y ahora se presentaba el problema de bajar evitando el glaciar, por lo que teníamos que buscar un camino diferente al que habíamos cogiando a la ida. Marga decidió hacer un poco de culing hasta que conseguimos alcanzar el camino que rodeaba las Pirámides Calcareas, de ahí ya todo fue fácil, una preciosa ruta rodeándolas, donde la mayor dificultad fue evitar un nevero en la zona alta. Pero como no la tranquilidad no nos duraría mucho, bajando al valle escuchamos un nuevo desprendimiento de piedras, no fue tan sobrecogedor como en del día anterior, pero parecía estar cerca así que a Marga se le ocurrió decir corre!!. Corriendo toda la ladera abajo, sin saber por donde estaba el desprendimiento hasta que el ruido paró y pudimos respirar tranquilos. Una curiosidad de esta zona es que aquí está la antigua frontera franco-italiana y aún quedan restos de la verja alambrada, lo que tenía que haber sido esto hace un par de décadas!!!.

Una vez en el valle, remontamos por el TMB hasta la frontera con Francia: El col de Seige de casi 2.700 mtrs, donde podíamos volver a ver al gran gigante y la parte francesa del Tour, que quedará para otra visita.

Y ahora vuelta sobre nuestros pasos todo por el valle hasta el refugio donde llegamos tempranito, a eso de las 15 y donde decidimos descansar pasando una tarde tranquila. La pena es que no podíamos estar en la terracita de fuera pues a pesar del sol hacía un frío de narices, no creo que estuviésemos a más de 10º.

http://www.youtube.com/watch?v=dKl_arI7TIE&feature=related

Día 5 de agosto: Regreso a Courmeyeur

Tercer y último día de trecking, amaneció totalmente nublado, pero no llueve, así que lo mejor es empezar cuanto antes a bajar por el valle en busca del lago Miage, camino de nuestro coche. Al salir la primera gran sorpresa, 5 de Agosto y ha nevado!!! Casi nada... estamos a 2.200 mtrs y más o menos a partir de los 2.500 (donde estuvimos ayer y antes de ayer) se veía la capa de nieve, casi nada.

Bajamos rápido y en una hora estábamos en el Lago. Es un capricho, ver un lago glaciar, y me confirmó lo del día anterior, que el Glaciar no termina donde vemos, si no que continua bajo las rocas y escombros, en este caso continúa más de 1Km y termina justo en este lago, donde se puede ver como se rompen los bloques de hielo y se quedan flotando como un iceberg.

De aquí ya casi corriendo al coche, estaba empezando a llover, de hecho, en el último km nos cayó un chaparrón que nos dejó sopa, pero conseguimos llegar y cambiarnos, eran solo las 11 de la mañana.

Como teníamos todo el día decidimos hacer una pequeña visita a Courmayeur, fracaso total, ni un sitio para aparcar en todo el pueblo, se nota la cantidad de gente que viene aquí a empezar el Tour, así que cambiamos de idea y para La Thule.

Este es otro típico pueblo alpino, precioso y además un paraíso de los deportes, esquí, MTB, etc etc, nos dio tiempo de subir (en coche esta vez) el pequeño San Bernardo, menuda subidita de más de 20 Kms. Al día siguiente, su hermano mayor (el Gran Sant Bernard) nos va a matar, la pena es que no pudimos parar en la cumbre, 6º según el coche y lloviendo. Para volver al Valle de Aosta bajamos por el puerto de San Carlos, vaya rampones, que para animarte te va indicando en los 11Kms los % de la pendiente... del 10% casi no bajaba.

A la hora de comer estábamos en Aosta, capital de la región. Aosta se ve ya una ciudad (creo que tiene unos 40 mil habitantes) grande y porque no decirlo... fea, lo único que merece la pena son los restos romanos en su casco antiguo, Arco, Teatro, anfiteatro y sobre todo el foro que ha quedado bajo la catedral y puedes entrar a través de unos subterráneos.

Cenita en un buen restaurante del pueblo de Nus (donde teníamos el hotel) y a la cama que mañana tenemos un día duro de bici, aunque esta noche soñaré con los Alpes, el Mont Blanc y volver al macizo algún día.