8 de diciembre de 2015

Viaje al Pirineo Catalán 2015. Segunda parte

Sábado 8. De nuevo por los pirineos

Hoy hemos recibido la visita del tío Manolo y el día se ha levantado un poco desapacible así que lo mejor será buscar una ruta tranquila por los alrededores. Tras consultar los mapas, decidimos volver a subir a Vallter dejando el coche un poco más arriba de Setcases, justo donde el GR11 deja la carretera y se enfila por un cañón buscando el refugio donde estuvimos hace unos días.

Muy señalizado no está. Porque cuando llevábamos andados por una pista unos centenares de metros, vimos un sendero que cruzaba el rio y se adentraba en otro cañón paralelo. No estábamos muy seguros, pero decidimos cogerlo, al ver que los hitos de piedras seguían por ahí.  Luego nos daríamos cuenta que habíamos abandonado el GR, pero no importa, porque el sendero era mucho más bonito, estrecho, zigzagueando en subida paralelo a un rio precioso, lleno de cascadas y puentecitos de maderas. Lo más difícil era no tener que parar mucho tiempo cada vez que pasaba el camino junto al río, porque el entretenimiento principal de Cris era tirar piedras y no había manera de pararla.

Conforme se subía el paisaje se hacía más salvaje, el cañón impresionaba, justo al otro lado del río se veía los continuos derrumbes de la montaña, era para no quitarle ojo, en cualquier momento puede tocar echar una carrera. No sé ni cómo se subiría a esas montañas, pero era ideales para un escalador, apuntadas quedan. Tras casi una hora de caminata decidimos que ya era suficiente para una embarazada y una niña de 3 años, así que decidimos volver deshaciendo nuestros pasos.
Luego consultando los mapas descubrimos que si hubiésemos seguido subiendo durante 1h más habríamos llegado al paso de la Marrana, y de ahí podíamos haber cogido el GR de vuelta. Una ruta circular preciosa y muy completa, pero demasiado dura para nuestras circunstancias. Ya abajo en la casa tocó comilona y siesta y tarde tranquila porque ahora si llovía, nos habíamos librado por poco.

Domingo 9. Las gargantas de la Fou

Hoy de nuevo hemos decidido cruzar por el coll de Ares dirección Francia. La idea es visitar unas gargantas que vimos hace unos días cuando fuimos a Carcassone. La verdad que el paso se hace eterno, más cuando tienes que ir entreteniendo a una niña y cruzando los dedos para que esta vez no te vomite. Llegamos casi a las 12:00 pero el sito merece la pena. Son 1500mtrs de pasarela en un cañón donde hay muchos tramos que no pasan el metro de ancho y con mucha, pero mucha altura.
Está cubierto con una malla en muchas zonas para evitar que las piedras que caen no lleguen a las personas y además te dan un casco para evitar pequeños accidentes, y os aseguro que lo evita, Marga dio un buen golpetazo con un saliente en la cabeza. Pero todo esto es inútil si lo que cayese fuese una piedra de dimensiones considerable, y una de las atraciones de este cañón es ver que eso es posible, porque pasas por debajo de gigantescas rocas que se han quedado atrapadas en la estrechez del cañón y de milagro no han aplastado la pasarela. Os puedo asegurar que acojona pasar por debajo de esas piedras encajadas que no sabes si en un momento van a ceder y aplastar todo lo que coja por debajo.
Otra cosa curiosa es que como lo que estás haciendo es remontar el curso de un rio, el rio en lugar de excavar un cañón ha creado una cueva, así que la pasarela entra en la cueva atravesándola. La más espectacular es la última, donde el río forma una cascada dentro de la cueva, el ruido dentro es ensordecedor. En resumen, una pasada, 1600mtrs exacto hasta llegar a una plataforma final, el cañón sigue, quizás algún día amplíen el paseíto.

Tras este lago paseo de más de 3Kms, decidimos parara a comer en un merendero junto al río y por la tarde hacer una pequeña visita al pueblo de Prats de Molló, el principio de la subida al coll de Ares por la parte Francesa. Es un pueblo precioso con un casco antiguo amurallado de calles estrechitas con mucho encanto. Además tiene arriba una fortaleza que curiosamente se puede subir por una especie de pasadizo interminable, que le da un aire misterioso



Lunes 10. El nacimiento del Llobregat

En nuestro penúltimo día decidimos ir a ver el bonito pueblo de Castellar de n`hug, es un pueblo típico de montaña, calles estrechas, casa de piedras, precioso. Está justo en mitad de la subida del puerto que da acceso a las estaciones de esquí de Masella y La Molina, la de veces que hemos pasado por el túnel, pero nunca subido por el puerto. Justo de la parte baja del pueblo sale un sendero de menos de 1Km que lleva al nacimiento del Llobregat, la verdad que había poca agua, se nota que era verano, a pesar de todo hay unas cataratas muy chulas que merecen la pena, con más agua tiene que ser espectacular. Por cierto justo allí nos dimos cuenta que si sales a la carretera principal puedes llegar hasta los pie de cataratas con el mismo coche.
Otra cosa a resaltar del pueblo es que estaba lleno de tiendecitas de pasteles y comidas típicas, para típico unos mega cruasanes que  merece la pena hasta hacerle fotos, peo nosotros nos conformamos con unos pastelito y unos chocolates, y de rebote compramos pan, queso autóctono y me quedé con las ganas del espetec u otra chacina, eso del embarazo de Marga.

Seguimos subiendo el puerto hasta que llegamos a lo mas alto, donde hicimos una parada para comer, en un prado muy bonito y cristina y yo decidimos coronar una pequeña montaña cercana, mientras Marga nos esperaba abajo y nos hacía fotos. Tras la comida visita fugaz a la estación de esquí, con la anécdota que paró la carretera un rebaño gigantesco de cabras y todos los coches paramos para hacer fotos, y de vuelta que nos quedaba un último pueblo por visitar.
 
San Joan de los Abadesses, el pueblo en si no es nada del oro mundo, un puente muy parecido al de Camprodon y una iglesia derruida la verdad que muy bonita, pero sobre todo está su abadía, nos sorprendió muchísimo, el claustro, el pequeño museo, aprendiendo de la historia catalana. Aunque Cris con lo que más disfrutó fue con la niña que conoció en el parque de la puerta y con la que nos llevamos casi 1h jugando.


Martes 10. El Regreso

Ultimo día, nos dio mucha pena, empaquetar, recoger, cerrar y hacer esa bajada por última vez, que hasta la voy a echar de menos, pero todo tiene su fin. Pero antes un último día bastante intenso. De camino a Barcelona decidimos coger por la carretera de Rocabruna, estrecha, zigzagueante, muy bonita, se había terminado la alta montaña y entrábamos zonas boscosas , siempre siguiendo el GR. Primera parada Beget otro pueblo de casas de piedras y calles estrechas, para pasear tranquilo. De ahí breve parada en Oix que no nos pareció nada del otro mundo y en Castellfollit de la Roca, lo bonito de este pueblo es verlo desde fuera, porque está en un acantilado espectacular, mucho más bonito que cuando estás dentro paseando.
La pena es que ya se nos hacía tarde y no pudimos ir a ver Besalú, bueno, como siempre tenemos ya excusa para volver. Comida rápida en Vic y a Casa del tío Manolo a Barcelona para devolverle la llave, y por supuesto agradecerle su casa, su hospitalidad y mucho más, nos deben una visita.


Y poco más, un viaje muy completo, medio montaña medio turismo con lo justo para una niña de 3 años y una embarazada, pero lo que vamos a recordar toda la vid es que este fue el primer viaje que hicimos los 4 juntos, el primero de muchos, muchos viajes.