15 de junio de 2014

Roma. Viaje a la ciudad del Imperio

Menos mal que vino el Papa!! Mira que hay forma de empezar a describir un viaje a Roma. Que si la Ciudad Eterna, que si Cita Aperta, que si la ciudad del amor, bueno esa es París, pero que conste que Roma es amor alrevés como diría algún cursi. Pero a mi, como este verano con Soria sólo se me viene a la cabeza la famosa canción de mi juventud, aunque en este caso, no sea tan famosa como el camino Soria y probablemente la mayoría que leáis esto ni conozcáis la canción, ni siquiera sepáis quien son Reincidentes, grupo sevillano de mis años mozos.

En fin, que muchas veces me he preguntado porque a estas alturas de vida aún no habíamos estado en Roma, y más habiendo vuelo directo. Quizás porque siempre era el más caro, quizás por nuestra cada vez más afición a la naturaleza y menos a las zonas urbanas o quizás, porque el arte y cultura religiosa posterior a la edad media es la parte de la historia que menos nos atrae, y eso es la Roma de la catedral de San Pedro o la de Miguel Ángel. Pero olvidamos que roma es mucho más, porque Roma es sobre todo eso, Roma o para que lo entendamos el Imperio Romano, Imperio, República o Reino, y eso ya es otra casa,

En fin que me voy al meollo del viaje. Viernes estresante por la tarde con atasco incluido en el que casi perdemos el avión y no lo perdimos porque Marga me engañó y el avión salía 30min después de lo que me dijo, pero quitando eso, pudimos vivir la experiencia del primer viaje de Cris en avión. Y fue emocionante, parecía que se dio cuenta donde estaba porque se le notaba nerviosa y ansiosa antes de subir, y no se quedó dormida ni 1 segundo, avión arriba, avión abajo. Ni en la ida, ni en la vuelta que debía estar agotada. Y así llegamos a nuestro apartamento en pleno centro de Roma, tan bien situado que el trasporte público ni nos lo planteamos en los 3 días de visita.

Nuestro primer día completo en roma tocaba visitar la roma de los romanos, es decir de la civilización romana. En un pequeño paseito nos plantamos en la zona de las ruinas, no sé si toda la ciudad antigua sería así y esta es la única zona que la ciudad moderna a lo largo de mas de 1500 años del fin del imperio  no se ha comido, o toda la parte monumental se concentraba en esta zona, pero es simplemente impresionante. Años buscando ruinas romanas por todos los sitios que he visitado y no he venido aquí, al epicentro de todo, mucho más de lo que esperaba, pero al fin me he dado cuanta de donde estoy. En Roma la capital del Imperio.

Entrando por la Via Nazionale lo primero que encontramos es el mercado de Trajano, convertido en museo que no visitamos, pero el edificio lo puedes ver por fuera, increíble la forma de teatro del edificio aprovechando la colina, con una enorme torre coronándolo (aunque la torre es medieval). A un paso la columna de trajano, hace poco leí que era el primer cómic de la historia, pues en sus 30mtrs se describe en espiral no se que batalla de Trajano contra los Dacios, además contenía un cofre de oro con las cenizas del emperador, que sabe dios donde estarán ya, y de remate tiene la altura exacta de la montaña que movieron para construir todo el foro, señalando lo que la ingeniería romana era capaz de hacer, una pasada.

Pero antes de continuar romanizándonos fue inevitable visitar el mamotreto de edificio que es el monumento a Vittorio Emanuele II padre de la patria. El edificio es un homenaje continuo a la patria, que si el fuego eterno, que si la guardia custodiando, museo a la patria dentro etc etc. La verdad que no me pega mucho aquí este edificio, aunque habría que retroceder a la mentalidad de hace 100 años para entender porque se hizo. Lo mejor, es que sirve de referencia porque lo ves desde toda la ciudad ,y que la chica de recepción al vernos con el carrito nos dejó subir a la terraza por un ascensor de servicio y descubrimos algo que nos encantó de Roma, sus iglesias. Justo en la parte alta está la iglesia de Santa María in Ara, una de las muchas espectaculares que hay por la ciudad, distintas a las que tenemos aquí. Muy abiertas, altas y con las bóvedas y techos decoradas de una manera impresionante, además a los pies de esta iglesia hay un par de escalinatas gigantesca una de las cuales la diseñó el mismísimo Miguel Ángel, con sus estatuas y demás floripondios.

Y de nuevo a la era Romana, visita al foro. Lo dicho, un continuo de ruinas de templos, edificios, casas, etc etc. Más de 2 horas recorriendo esta pequeña ciudad que es una lección de historia para saber como fue la vida hace 2000 años en uno de los más grandes imperios de la historia. Y lo mejor para el final, el Coliseum, por cierto hicimos bien en comprar la entrada en el foro porque aquí las colas son gigantescas. No voy a ponerme a describirlo con pelos y señales porque para eso está la Wikipedia., pero solo voy a decir que es uno de esos edificios que entras y te quedas como atontado, impresionado, como era ¿síndrome de Stendhal?. Darle una vuelta completa por sus gradas  es sin duda lo mejor que puedes hacer en Roma y Cristina disfrutó de lo lindo jugando y correteando por todos sus rincones.




Y por hoy ya está, eran las 17:00 y llevamos casi 5 horas recorriendo ruinas romanas parando sólo 15min a tomar un bocata. Así que paseíto hasta el apartamento parando a tomar un café, menudo berron se pilló Cris cuando terminó su cocacao y la china que regentaba el bar le quitó la taza, todo el viaje se llevó “mamaaa mujé ma quitao café”, duchita, cervecita en el pub de abajo, cena y a la cama. Mañana la Roma Papal.

El día había amanecido bastante más nublado, pero nos arriesgamos y pasamos del metro, andando hasta el Vaticano. Pero antes primera parada en la plaza España. La archifamosa plaza lo merece, creía que eran unas simples escaleras donde los turistas se sentaban a descansar, pero nada de eso. Son unas espectaculares escaleras que suben hasta otra de esas iglesias romanas que bien merecen una visita, la iglesia del monte de la Trinidad. Y conforme vas subiendo las vistas de Roma se hacen espectaculares, en la parte de abajo la fuente de la barca de Bernini (en restauración) y es que esa es otra, Roma está llena de plazas con fuentes y estatuas de artistas muy muy famosos, casi un museo al aire libre.

Y para colmo en la parte de abajo la maratón de Roma, ¿pero que esto? Que casualidad, para una vez que vengo a Roma y es la maratón?? Y yo sin zapatos de deporte, tengo que informarme mejor, lo que hubiese sido correr esto. Saliendo y llegando en el Coliseum, recorriendo estos sitios, pasando incluso por la mismísima plaza de San Pedro. En fin que empezaba a llover, lo que hizo que entrásemos por casualidad en la iglesia de San Carlos, y voy a empezar a cogerle gusto a esto de las iglesias romanas, otra maravilla. Llovió el tiempo justo para que Marga escuchase algo de misa en italiano, cumpliese con sus quehaceres espirituales, y yo me escaquease un rato a ver la maratón.

Y directo al Vaticano, bueno no entraré en consideraciones espirituales, aunque es increíble con la fe que vienen algunos a ver esto, te da que pensar. Entramos por delante del castillo de Sant Angelo con su famoso puente delante, recorrimos la Via de la Conciliazione y ahí estábamos, en la plaza San Pedro con la catedral justo delante nuestra, la más grande pero sobre todo la más famosa del mundo. Por muchas voces que dimos Cristina y yo llamando al Papa no conseguimos que saliese a las ventanas de su apartamento, ofu por poco no vimos a Paco I, había justo al lado nuestro otros turistas que habían estado en la misa de hacía unos minutos y habían grabado al Papa saliendo a saludar. Tras una cola de casi 1 hora que hice bajo la lluvia mientras Cris y Marga esperaban tranquilas bajo la famosa columnata de Bernini, pudimos entrar en San Pedro. Te sientes como un enanito metido en esa inmensa iglesia, pero sin duda lo mejor es esa sensación de estar en un sitio histórico, en el epicentro del cristianismo y rodeado por obras de artes. Nada más entrar, la Piedad y ya es una tras otra sin parar.

Nos costó trabajo, pero al final encontramos las grutas vaticanas, ya lo podían señalar un poquito mejor, buscando algo distinto para mi es lo mejor de la catedral, las tumbas de los Papas, por cierto que casi nos echan, porque había que estar muy calladitos y a Cristina le dio por decir en voz alta el nombre de los Papas cada vez que yo leía un letrero de una tumba. Pero nos faltaba un Papa, ¿Dónde está Juan Pablo II?  Hasta 3 veces entramos en la catedral para poder ver su tumba, para lo famoso que es tampoco está muy señalizado. Y ya está, que después de más de 1h dando vueltas por la iglesia pasamos el punto de no retorno, (si queríamos volver a entrar había que esperar otra vez 1h de cola) y volvimos a la Plaza, pero justo en el último momento una mirada atrás, para pedir por los que están y acordarnos de los que se fueron a las estrellas. Ya eran más de las 3, así que decidimos comer y dejar el museo Vaticano con la famosa Capilla Sixtina (que en realidad era lo único que quería ver del museo), para un próximo viaje. Me gusta esa sensación de dejar cosas pendientes, cuando voy a un sitio nunca pienso ¿y si no vuelvo más?, siempre pienso, para la próxima vez que vuelva....y así no saco el sitio de mi inmensa lista de más 100 sitios a visitar.

Como había mejorado el tiempo decidimos volver dando un paseito por el centro de Roma. Y entonces descubrí la gran joya, el Pantheon de Agripa. Impresionante columnata por fuera, pero lo mejor la cúpula, con dos mil años a sus espalda. Cómo la harían y cómo ha aguantado, y para hacerla más curiosa, está abierta en el centro. Mira que llovió estos días, pues de las 3 veces que fui al Pantheon, no conseguir verlo mientras llovía, quería ver como entraba el agua por el centro de la iglesia (ahora es una iglesia). Para rematar, alberga las tumbas de Rafael y de Vitorio Emanuele II, vaya en todas mis vistas a Italia nada más que hago ver referencias al famoso rey, y al fin encuentro su tumba, yo también me enterraría aquí.

Tras visitar San Ignacio (otra más y sigo sin cansarme de ver estas maravillas), llegamos a otros de los puntos culminantes, La Fontana de Trevi, y puedo asegurar que lo es, esa fuente encajada entre estos edificios con un torrente impresionante de agua, es mucho más espectacular de lo que yo pensaba, lo peor es que está tan atestada de Turista que apenas puedes acercarte a echar una monedita, como era domingo por la tarde pensé, mañana lunes me acerco que habrá menos gente, porque ahora es imposible. Así que volvimos al apartamento y a descansar que el día ha sido muy muy largo.

El lunes era nuestro último día en Roma, recogimos, dejamos las maletas preparadas en el apartamento y salimos a ver el centro de la ciudad de nuevo, el día estaba feo y amenazaba lluvia, primera vista, volver a la Fontana. Lunes, temprano y lloviendo y de nuevo repletísima de turista, con razón se recogen casi 3 millones de Euros en moneda al año, da igual, ya nos hicimos un huequito y echamos la moneda de rigor.  Seguimos nuestro paseo visitando el parlamento italiano y la iglesia de San Luigi para acabar descansando un rato en la Plaza Navona con sus preciosas fuentes. Cris se lo pasó de lo lindo persiguiendo a los pipis y advirtiéndoles que no podían pisar los charcos.



Después de aquí 3 iglesias más Chiesa Nuova, San Andrés y Santa María de Minerva y no me canso. Justo delante de Santa María de Minerva está el curioso obelisco del elefante. Roma está lleno de obeliscos egipcios, pero sin duda este es el más curioso. Aperitivo con spritz y a comer, curioso, pero fue otro hito importante, es la primera vez que la peque come en un Mcdonalds, síntoma de que se nos hace mayor. Recogimos las maletas en el apartamento y fuimos a nuestra última iglesia, Santa María de los Ángeles. No sólo es que no me canse, es que hemos dejado la mejor para el final, como detrás de esa fachada de iglesia medio en ruina hay esta maravilla, si además le sumas que tiene una especie de reloj o calendario solar que encima te marca que estrellas ves según donde te pongas (exotérico) y le sumas aún mas la leyenda que cuenta que se construyó encima de las tumbas (y en honor a ellos) de los miles de cristianos que murieron haciendo las mayores termas de roma (estaban cerradas y no pudimos visitar) hacen de esta iglesia un lugar de cine.


Y nada más autobús estresante (vaya mierda de terravisión) y un viajecito de avión donde Cris de nuevo no paró ni un segundo llegando a casa cerca de media noche. El resumen es casi lo que decía al principio, que no nos decepcionó para nada la Roma imperial y si nos sorprendió para bien la otra Roma, la de las iglesias, las estatuas, las fuentes y demás. A esto hay que sumarle que aunque Roma sea otro Disneylandia para los turistas, conserva parte del espíritu italiano, tradición, caos, etc etc, me encanta, a ver si aprenden de algo los cabezas cuadradas del norte…Y sobre todo y aunque sea repetirme de los otros viajes, lo mejor de todo es hacer esto con Cris y verla tan feliz, si ella razonase te diría que sin duda lo mejor de Roma son los pipis…menos mal que vino el papa a quitarnos la resaca, la resaca, la resaca del 92 en el nombre de dios.