11 de septiembre de 2012

La familia en la Sierra de Madrid

 Parece increible que solo a sus 4 meses de vida ya habíamos organizado este viaje, y que viaje, la actividad principal era coronar con una niña de 4 meses la cumbre más alta de la sierra de Madrid. Pero no adelantemos acontecimientos, el martes 4 de Septiembre a eso de las 7 de la mañana salimos de casita rumbo a tierras madrileñas. El viaje genial, sin problemas, con Cristina todo el tiempo dormidita. Para no hacerlo tan aburrido en el pueblo de Maqueda nos salimos de la autopista y acortamos por la zona del parque de Sierra Oeste.

La zona es muy chula, zona de pinares con pueblos como Maqueda o Escalona con castillos preciosos, lástima lo seco que está el terreno a estas alturas deun año dode apenas ha llovido, pewro nuestro objetivo principal estaba a las afueras de San Martín de Valdeiglesia, los famosos toros de Guisando. Unas estatuas de hace casi 3000 años que se han conservado casi en perfecto estado. La verdad que nos sorprendio lo poco señalizado que estaba y el poco control, sólo tienen una pequeña cancela que supongo que alguién irá a abrir y cerrar todos los días, nosotros estábamos allí absolutamente solos, lo que pudimos aprovechar para hacer fotos desde todos los puntos de vista, y si ya sé que no está bien mancillar un monumento así, pero no pude evitar montar a Cris en uno de los toros. Cabe destacar las incripciones que hay en los toros que están datadas de la época romana y la placa que hay a la entrada que nos recuerda que allí se coronó como princesa a Isabel I, el famoso tratado de Guisando, no me enrollo más, si quereis información ya sabeis la dirección de la Wikipedia. De guisando directo a Collado Mediano donde pasamos una tarde tranquila instalándonos en nuestro magnífico apartamente que sería nuestro hogar por una semana y conociendo el pueblo. 

Al día siguiente tocaba ruta de bici, por la mañana tempranito salí con la bici de carretera mientraa Marga terminaba de arreglar Cris, mi primer objetivo el alto del León, un primera categoría que me cogió en fría y me resulto durillo, de allí directo al Escorial, donde había quedado con Marga para que me hiciese de apoyo en la subida a Abantos. Tomamos la vertiente del pinar que es muy suave, pero cuando nos cruzamos con la carretera que venía directa del pueblo, la subida se hacía impracticable, preguntamos a unos lugareños que nos dijeron que la carretera estaba en muy mal estado, que se notaba que no pasaba este año la vuelta, así que sabía decisión (porque no haría lo mismo 3 días después), bajamos al pueblo y decidimos subir la Cruz verde añadiendo 4Kms más de subida hasta Robledondo, un segunda categoría con sólo una zona dura antes de coronar.
  
De vuelta al San Lorenzo del Escorial, que caos de pueblo, las indicaciones de salida te hacen circunvalarlo (por la tarde veríamos que había alternativa) lo que suponía subir el primer tramo de abantos, con rampas de más del 15% y yo iba justito y luego bajar por un adoquinado de un 25% de desnivel, casi me muero, los 2 frenos picados y la bici hacía lo que le daba la gana, menos mal que en el stop del final no había nadie esperando, a quien se le ocurre meter los coches por esa zona, Me dio el tiempo justo para ver la calle paralela, otro adoquinado de 25% pero en subida, a ver quie es el listo..jeje y de ahí al apartamento, donde llegué casi al límite después de 80Kms, pero muy durillos.

Por la tarde, vuelta al Escorial, esta vez visita cultural al monasterio. Creo que es la tercera vez que lo veo, por fuera es espectacular, por dentro también, pero no acto para visitar con carrito, ¿porque me dejaría el canguro en el coche? Cristina parecía la Macarena, carrito escaleras arriba, carrito escaleras abajo, y una y otra vez, acabamos agotados. Destaca la basílica, la colección de tapices y pinturas y sobre todo el panteón real, donde están enterrados todos los reyes desde Carlos I. Como anécdota contaré que el panteón donde se exige un silencio sepulcrar Cristina se pegó un pedazo de erupto y luego se reia a carcajadas, todo el mundo mirando y nosotros muertos de vergüenza, a que me sale republicana esta niña.



El jueves era el gran día, la etapa reina de este viaje, así que nos levantamos muy tempranito a eso de las 7 y pusimos rumbo al puerto de Cotos. A las 9 en punto iniciabamos una ruta de 5Kms de ascensión con casi 600mtrs de desnivel para coronar Peñalara 2428mtrs, el punto más alto de la Comunidad de Madrid. Marga con los víveres y ropa de abrigo y yo con Cristina en una mochilita. Se portó genial, casi todo el tiempo dormidita. Menos de 1h y media en coronar, a paso firme pero rapidillo para que no se le hiciese pesado y después de las fotos de rigor otra hora y media en bajar. Es curioso que Peñalara es la única cumbre que tuvimos que abandonar hace 2 años por mal tiempo, y hoy con Cristina la hemos hecho sin problema, eso si, por la vertienete de la hermana mayor que es todo pista y sendero. Para mi es un orgullo que mi hija de sólo 4 meses haya llegado hasta aquí arriba, no sé si acabará gustándole tanto la montaña como a sus padres, pero por nuestra parte no va a quedar.

http://www.youtube.com/watch?v=Zz-d8tW0a0k&feature=youtu.be


Y por la tarde a madrid en tren para completar el día. Paseo por la castellana para ver Neptuno, Cibeles, las cortes, la puerta de Alcalá, etc etc. y visita al Reina Sofía, otro fracaso de nuestro viaje de hace 2 años, fuimos expresamente a verlo y estaba cerrado, así que hoy con Cris hemos hecho pleno. Nos centramos sólo en los Miró, Dalí y Picassos, y es que el arte modermo....mejor no doy mi opinión. Me considero un amante del modernismo, del impresionismo e incluso el cubismo. No me atrae la pintura clásica, y me encanta por ejemplo la francesa del s XIX, Kandinsky y sobre todo Picasso, pero eso es una cosa y otra lo que algunos nos quieren hacer creer que es arte, supongo que será porque no entiendo, así que dejo el tema. Pero por supuesto si algo destaca en el museo por su valor y su historia es el Guernica. Casi merece ver el museo sólo por este cuadro, te impresiona estar delante de ese cuadro. Cristina como buena comentarista de arte no paraba de hablar (en su idioma claro) desde que entró en la salas de Picasso, parecía que hasta entendía lo que veía.  Y para terminar un día explendido una cenita entre la plaza de Santa Ana (que tanto nos gusta) y el mercado de San Miguel. El mercado es una pasada, lleno de puestos con delicatesses de todo tipo, si no llega a ser porque se nos iba el tren, hubiesemos salido de allí rodando, sin duda volveremos la próxima vez.

El Jueves tocaba turismo "normal" (que raro), pero cosas del destino uno de los sitios que teníamos pensado ir coincidía con la salida de la etapa de la Vuelta Ciclista, así que eso pesó más que los Kms y decidimos ir al corazón de la Rivera del Duero, a Peñafiel. Peñafiel es un pueblo normalito, que destaca al estar a orillas del Duero en un valle muy chulo que parece que el río ha ido escabando durante siglos. Pero si algo destaca de Peñafiel es su Castillo, en lo alto de la montaña (tener en cuenta que el Castillo es casi el puto más alto de toda la provincia de Valladalid) con unas vistas impresionantes a todos los valles de los rios que confluyen en la zona, a todos los viñedos, a las bodegas, e definitiva a toda la Rivera del Duero, una de las zonas más famosas de vinos. Destaca sobre todo las famosas bodegas de Protos (que se ha sumado a la moda de edificios de diseños) que desde lo alto parece un racimos de uvas (al menos eso nos dijeron).

Pero el castillo no sólo los las vistas, el edificio es si es espectacular, en forma de Barco con una torre central que cuesta la propia vida subir (sobre todo con una niña de 4 meses en brazo..jeje) y para más inri, es museo del vino, donde se organizan ctas, comidas y demás eventos relacionados. Una vez teminada la visita guiada, donde una vez más Cristina fue el centro de atención, tocaba cambiar el tercio, ir al centro del pueblo a ver la salida de la Vuelta. Tras las fotos de rigor, nos fuimos detrás de la carabana ciclista (que pesadez ir 30Kms a esa velocidad) hasta Cuellar.

Tenía entendido que tenía un Castillo, pero tras comer (un bocata de calamares, un caprichito de Marga), le di 3 vueltas al pueblo y como no lo encontraba, no quise darle más paliza a Cris y decidimos irnos a tomar café al Palacio de la Granja, famoso palacio de tipo de Francés que construyó Felipe V con unos jardines muy chulos. Y donde los 3 nos hicimos exactamente la misma foto que nos habíamos hecho Marga y yo 12 años atrás. A ver si la revelo y la pongo en el mismo marco sustituyendo la otra, que la familia ya ha crecido. Y a casita, que mañana toca otro gran día.





El Sabado se preveía un gran día. Iba a subir una categoría especial, quizás el más duro que haya hecho, la bola del mundo. 15Kms con rampas constantes entre el 7 y 10% y 3 Kms finales terroríficos, no sólo porque las rampas alcanzaban el 20%, sino porque el piso era un encementado roto, que agarraba la bici y lo hacía aún más duro. Hasta arriba, con sólo un pequeño descanso donde me lanzaron entre 2 de los miles de espectadores que ya atestaban la subida (poque con esas pendientes era imposible arrancar). Pero cuando más feliz me las deseaba, cuando ya creia que todo estaba hecho, vino lo peor, la bajada. Parece que no aprendo de las montañas, siempre lo más peligroso es la bajada. Bajar esas pendientes con un suelo tan roto, hace que lleve los frenos pillados, hasta que estos se cansan de trabajar y te fallán. Conclusión, qur tuve que irme al suelo o me commía a los espectadores. A partir de ahí todo una odisea, ambulancia hasta la carpa del Samur, curas y nueva ambulancia hasta el hospital del Escorial, y lo peor, tener que llamar a Marga para decirle que cogiera a Cristina y fuese al Hospital.

En la lejanía del tiempo hay 2 formas de verlo, que pude haberlo evitado, frenando a  intervalos, poniendo pie a tierra, de mil formas o que para lo que me pudo pasar demasiado poco me pasó. Todo el lateral izquierdo magullado, dolorido, inflmado y quemado por el cemento, pero nada roto. Me obligaron ir al hospital porque rompí el casco y eso había que verlo. Menos mal que la lección del casco la tengo bien aprendida. No quiero dejar de agradecer a todo el personal que me atendió. Desde el guarda forestal que recogió la bici y me la llevó al hotel, samur, cruz roja, personal del hospital, etc etc. y pedri perdón a mis 2 princesitas, que menudo susto les di. La tarde ya fue tranquilita en el pueblo (no me quedaba otra) y al día siguiente la vuelta la hicimos como pudimos, pero al menos la hicimos juntos y salvos, aunque yo no del todo sano.

No me quiero quedar con este final para este bonito viaje, ha sido el primer gran viaje de Cristina. Ha visto nuevos sitios, vivido nuevas experiencias y subido a montañas con 4 meses que mucho no subirán en la vida., y esto es de lo que hablamos cada vez que recordamos este viaje, el accidente fue un susto que quedó en nada como muchos otros que se tienen a lo largo de la vida, pero lo que hemos vivido juntos nos quedará siempre en la parte de los buenos recuerdos. Su sonrisa en lo alto de Peñalara, su erupto en el panteón de los Reyes, sus explicaciones en el reina Sofia. Nunca olvidamos, pero estamos tan felices y tan agradecidos de lo que ahora tenemos que no nos queda otra que saber disfrutarlo.