16 de julio de 2018

Sierra Nevada 2018



Un año más nos tocaba nuestra tradicional ruta de montaña de Julio coincidiendo con nuestro aniversario. Pero este año en lugar de buscar algún nuevo pico decidimos cambiar de idea, subir con Cristina al Veleta, un pico que aunque habíamos hecho ya varias veces, pensaba que era un tresmil asequible para ella. Y es que me hacía mucha ilusión que coronase su primer tresmil, un año llevaba contándole historia de la montaña y de la cueva del tiburón, un año completo hablando de esta ruta.


Así que el viernes 13 de Julio pusimos rumbo a sierra Nevada Marga, Cristina y yo, y dejamos en casa a la más peque, Martina, que con sólo 2 años tendrá que dejar estas aventuras para más adelante. Pasamos la noche en el albergue universitario, como es casi una tradición. Al día siguiente nos levantamos a las 7:30 desayunamos y nos fuimos a coger el autobús que sube a posiciones, a casi 3000mtrs. Pero hay algo con lo que no contábamos, el viento. Era infernal de más de 70Km/h con rachas que te tiraban casi de espalda.


La subida es sencilla, apenas un par de Kms por una carretera para salvar los 400m de desnivel hasta llegar a los 3398m que tiene el Veleta, sencilla en condiciones normales, pero no lo era, el viento era insoportable, no podíamos ni hablar y Cristina estaba muy asustada, quizás no eran las mejores condiciones para haberla traído, pero con calma, hablándole y dándole alguna que otra chuche fuimos haciendo el camino. Muchos de los que venían se volvían, otros que tenían pensado ir al Mulhacen decidieron quedarse aquí, hoy no era el día para casi nadie.


Además le conté la historia del oxígeno y altura, y quizás me pasé en la explicación, en medio de la ruta me dijo que no quería subir por si se quedaba arriba sin oxígeno (ni que fuera el Everest), me reí un rato y tuve otra vez que hacer de psicólogo. Pero con tranquilidad llegamos, a su primer tresmil, sé que lo pasó mal en algún momento, pero espero que con el tiempo le quede un buen recuerdo de esta pequeña proeza. Cuando íbamos bajando ya se iba tranquilizando y al escuchar que todo el mundo le llamaba campeona noté que la cara de miedo se le iba cambiando poco a poco por una cara de sentirse orgullosa de si misma.


La vuelta otra paliza, tuvimos que dar un pequeño rodeo para bajar porque no me atrevía a meterle mucha pendiente y eso hizo que se nos hiciese tarde para ir a la zona de La Laguna a comer, así que nos fuimos a Borreguiles a buscar un rinconcito resguardado- Por el camino la famosa cueva del tiburón, un año contándole historias a Cristinas para que se emocionas?e, que será la cueva del tiburón? Hasta miedo tenía, como va a haber un tiburón en la montaña, y es que la cueva no es más que un túnel en una pista de esquí cuya entrada es una boca de tiburón 😊. De ahí al refugio apenas hay un par de Kms, a lo tonto habíamos descendido más de 800m de desnivel y unos 5Kms, no está mal para una niña de 6 años.

Y poco más, hoy no ha sido el mejor día para iniciar a nadie en la alta montaña, más bien ha sido para enseñarle lo que puede llegar a ser la alta montaña, da igual que sea verano en Andalucía, cuando estás por encima de 3000mtrs puede llegar a hacer unas condiciones tan extremas que por ejemplo el simple hecho de que no llevásemos guantes pudo estropearnos la ruta. Nieve, viento, frío, espero que se quede con la parte positiva, la de haber subido allí, a un sitio que poca gente de su edad puede decir que haya sido capaz de subir, y menos en estas condiciones, y que el año que viene quiera seguir volviendo con nosotros. Espero que proto incorpore al miembro de la expedición que faltaba, durante la ruta una y otra vez decíamos, anda que si estuviese aquí Chicho terremoto.

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