Es complicado explicar como en
menos de 1 año, de salir a correr unos Kms por el parque pasas a plantearte
correr una ultratrail de caso 60. La verdad que no sé como funciona la mente de
Marga. Se levanta un día y dice que esta semana no corre que le da pereza, y
los días que corre no va más allá de los 6Kms tranquila, pero de repente se
levanta otro y quiere correr una Ultratrail de 60, ¿Dónde está el termino
medio? Ala 57Kms con 2500 de desnivel sin ni siquiera haber pasado por una
media maratón y con 3 meses para prepararlo, pero que 3 meses, Verano en
Sevilla, un infierno sin montañas.

Así que desde el minuto 1 se le
planteaba la duda, yo ya estoy acostumbrado a eso, a sus dudas, cuando sabía
que salvo catástrofe el éxito estaba asegurado. ¿y como entrenamos? Pues
sencillo, durante la semana, casi no corremos, no hacemos nada y el fin de
semana salimos a hacer 20 o 30Kms. Un entrenamiento poco ortodoxo, sin
continuidad, sin planificación, sin series, sin nada de nada. No quiero decir
que seamos superhombres que hacemos estas cosas sin entrenar, ni que esto lo
corra cualquiera que sin ninguna forma física se le encienda un día una
bombilla y diga mañana me pongo a correr como Forest Gum. Detrás tenemos un
bagaje deportivo y un fondo conseguido con los años de bici, pero a veces
pienso donde podríamos llegar si nos lo tomásemos en serio. Quizás llevo a la
práctica en exceso mi teoría sobre estos deportes más “extremos” ¿Quién quiere
piernas teniendo cabeza?

En resumen que el 28 de
Septiembre estábamos metidos en plena Ultratrail. Las sensaciones son muchas,
primero que es una maravilla correr por pleno parque natural de Sierra Nevada, tanto los
senderos como los paisajes eran preciosos y casi parecía que estábamos de ruta
turística, segundo que en este tipo de carrera va uno piano piano, sin pensar
en lo que queda, proponiéndose llegar al siguiente punto, ahora corro, ahora
ando, ahora paro, no hay prisa, vas cumpliendo con tus tiempos previstos y
listo. Las piernas se van cansando pero si mantienes tu ritmo y no te planteas más
allá de los siguientes Kms, aguantan sin problema. Sólo lo pasé mal los últimos
Kms, y más psíquicamente, porque perdí la referencia, quería llegar al pueblo
antes de que oscureciera y no llegaba, si llego a tener un GPS que me hubiese
ido marcando lo que quedaba, no me hubiese agobiado tanto en esa última parte,
y eso me afectó también el físico.

La carrera en si, muy dura,
primero un sendero de 10Kms en el que era difícil correr, se cruzaba 100 veces
un río y era superestrecho y pedregoso, luego 2 subidas durísimas, en las que
vas andando y sorprendentemente recuperas. Entre el 20 y el 30 una parte
favorable, buen terreno y sin subida, para empezar la última subida de 15 Kms
que no ves nunca el final. La última parte eran 10Kms de bajada con buen terreno,
pero como comenté antes cuando más rápido se podía ir , a partir del Km 50, una
pista en bajada, petamos y no nos quedó más remedio que andar los últimos 7
Kms. Además fue duro ver como en toda la carrera nada más que hicimos adelantar
gente (salimos al final) y en este tramo nos adelantaran de nuevo.

Al final después de casi 11h de
ruta llegamos, con el tiempo que nos propusimos (algo menos), con la sensación
indescriptible de haber hecho algo grande, algo que teníamos en una pequeña
lista de cosas a hacer y que vamos tachando poco a poco. Como siempre cuando
cruzamos la meta nos acordamos del pequeño ciquitraque que estaba esperándonos
en casa. Siempre cuando hacemos algo de este tipo el Sol y las estrellitas
están en nuestro pensamiento y siempre pienso que quizás algún día Cristina nos
acompañe y hagamos esto juntos hasta que conforme vaya creciendo se aburra de
nuestro ritmo y nos acabe dejando atrás.