Dia 1, domingo 4 de agosto:
Camino Soria.
Dia 2. Lunes 5 de Agosto. La
Navarra Monumental.
Por la mañana tempranito tras una
breve parada para ver la catedral, pusimos rumbo a tierras navarras, atravesando
la altiplanicie Castellana. Vaya sitio, tiene que ser duro vivir aquí, a
nosotros nos pareció muy curioso, una llanura a más de 1000m, árida, con
pueblos medio fantasmas, lleno de iglesias, castillos y torres medievales
semiderruidas, y de fondo vigilando todo el Moncayo una mole de montaña que
tengo puesto en el punto de mira.
Y al fin al Pirineo, hasta
Hiriberri o Villanueva de Aezkoa que sería nuestra base de operaciones de la
siguiente semana. Hiriberri bien merece un párrafo, es un pueblo de los más
perdidos que existe, en el corazón del Pirineo, solo 127 habitantes, se llega a
el por una carretera de montaña sin salida, en definitiva es el perfecto pueblo
de montaña, quizás su aspecto no fuese tan cuidado como algunos pueblos de
alrededor más conocidos como Aribe o Ochagavía pero sin duda era el más
auténtico. Además estaba a los pies de un monte, el Berrendi, con una pared
vertical gigantesca con el que me obsesioné desde que lo vi y al final los
coronaríamos, aunque de eso ya hablaremos más adelante.
A todo esto hay que sumar que era
paso de la transpirenaica, toda las tardes en el bar del pueblo nos sentábamos
a tomar una cerveza y mientras Cristina se hacía hamiga del guagua del bar
nosotros charlábamos con los que iban haciendo la ruta escuchando sus
historias, nos ha quedado unas ganas increíble de hacerla, al menos en
parte.
Dia 3. Martes 6 de Agosto. El
Camino
Y de ahí al alto de Ibañeta,
donde originalmente se asentó el monasterio (lo tuvieron que bajar a su actual
ubicación para evitar unas condiciones metereológicas tan adversas) y donde hay
un monumento conmemorativo de la famosa batalla y una capilla (en plan moderno)
supongo que para justificar lo que significa ese lugar. Pero una vez más, como
en el 2008, la niebla nos envolvió de tal manera que tuvimos que suspender el
paseo. La niebla le da a esta zona un punto aún más místico, parece increíble
que en cuanto sales de la zona de Ibañeta-Roncesvalles el tiempo está bien,
entras allí y parece que entras en otra dimensión, será casualidad, pero a
nosotros ya nos ha pasado las 2 veces que hemos ido. Así que tuvimos que irnos
a nuestro siguiente destino Saint-Jean-Pied-de-Port.
La visita a Saint-Jean-Pied-de-Port
era simplemente porque es el primer pueblo frances del camino y lo utilizan
mucha gente como inicio del mismo añadiendo una etapa más. Pero fue un acierto
total, quizás sea tan místico como Roncesvalles, pero el pueblo es precioso.
Con sus calles y casas de piedra, con sus puentes antiguos y su fortaleza en
todo lo alto. Nos sorprendió muchísimo y más aún con el ambiente que había.
Lleno de bares, tiendas y restaurantes, con las calles atestadas de turistas,
mereció mucho la pena.
Y ahora el camino inverso, de
nuevo a Roncesvalles, pero en vez de ir por la nacional, por una carretera
local, por todo el camino de Santiago. El problema fue que nada más empezar a
subir de nuevo la niebla apareció, y la verdad que lo pasamos mal, muchos Kms
por una carretera de montaña local, donde apenas se veía a 5metros. La idea era
subir al monte Urkulu, pero tuvimos que descartarlo, menos mal que pudimos días
después porque la zona era una pasada, pero de eso ya hablaremos más adelante.
Así que salida lo más rápido a la nacional y para casa, que esta tarde había
tertulia en el bar Berrendi.
Con la fuerza que bajan esos ríos
pirenaicos es normal que la zona esté llena de hoces formadas a lo largo de los
años por la erosión de los ríos. Nosotros elegimos 2 para visitar. La de Arbayun, sin duda
la más espectacular, muy estrecha con paredes de más de 400 mtrs de altura,
inaccesible si no llega a ser por una plataforma que han puesto para que los
turistas puedan verla desde lo alto, bueno inaccesible según nos dijo la chica
del centro de interpretación de Lumbier, todo es ponerse.
Y la de Lumbier, es mucho menos
espectacular, pero la gracia que tiene es que puedes recorrerla por completo,
por ella transcurre una vía verde. Son 2 Kms muy sencillo, y bonitos junto al
río, pensaba que era la ruta ideal para hacer con Cristina en el canguro, pero no sé si por el calor o porque lo que
quería era andar tardamos muchísimo, pensaba que era casi imposible hacer las
rutas pirenaicas prevista para los siguientes días (me equivoqué, parece que
también se aburrió un poco en esta ruta tan simple y lo que le va es la marcha,
se crece ante la adversidad). Como curiosidad comentar que al final de la vía
hay un sendero ya algo más complicado, que te lleva a un antiguo puente
derruido en las guerras contra los franceses hace 200 años, de allí tienes una
vista muy chula de la foz.
Y vuelta a los pirineos, por el
pantano de Yesa, hasta el valle
del Roncal, esta zona es más bien
prepirinaica, al pie de las grades montañas que marcan la frontera con Francia
y no tan verde ni tan frondosa como Irati, pero llenos de pueblos precios, Roncal, Izaba u Ochagavía(este último ya
en el otro valle, el de Salazar ) son 3
claros ejemplos de pueblos de montaña, con calles estrechitas y casa de piedras
muy bien conservadas y decoradas. Merece mucho la pena parar en ellos y pasear
tranquilamente por sus calles.
Parece mentira que estemos en
plena selva de Irati y no hayamos reservado ni un solo día para visitarla.
Pensamos, bueno por las tardes tranquilamente, pero el ritmo que llevamos no es
para reservar tardes, así que hoy Jueves y viendo que el tiempo no esta muy
católico nos vamos a quedar en la zona.
Irati podemos decir que es toda
la zona en la que estamos, está todo lleno de bosques frondosos, de esos que
prácticamente cuando entras es como si se hiciese de noche, de hecho, en nuestra ruta estaba lloviendo y
nosotros casi ni nos enteramos, por momentos muy tenebrosos, pero desde luego
espectaculares. Los pueblos se venden al turismo como que están en plena selva,
pero los del parque natural han acotado una zona que consideran el corazón de
la selva, el pantano de Irabia, y es la que todo el mundo visita, acotan y
cobran 5€ a cada coche por entrar (2€ a nosotros al estar alojado en la zona).
Al pantano se puede entrar por
Ochagavía o por Orbaiceta. Nosotros optamos por la segunda opción, y tras una
breve visita a su famosa fabrica
de armas, edificio casi derruido del S XVIII (la verdad que merece la pena
pararse si estás por la zona), entramos en el parque. Impresiona los Kms y Kms
de bosques, son casi 10 por una pista encementada hasta llegar al pantano. Allí
optamos por la ruta corta, bordear el pantano por la parte sur, es quizás la
más espectacular porque es donde el bosque es más cerrado y además se hace por
senderos muy estrechitos. Ya os digo, llovía y nosotros nos enterábamos porque
veíamos las gotas caer en el agua del pantano, teníamos un paraguas natural
sobre nuestras cabezas. En resumen, una ruta espectacular, en la que Cristina
se portó genial, a ella mientras le
vayas cantando se lo pasa bien. El único problema es compensar el moviendo del
baile para que no nos desequilibremos.
Día 4. Miércoles 7 de Agosto. Las
hoces navarras y el monasterio de Leyre.
Cerca de Lumbier está el monasterio de Leyre otro monasterio con 1000 años de historia del
estilo de los que ya vimos en días anteriores. El monasterio es benedictino y
funciona como tal, sólo se puede visitar una pequeña parte, la cripta y la
iglesia, del antiguo claustro románico que tanto nos gusta no queda ni rastro.
Lo que más nos gustó fue la forma tan peculiar de la guía de explicarlo, con
una sencillez y una pasión, vamos como lo haría yo, ni mucho menos un guía al
uso. Recuerdo que de la cripta dijo, no se ha utilizado nunca de nada, ni para
enterrar gente ni para hacer misas, cuando la restauraron pusieron ese altar,
si eso se hiciese ahora le meterían un puro al restaurador.
Cristina más interesada en apagar
las velas que escuchar la explicación sobre si los huesos encontrados eran de
los reyes o no (los echaron todos en un cofre sin catalogar mucho y allí están
expuestos), de tanto que la mandamos a callar aprendió el gesto típico con el
dedo, así que se dedicaba a mandar a callar a todo el mundo, guía incluida.
Día 5. Jueves 8 de Agosto. La Selva de Irati.
Y como no paraba de llover, decidimos
irnos a comer a Pamplona, vamos salir del pirineo a ver si mejoraba el tiempo.
Y si mejoró, Pamplona ya la conocimos, pero fue un gustazo pasear con Cristina
por esas calles que tan buen recuerdos nos traía del camino de Santiago. Que si
aquí compramos el bocadillo, aquí nos lo comimos, etc etc y Además es una
pasada comer de pinchos, la famosa calle estafeta está llenas de bares con sus
mostradores repletos de pinchos, a cual más bueno. Casi salimos rodando, es imposible
no parar en todos.