Sábado 8. De nuevo por los pirineos

Hoy hemos recibido la visita del
tío Manolo y el día se ha levantado un poco desapacible así que lo mejor será
buscar una ruta tranquila por los alrededores. Tras consultar los mapas,
decidimos volver a subir a Vallter dejando el coche un poco más arriba de
Setcases, justo donde el GR11 deja la carretera y se enfila por un cañón
buscando el refugio donde estuvimos hace unos días.

Muy señalizado no está. Porque
cuando llevábamos andados por una pista unos centenares de metros, vimos un
sendero que cruzaba el rio y se adentraba en otro cañón paralelo. No estábamos
muy seguros, pero decidimos cogerlo, al ver que los hitos de piedras seguían
por ahí. Luego nos daríamos cuenta que
habíamos abandonado el GR, pero no importa, porque el sendero era mucho más
bonito, estrecho, zigzagueando en subida paralelo a un rio precioso, lleno de
cascadas y puentecitos de maderas. Lo más difícil era no tener que parar mucho
tiempo cada vez que pasaba el camino junto al río, porque el entretenimiento
principal de Cris era tirar piedras y no había manera de pararla.

Conforme se subía el paisaje se
hacía más salvaje, el cañón impresionaba, justo al otro lado del río se veía
los continuos derrumbes de la montaña, era para no quitarle ojo, en cualquier
momento puede tocar echar una carrera. No sé ni cómo se subiría a esas
montañas, pero era ideales para un escalador, apuntadas quedan. Tras casi una
hora de caminata decidimos que ya era suficiente para una embarazada y una niña
de 3 años, así que decidimos volver deshaciendo nuestros pasos.
Luego consultando los mapas
descubrimos que si hubiésemos seguido subiendo durante 1h más habríamos llegado
al paso de la Marrana, y de ahí podíamos haber cogido el GR de vuelta. Una ruta
circular preciosa y muy completa, pero demasiado dura para nuestras
circunstancias. Ya abajo en la casa tocó comilona y siesta y tarde tranquila
porque ahora si llovía, nos habíamos librado por poco.
Domingo 9. Las gargantas de la Fou

Hoy de nuevo hemos decidido
cruzar por el coll de Ares dirección Francia. La idea es visitar unas gargantas
que vimos hace unos días cuando fuimos a Carcassone. La verdad que el paso se hace
eterno, más cuando tienes que ir entreteniendo a una niña y cruzando los dedos
para que esta vez no te vomite. Llegamos casi a las 12:00 pero el sito merece
la pena. Son 1500mtrs de pasarela en un cañón donde hay muchos tramos que no
pasan el metro de ancho y con mucha, pero mucha altura.


Está cubierto con una malla en
muchas zonas para evitar que las piedras que caen no lleguen a las personas y
además te dan un casco para evitar pequeños accidentes, y os aseguro que lo
evita, Marga dio un buen golpetazo con un saliente en la cabeza. Pero todo esto
es inútil si lo que cayese fuese una piedra de dimensiones considerable, y una
de las atraciones de este cañón es ver que eso es posible, porque pasas por
debajo de gigantescas rocas que se han quedado atrapadas en la estrechez del
cañón y de milagro no han aplastado la pasarela. Os puedo asegurar que acojona
pasar por debajo de esas piedras encajadas que no sabes si en un momento van a
ceder y aplastar todo lo que coja por debajo.

Otra cosa curiosa es que como lo
que estás haciendo es remontar el curso de un rio, el rio en lugar de excavar
un cañón ha creado una cueva, así que la pasarela entra en la cueva
atravesándola. La más espectacular es la última, donde el río forma una cascada
dentro de la cueva, el ruido dentro es ensordecedor. En resumen, una pasada,
1600mtrs exacto hasta llegar a una plataforma final, el cañón sigue, quizás
algún día amplíen el paseíto.

Tras este lago paseo de más de
3Kms, decidimos parara a comer en un merendero junto al río y por la tarde
hacer una pequeña visita al pueblo de Prats de Molló, el principio de la subida
al coll de Ares por la parte Francesa. Es un pueblo precioso con un casco
antiguo amurallado de calles estrechitas con mucho encanto. Además tiene arriba
una fortaleza que curiosamente se puede subir por una especie de pasadizo
interminable, que le da un aire misterioso
Lunes 10. El nacimiento del Llobregat

En nuestro penúltimo día
decidimos ir a ver el bonito pueblo de Castellar de n`hug, es un pueblo típico
de montaña, calles estrechas, casa de piedras, precioso. Está justo en mitad de
la subida del puerto que da acceso a las estaciones de esquí de Masella y La
Molina, la de veces que hemos pasado por el túnel, pero nunca subido por el
puerto. Justo de la parte baja del pueblo sale un sendero de menos de 1Km que
lleva al nacimiento del Llobregat, la verdad que había poca agua, se nota que
era verano, a pesar de todo hay unas cataratas muy chulas que merecen la pena,
con más agua tiene que ser espectacular. Por cierto justo allí nos dimos cuenta
que si sales a la carretera principal puedes llegar hasta los pie de cataratas
con el mismo coche.

Otra cosa a resaltar del pueblo
es que estaba lleno de tiendecitas de pasteles y comidas típicas, para típico
unos mega cruasanes que merece la pena
hasta hacerle fotos, peo nosotros nos conformamos con unos pastelito y unos
chocolates, y de rebote compramos pan, queso autóctono y me quedé con las ganas
del espetec u otra chacina, eso del embarazo de Marga.

Seguimos subiendo el puerto hasta
que llegamos a lo mas alto, donde hicimos una parada para comer, en un prado
muy bonito y cristina y yo decidimos coronar una pequeña montaña cercana,
mientras Marga nos esperaba abajo y nos hacía fotos. Tras la comida visita
fugaz a la estación de esquí, con la anécdota que paró la carretera un rebaño
gigantesco de cabras y todos los coches paramos para hacer fotos, y de vuelta
que nos quedaba un último pueblo por visitar.
San Joan de los Abadesses, el
pueblo en si no es nada del oro mundo, un puente muy parecido al de Camprodon y
una iglesia derruida la verdad que muy bonita, pero sobre todo está su abadía,
nos sorprendió muchísimo, el claustro, el pequeño museo, aprendiendo de la
historia catalana. Aunque Cris con lo que más disfrutó fue con la niña que
conoció en el parque de la puerta y con la que nos llevamos casi 1h jugando.
Martes 10. El Regreso

Ultimo día, nos dio mucha pena,
empaquetar, recoger, cerrar y hacer esa bajada por última vez, que hasta la voy
a echar de menos, pero todo tiene su fin. Pero antes un último día bastante
intenso. De camino a Barcelona decidimos coger por la carretera de Rocabruna,
estrecha, zigzagueante, muy bonita, se había terminado la alta montaña y
entrábamos zonas boscosas , siempre siguiendo el GR. Primera parada Beget otro
pueblo de casas de piedras y calles estrechas, para pasear tranquilo. De ahí
breve parada en Oix que no nos pareció nada del otro mundo y en Castellfollit
de la Roca, lo bonito de este pueblo es verlo desde fuera, porque está en un
acantilado espectacular, mucho más bonito que cuando estás dentro paseando.

La pena es que ya se nos hacía
tarde y no pudimos ir a ver Besalú, bueno, como siempre tenemos ya excusa para
volver. Comida rápida en Vic y a Casa del tío Manolo a Barcelona para devolverle
la llave, y por supuesto agradecerle su casa, su hospitalidad y mucho más, nos
deben una visita.

Y poco más, un viaje muy
completo, medio montaña medio turismo con lo justo para una niña de 3 años y
una embarazada, pero lo que vamos a recordar toda la vid es que este fue el
primer viaje que hicimos los 4 juntos, el primero de muchos, muchos viajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario