3 de abril de 2014

Esqui pirenaico 2014. Grand Valira. Andorra


Casi podemos empezar diciendo, "una vez más, este tradicional viaje invernal", y es que ya van 4 veces interrumpida sólo en el 2012 por el embarazo de Marga. Este año teníamos especial ganas de esquiar, En el 2012 como he dicho no fuimos y 2013 tuvimos que cambiar el esquí por turismo tradicional debido a las condicione meteorológicas. Pero no las teníamos todas con nosotros, el tiempo estaba revuelto, lo que hizo que cambiásemos la logística del viaje, en lugar de dormir en Andorra dormiríamos en Berga en el prepirineo, para evitar quedarnos atrapado por la nevada que se preveía el sábado por la tarde. Así pues, el viernes cogimos el avión a Barcelona. Y tras un muy divertido vuelo (no tenía guasa el azafato, se ve que ryanair está un poco más relajada) llegamos a nuestro hotel a eso de medianoche.

El día siguiente como se preveía amaneció nublado, pero decidimos arriesgarnos y poner rumbo a Andorra, y acertamos porque aunque todo el día estuvo amenazando con llover (o nevar) no cayó ni una gota hasta eso de las 4 de la tarde. De Andorra voy a hablar poco, el país precioso en pleno pirineo, con montañas impresionantes, pero lo que es la ciudad en si, poquito poquito. Lo primero que te das cuenta al entrar en Andorra es de que viven y como lo han montado. Prácticamente el país es una carretera, los primeros 25Kms hasta la capital, está llena de centros comerciales a los lados, pero centros comerciales de los que tenemos en nuestras ciudades, muy normalitos, ¿de verdad merece tanto la pena venir a comprar aquí? De echo Andorra la Vella (la capital) es un centro comercial en si. Para mi algo decepciónate.

La segunda parte de la carretera es otra cosa. Allí están todas las pistas de esquí, es una única estación (Grand Valira) que comunica todos los pueblos. Cada uno de estos es un sector y en total suma más de 200Kms de pistas, un sueño para los esquiadores, pero también para montañeros y amantes de estos deportes en general. Nosotros paramos en el pueblo de El Caniilo y de ahí a recorrer las pistas.

La estación es una pasada, muy distinta a lo que había visto hasta ahora, no sé como catalogarla, quizás “una pijada”, pero la realidad es que aquí han sabido montarlo mucho mejor que en el Sur. En una pista te encuentras un chillout, en otra un quiosco pizzería, en otra un DJ pinchando. Una pijada, creo que el resumen es que hay que saber explotar los negocios, y no sé si la gente que viene aquí es de más pasta que los que van al Sur, pero aquí han sabido ver negocio para sacarle los cuartos a los esquiadores. Porque lo que son las pistas en si creo que son peores que las de Sierra Nevada, incluso que Masella o la Molina, aunque he de admitir que apenas recorrimos la mitad, y la zona más compleja (la que estaba más al norte) no nos dio tiempo de verla, es nuestro próximo objetivo.



Lo peor de todo el viento, en las zonas altas era imposible estar, metia un viento huracanado del sur, menos mal que es todo cara norte, pero arriba ya no te protegía nada. Hubo un momento que para evitar una zona de pistas rojas quisimos coger la única pista que hay en la cara sur, fue horrible, cuando entramos el viento nos empujaba pista arriba y decidimos desistir. Pero quitando este pequeño problema pasamos un día genial de deporte, cumplimos con la tradición. Y poco más del sábado, paramos a tomar café en Andorra la Vella, que como he dicho nos decepcionó y a la vuelta a ver la Seu de Urgel, que tampoco es nada del otro mundo, bien es verdad la catedral, estaba cerrada y sólo pudimos verla por fuera.

El día siguiente amaneció lloviendo, menos mal que no nos quedamos en Andorra, ni pensar la nevada que debía estar cayendo allí arriba, decidimos ir al monasterio de Queralt. Esta zona de prepirineo Barcelonés es zona industrial, horriblemente fea, pero cuando empiezas a subir a Queralt la cosa cambia, un bosque cerrado precioso que te dan ganas de recorrerlo por todos lados. El monasterio en si no tiene mucho, pero las vistas son increíbles, si no es por lo nublado del día se podría ver Barcelona y el mar a más de 50 Kms, la anécdota del día nos pasó con el cura. Se veía que el hombre estaba aburrido y vino a saludarnos y charlar con nosotros, hizo al monaguillo traer una virgen (copia de la verdadera que estaba en el altar) porque se empeñó en que nos hiciésemos una foto con ella, Marga me decía, a que nos pone a rezar un padre nuestro.

Y de monasterio a monasterio, a Monserrat. Pero claro este es otra cosa, no por menos la Virgen de Monserrat es la patrona de Cataluña. El monasterio en si no está mal, pero lo más espectacular es el entorno, unas montañas increíbles a tiro de piedra del Barcelona, un sitio fantástico para escalada, trail, senderismo. Preciosas y enclavadas en ellas el monasterio. La de gente que había para ser un domingo lluvioso, no quiero  pensar esto en un día soleado de primavera. Y arriba en el altar la famosa “moreneta” a la que sólo vimos de lejos, porque me negaba a ponerme al final de esa interminable cola para besarla o abrazarla o lo que quiera que se haga con esta virgen.


Y para terminar Sitges, famosa como ella sóla, pero yo la catalogaría de una playa más. Lo que más me gustó es la carretera de la costa por la que se accede al pueblo, serpenteando por los acantilados, pero el pueblo no es mucho más que Matalascaña o Punta Umbría, eso si es la capital del turismo gay, y eso da caché. Y poco más, que este año si tuvimos un gran fin de semana de esquí, un gran fin de semana en general, el único pero es que no tuvimos al solete cono nosotros, pero ahí estaba, dormidita cuando llegamos el domingo a casa, que poco te queda para venir con nosotros a estos viajes..