2 de mayo de 2010

Trekking por Grazalema

Recuerdo que hace unos años hicimos un listado de sitios a los que queríamos viajar, aún lo guardamos. Poco después visitamos San Petersburgo (que curiosamente no estaba en esa lista), y hablando del viaje una compañera de trabajo, me dijo que San Petersburgo era uno de los sitios que tenía en su lista de pendientes, ah tu también tienes lista?? le dije, sí son 5 sitios que me encantaría ir me dijo, vaya le dije, yo hice una lista y me salieron 93, y es que viajar para nosotros es casi un estilo de vida.
Pero resulta que casi 5 años después, mi concepto de viajar ha cambiado considerablemente, ahora busco otro tipo de viejes, más orientados a la aventura y el deporte, así que hace unos días decidimos hacer una nueva lista, y aunque no la he terminado, creo que ya tengo proyectos para esta y unas cuantas vidas más.

En fin, que no me enrollo más, que uno de lo primero que puse en esa lista era hacer un trekking de dos días por la Sierra de Grazalema (Cádiz), y ahí estábamos, nosotros el sábado 25 de abril, a las 6AM en planta para empezar la ruta lo más pronto posible, y claro, al salir de Sevilla un sábado de Feria a esas horas, tienes que pasar por el trámite de que te pare la policía para hacerte soplar, pero no me ves la cara de dormido?? Bueno que tras un interrogatorio... ¿¿has bebido?? No, bebiste anoche?? No, ¿¿ni una copa?? NO, ¿¿una cerveza?? No….vale pues sopla, y si me vas a hacer soplar, a que viene el interrogatorio??... así que tras el trámite pusimos rumbo a Grazalema y a las 9:30h estábamos empezando nuestro trekking.

La primera parte, ya conocida, subida al Puerto del Boyar y Salto del Cabrero donde se pueden disfrutar de una bonitas vistas del valle hasta casi Jerez y del pueblo de Benaocaz que era nuestro siguiente destino. La bajada hasta Benaocaz ya era nuevo para nosotros, una bajada con muchas piedras pero sencillo. Tras una pequeña parada decidimos hacer una visita a la calzada romana que une este pueblo con Ubrique. Muy bonita, impresiona pensar que hace 2000 años los romanos construyeron esta vía, no está tan bien conservada cómo la de Gredos ni es tan espectacular pero mereció la pena, pero como el calor empezaba a apretar decidimos no recorrerla entera y volver a Benaocaz a comer.
Tras la comida: problemas!!!, no he cargado en el GPS la subida al Navazo para desde allí ir a Villaluenga, donde dormiríamos. Dimos toda la vuelta al pueblo buscando el sendero señalizado pero nada, pensamos hasta tirar por carretera, pero decidimos preguntar a un lugareño, que nos dio las indicaciones con pelos y señales.

A partir de aquí la ruta empieza de verdad. La subida es dura desde los 700mtrs de Benaocaz hasta los casi 1.400 del Navazo, pero no es técnica, y en algo más de una hora estábamos coronando. Se había nublado, lo que era una alivio, el problema es que las nubes no nos dejaban ver el espectacular paisaje, al sur los llanos del Republicano, al norte el resto de la Sierra de Grazalema y al este se veía la Sierra de las Nieves.
El track de bajada sí lo tenía, así que decidimos seguirlo. La primera parte algo complicada y después por un sendero precioso, espectacular, viendo Villaluenga siempre abajo, Dios que barrancos... !cuando de repente llegamos a una valla, y ahora que?? no podemos seguir en diagonal bajando, y el track dice que bajar junto a la valla, ni de coña es casi una destrepada. Marga decía que se volvía. Como dice nuestros querido amigo Juan de Bullas... Marga se hincha y le entra el pánico, pero la calmé y poco a poco fuimos descendiendo y una vez acabado el primer tramo ya el resto era un sendero más asequible. Al día siguiente nos dimos cuenta que nos habíamos saltado el camino y que el sendero tenía una alternativa más sencillo para saltarse ese tramo, anda que el tío del track. ...

A las 19h estábamos en Villaluenga, casi 12 horas andando y más de 2 y media en descender los últimos 4 KMs. Villaluenga es un pueblo precioso en medio del valle, muy limpio y bien cuidado, echamos una tarde genial, prácticamente recorrimos todos los bares donde se respiraba una paz y tranquilad, a cerveza por bar acabamos a las 12 de la noche llegando al albergue medio borrachos. Y el albergue, vaya acierto, lo encontramos de casualidad, es de la Federación Andaluza de Espeleología (como pudimo ver en las fotos, esto es una zona impresionante para practicarla, cuevas de más de 1Km de profundidad). Nos dieron una habitación de 10 literas para los dos solos, limpio y bien cuidado, menudo chollo encontramos.

Al día siguiente había que deshacer la bajada, así que nos levantamos tempranito y a las 8:30h estábamos andando. La subida la hicimos por un canchal, más duro pero más directo y cuando llegamos al barranco del día anterior, lo dicho, si vas para arriba ves las indicaciones del camino, así que cogiendo esa alternativa no hay mucho problema. En algo más de una hora estábamos a 1.200mtrs cruzando por un paso a un valle en el corazón del parque de Grazalema. Menudo valle, a más de 1.000Mtrs de altura, inaccesible si no es cruzando una montaña porque está completamente rodeado, una maravilla lejos del turismo masivo de fin de semana. No nos encontramos ni una sóla persona hasta que salimos de él.
Y vaya manera de salir, simplemente seguimos el track, pero una vez más nuestro desconocido amigo cogía la parte más complicada, una trepada que no tenía más complicación que algunos pasos donde literalmente pasábamos a 100mtrs del suelo, con una caída que imponía, si no mirabas para abajo se hacía bien, pero cuando desde lo alto vimos los pasos que habíamos hecho, madre mía… lo más curioso es que cuando pasamos ese collado, nos incorporamos a un sendero ancho y sencillo que parecía bajar al valle….sin comentarios.

Y así llegamos a la Laguna Verde, sólo nos quedaba la subida al Simancón y el Reloj. Subida dura pero asequible hasta que te encuentras entre los 2 picos. Ahí tienes que decidir a cual ir primero, nosotros subimos al Simancón y bueno, la subida era bastante complicada, por que son piedras agrietadas con grietas profundas. Tardamos un buen rato pero coronamos, casi 1.600 metros desde donde puedes ver toda la sierra que has recorrido, las vistas son las mejores que habíamos tenido, pero claro para ir al Reloj teníamos que bajar por donde habíamos subido o dar una vuelta enorme y como queríamos llegar con hora de comer a Grazalema decidimos, con buen criterio, dejarlo para la siguiente aventura.
De ahí a Grazalema ya es un sendero, muy bonito y fácil, de hecho hubo tamos en los que probamos a ir corriendo, trail running lo llaman. A las 15:00 h estábamos en Grazalema, tras 16 horas totales de ruta, casi 40Kms, 2.000 mtrs de desnivel de subida, una auténtica pasada que celebramos en la plaza de Grazalema con una gran comilona.
Ya estoy deseando que llegue la próxima, aunque superar esta será difícil.